Los sueños están para cumplirse – Parte 5: Preolímpico

Diario de viaje

El PalaAlpitour de Turín será sede del Preolímpico (Foto: FIP)
El PalaAlpitour de Turín será sede del Preolímpico (Foto: FIP)

Ha llovido bastante desde el pasado 25 de agosto, cuando publiqué mi primer artículo en SomosBasket (hablando de Danilo Gallinari y de la selección italiana, ¡qué raro! ¿No?) y también ha llovido desde que me fui a Denver a principios de marzo y os conté mis aventuras hacia mis sueños, siempre a través de estos medios. Como os comenté en vísperas de coger mi vuelo Delta Airlines que me llevó a cruzar el charco por primera vez (el sueño de poder ver jugar en directo a Danilo Gallinari habría tenido que esperar cuatro meses más); ya veis, ¡el tiempo pasa más rápido que una temporada de Juego de Tronos! Aquí estamos, los 4 meses han pasado y el domingo por la mañana tomaré la ruta una vez más para un “viaje de ensueño baloncestístico”, road tu Turín esta vez, ¡me voy a Turín a ver el torneo Preolímpico donde participará la selección italiana!

Llevo tiempo esperando este momento también, desde que la FIBA hizo oficial que uno de los torneos de clasificación a las Olimpiadas se disputaría en mi país, en Italia… Cogí vacaciones (siempre las cojo a principio de julio, nada raro), reservé un hotel cerca del pabellón y… ¡empecé mi peculiar cuenta atrás!

Y aquí estamos, el momento ha llegado, en pocas horas saldré en dirección de Turín a bordo de mi Fiat Punto, que estará más cargado que un coche marroquí durante el paso del estrecho, entre lo que tengo que llevar a casa yo y lo que me trajo mi sobrino que vive en Madrid la semana pasada (vino a Barcelona, en tren y luego salió “ligero” desde El Prat hacia Italia).

Espero no encontrar demasiado tráfico y llegar a cenar pizza en Turín. Ya, porque en España hay mogollones de cosas estupendas que comer, pero las pizzas no tienen nada a que ver con las italianas… yo adoro la pizza, vuelvo a Italia dos veces al año y siempre toca comer todo lo que hace mamá, pues ¡llevo desde Navidades soñando con una pizza decente!

Y el lunes empieza el preolímpico, será un gran torneo, hay selecciones fuertes como Croacia y Grecia y posibles sorpresas como Túnez o México, todas plagadas de pívots madridistas o ex-madridistas (con lo bien que me cae a mí el equipo blanco – modo irónico off).

Y luego está Italia. Mi Italia. Con mi Gallo (¡por fin!). Con mi querido Marco (ya he abandonado la colaboración ocasional con la redacción de Posts of Royalty para empezar a escribir algo para Buzz The Buzzer). Con el desempleado Andrea Bargnani, que con la camiseta azzurra se transforma y ¡defiende y todo! Luego estarán mis amigos Pietro Aradori y Peppe Poeta, que tuve la ocasión de conocer en persona y entrevistar hace dos temporadas, cuando jugaban en la Liga Endesa, gracias a la exquisita colaboración de los jefes de prensa de Estudiantes y Manresa Eire García y Damià Badia.

Estará mi adorado Gigi Datome, que llevo toda la temporada siguiendo en las filas del Fenerbahçe, viendo en streaming partidos del campeonato turco en serbio o en turco (e informando diligentemente de los resultados a mis compañeros de Diggin’ in Denver, a los cuales no les importa un pimiento lo qué haga el barbudo italiano en tierras turcas, pero me da igual, ¡vivir es compartir!)

Estarán Daniel Hackett y Nicolò Melli, que tuve la ocasión de ver jugar en directo en Barcelona durante las visitas de Olympiacos y Brose Baskets al Palau Blaugrana en Euroliga, así como Alessandro Gentile las dos temporadas anteriores con el Olimpia Milano.

Estarán mis vecinos Marco Cusin (que no es DeMarcus Cousins, pero a veces a los italianos nos gusta pensar que sí, sobre todo cuando le coloca tapones en la cara a Rudy Fernández) y el joven Stefano Tonut. Estará Riccardo Cervi, un bromista sin remedio, echad un vistazo a sus redes sociales. Y estará Ettore Messina. A él también ya le vi en el Palau Blaugrana, cuando entrenaba aún el CSKA, hace cuatro años de eso, creo.

En fin, estoy lista, acabo de terminar de preparar la maleta; aún tengo encima el disgusto del éxito (esta vez el modo irónico sí está on) de los penaltis de la Eurocopa entre Italia y Alemania, pero bueno, miro al lado positivo: sin Eurocopa, en Italia la prensa dará mucho más revuelo mediático a este preolímpico de baloncesto, que si no se habría quedado ensombrecido por la futbolmanía imperante de mi país. No hay mal que para bien no venga.

Las expectativas son buenas, Italia está en forma, ganó 4 de los 5 amistosos jugados preparando la cita, el ambiente está cargado. Y Danilo está bien… No os niego que, viendo el último amistoso frente a Puerto Rico, estaba un poco ansiosa: no habría vuelto a pasar que se lesionase 4 días antes de hacer kilómetros para verle jugar, ¿no? ¡Pues no! El que está tumefacto es el pobre Marco Belinelli, al cual pegaron un codazo de mucho cuidado la semana pasada, pero jugará enmascarado.

Los rivales son muy peligrosos, asistiré a grandes partidos, como ya os detallé en el artículo «serio» presentando la cita, pero confío en mis chicos y en un gran coach como Messina… ¡Esperemos poder alcanzar a España en los Juegos de Río!