La última bala que malgastó España

La victoria contra USA estuvo cerca y lejos a la vez

deandre jordan estados unidos españa
Fuente: El País

Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016. Estas cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos tienen algo en común para el baloncesto español. El sueño del equipo terminó, en las cuatro ocasiones, frente a los americanos, aunque en distintas condiciones y contextos.

En los Juegos de 2004 nos encontramos un equipo joven, con Pau Gasol, José Manuel Calderón, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes muy jóvenes, incluso un Rudy Fernández que no llegaba a la veintena. Un equipo que devolvió la ilusión a los seguidores españoles y que anunciaba lo que vendría en años posteriores.

Pero en 2008 y 2012 el contexto cambia. En ambos Juegos España llegaba como una de las grandes opciones a medalla, especialmente en los de Londres, y en ambos se llegó a la final. Ahí «terminaba» el viaje de la selección, con una plata que sabía a oro frente al mejor equipo del planeta.

Tras años de dominio en Europa y un equipo de leyenda, con los Gasol al frente, España tuvo la opción de repetir el éxito del Mundial 2006 en su propio país, el MundoBasket 2014. Sin embargo, a pesar de una plantilla excepcional, el fracaso de Juan Antonio Orenga provocó que los españoles cayesen en cuartos. Era turno para la vuelta de Sergio Scariolo, sorprender en el EuroBasket 2015 y prepararse para el asalto definitivo en Río.

Todos sabemos cómo ha sido la competición para los españoles, con un flojo inicio en el que la selección tuvo serias opciones de quedarse fuera y una serie de partidos posteriores que llevaron a España a enfrentarse de nuevo a Estados Unidos.

En este partido quiero centrarme, el más importante de los Juegos para España. El conjunto que han presentado los americanos este año es el más flojo desde 2004 y los nuestros, por mucho que duela, no han estado a la altura para vencerles y clasificarse a una final olímpica como favoritos.

El partido contra Estados Unidos se pudo ganar. Desde mi punto de vista el primer fallo fue la rotación de Scariolo. De nada sirve un buen planteamiento si no le acompañan los jugadores adecuados. Era un encuentro en el que Juan Carlos Navarro debería haber jugado menos minutos, pero sobre todo no debería haber jugado minutos clutch cuando España aún contaba con opciones de ganar. Navarro sumó 9 puntos en 14 minutos, la mejor proporción de todo el equipo, eso sí, con un horrible 3 de 9 en tiro y una defensa que permitía a los americanos superarle con facilidad.

El caso de Scariolo y Navarro es para tratar aparte. El jugador del FC Barcelona tiene su cabeza en 2010 pero su cuerpo está en 2016. El escolta ha dado muchísimo a la selección y es sin lugar a dudas una leyenda del baloncesto, pero o te retiras como un grande o te haces a un lado, y Navarro sigue actuando como si estuviese en el prime de su carrera.

Parte de la culpa la tiene sin duda el entrenador, Scariolo, que otorga al escolta un rol mayor al que puede tener ahora. Le utiliza como referencia ofensiva de la segunda unidad, junto a Sergio Rodríguez, cuando solo ha tenido un partido eficiente en todos los Juegos y ante el rival más asequible, Angola. En vez de dar minutos a Navarro y sobre todo darle ese rol hubiese sido más eficiente sacar a un Álex Abrines relegado completamente al banquillo, otro tema para tratar aparte y con lupa.

Siguiendo con el partido frente al Team USA, otro jugador que no debería haber tenido tantos minutos es Felipe Reyes. El eterno capitán sigue aportando a la selección, pero a sus 36 años y aunque haya mejorado en aspectos como el tiro y siga siendo un magnífico guerrero FIBA no es un jugador que esté al nivel de estos americanos. Un equipo tan físico y con tanto rebote interior.

Si Reyes salía de ala-pívot no tenía el desplazamiento lateral ni la velocidad suficientes para frenar a Carmelo Anthony o Kevin Durant, al igual que al atacarles tampoco disponía de una clara ventaja física, lo que le llevó a realizar varios intentos al poste con pocos resultados positivos. Si Reyes salía de pívot, o bien Cousins, o bien Jordan, harían pasto del capitán del Real Madrid por su brutal diferencia física.

Para mí sin duda faltaron muchos minutos para un jugador en especial, Víctor Claver. El nuevo alero del Barcelona ha tenido un rol distinto y menor al que disfrutó en el Lokomotiv esta última temporada. Claver aporta defensa y tiro exterior, de hecho ha promediado un espectacular 50 por ciento a pesar de que realiza muy pocos intentos.

Sus minutos frente al Team USA tendrían que haber sido más. Es por físico y aptitudes el mejor defensor para los mayores talentos ofensivos que dirige Coach K, Kevin Durant, Carmelo Anthony y Paul George. Junto a estos dos, Kyrie Irving y DeMarcus Cousins son las otras dos grandes referencias, pero para ellos ya están Ricky Rubio, Sergio Llull y Pau Gasol.

El ex jugador del Valencia ha promediado 12.7 minutos por encuentro en los Juegos y frente a Estados Unidos se quedó en 12. Como ejemplo de lo que puede aportar con más importancia tenemos el partido por el bronce frente a Australia. Claver sumó 6 puntos con dos de tres en triples y una asistencia, además de ser el tercer jugador más eficiente del partido por detrás de Pau Gasol y Nikola Mirotic. Su mejor partido, aportando mucha defensa, con tan solo dos minutos más de juego. Se trata de un jugador que con confianza responde muy bien y mayor confianza habría que darle, se la ha ganado.

Nunca entenderé las rotaciones de Scariolo, pero no es algo que se quede en este encuentro en particular. Puedes tener, por ejemplo, a un veterano como Calderón todos los Juegos sentado, sin embargo sabes que no tendrá problemas para salir unos minutos y no sufrir el «síndrome del banquillo». En cambio con un joven prometedor y con mucho por desarrollar como Abrines eso no ocurre.

El nuevo alero de Oklahoma se ha pasado todo Río 2016 como espectador de lujo del equipo español. Un jugador de 23 años que será una de las referencias de España más pronto que tarde y que ni siquiera aparece en las estadísticas que da la FIBA sobre 131 jugadores de los olímpicos.

Abrines sin ritmo no puede aportar, no es un veterano, y si aporta no lo hará como podría hacerlo si hubiese tenido algo más de importancia desde el primer encuentro. Quizás entonces Sergio Scariolo España hubiese contado con una alternativa anotadora para un encuentro atascado ofensivamente como fue el de las semifinales.

Otro que con más minutos hubiese sido muy positivo, Willy Hernangómez. El nuevo pívot de los Knicks anotó 4 puntos y capturó 6 rebotes en 11 minutos. Extrapolando estadísticas, algo que no se puede tomar al 100 por cien, Willy «hubiese» terminado con 12 rebotes en 22 minutos. A España le faltó mucho rebote, de hecho fue la principal clave para la victoria americana, y Scariolo sólo saco 11 minutos a su mejor reboteador por minutos.

Cuando terminó el encuentro cargué contra el seleccionador. Los que me conozcáis sabréis que no soy fan del italiano. Por eso quise ver el resto de los Juegos, ver las declaraciones post partido y reflexionar un poco antes de escribir mi opinión.

Los jugadores de la selección, tal y como nos acostumbran, lucharon hasta que sonó la bocina frente a la todopoderosa USA. No fue suficiente. Pau Gasol jugó tocado y aún así nos volvió a dejar cerca de la gloria. Solo que en esta ocasión nos quedamos muy cerca y muy lejos a la vez.

España estuvo ahí todo el encuentro, con un sólido planteamiento táctico y una gran defensa que desesperó al mismísimo Kevin Durant versión FIBA, aunque apareciese su nuevo compañero en los Warriors Klay Thompson para vestirse de nuevo de francotirador. Sin embargo no tenía la sensación, puede aunque dudo que solo la tuviese yo, de ver a España por delante en el electrónico en la segunda mitad. El esfuerzo no fue ni mucho menos en vano, pero en esta ocasión, a diferencia que en 2008 y 2012, el equipo no estuvo a la altura.

Pau Gasol jugó tocado, se apreciaba el calentador en su pierna, y fue el jugador que más motivado estaba sobre la pista. Tan solo Pau, ese hombre que se viste de dominador del baloncesto cuando se enfunda la elástica de la selección, superó los dobles dígitos de anotación con solvencia. El otro fue el Chacho, con 11 puntos.

El equipo venía de las buenas victorias frente a Lituania y Argentina en fase de grupos. Aunque la victoria más destacada fue la de cuartos frente al gran rival europeo del baloncesto actual, Francia. España iba motivadísima a semis frente a los Estados Unidos más ganables de los últimos doce años y con unas últimas victorias maravillosas.

Este equipo americano parece anular la identidad de sus rivales con su dura defensa, muy activa de manos, sus brutales tapones y su desgaste capturando rebotes. Un juego que sin ser el más técnico y armónico del planeta ha arrasado a Argentina y Serbia brutalmente en cuartos y en la final. Sin duda esa capacidad de anular la identidad del equipo contrario apareció contra España, pero no se pudo ver a ese equipo encendido y alegre de los últimos encuentros. No les dejaron los americanos y los jugadores parecían no terminar de creérselo.

“Esta vez eran más ganables que ninguna otra ocasión. Es una lástima porque cometimos demasiados errores, más que otras veces contra ellos”.

“Tengo la sensación de que no hemos hecho lo suficiente. Hemos tenido problemas con el rebote y eso nos ha dificultado. Estamos jodidos, no sé si era una oportunidad histórica o no”.

Las declaraciones de Pau y Navarro ejemplifican el partido. Duele pensar que esta generación que tanto se merece un oro olímpico haya tenido la mejor oportunidad delante suya y principalmente por un par de ajustes del entrenador y falta de una motivación (¿?) que nos sobraba en 2008 y 2012 se haya escapado. En palabras de Navarro, una oportunidad histórica.

Y es que esta selección americana es la que peor ha jugado desde 2004. Incluso el equipo del Mundial de 2014, con menos jugadores de renombre y talento, jugó mejor y transmitía mejor sintonía. ¿Motivación?, ¿compromiso?, ¿trabajo?, ¿equilibrio? Quién sabe. El hecho es que este Team USA de la asfixiante defensa y el maldito rebote ofensivo era la mejor ocasión de escribir la más dorada e increíble página de historia sobre esta generación.

Ni mucho menos quiero con esto criticar a los jugadores, sí un poco más al seleccionador por sus decisiones, sino mostrar con dolor la oportunidad perdida por España. Con lo que nos acostumbraron en las finales de 2008 y 2012 se habría derrotado a Estados Unidos y se hubiese subido lo más alto del podio olímpico.

Pero ahí radica también el fondo del asunto. Esta generación nos tiene muy mal acostumbrada, como los padres que dan a su hijo todo lo que desea. Esta generación que nos ha acostumbrado, ya no solo a lo que deseaba España en 2006 antes del oro de Japón, sino incluso a lo que no podíamos ni imaginar.

Puede ser que finalmente los júniors de oro no se despidan, de hecho parece que más de uno de la vieja guardia seguirá, pero sí que esta ha sido su gran y última ocasión para vencer a Estados Unidos. Esos extraterrestres del baloncesto que llevan sin perder 10 años y que tuvieron que explotar a sus mejores talentos en 2012 para mantener el oro.

Doy las gracias, al igual que todos, a esta generación de baloncesto que como dice Scariolo ha «cambiado el deporte de élite de este país». Sin embargo no se me irá fácilmente de la memoria esta ocasión perdida de tocar el cielo con los dedos otra vez, aunque el bronce sepa a oro. El bronce sabe a oro y doy las gracias, no por los Juegos de Río 2016, sino por 17 años de baloncesto y los que quedan.