Marcus Smart y la agencia libre restringida
El de Texas termina contrato este año
Tras ser seleccionado por los Boston Celtics con la sexta elección del Draft de 2014, Marcus Smart firmó su primer contrato profesional. El base de Oklahoma State se ató a la franquicia del trébol por cuatro años. Su salario inicial fue de poco más de tres millones de dólares. La cifra, como es habitual en las firmas de elecciones tan altas, ascendería progresivamente hasta su última temporada, la 2017/18. Después de ella, le toca ser agente libre restringido. Esto significa que los Celtics podrán igualar cualquier oferta que el jugador acepte para retenerle.
Smart ha demostrado tener cada gota de talento defensivo demostrado en OSU y más. Quizás su capacidad anotadora haya sido decepcionante hasta este punto. Lo cierto es que se ha convertido en un jugador especial. Tan único que está sobrevalorado por los verdes y tremendamente infravalorado por los demás. Esto resulta perjudicial a la hora de buscar traspasos. Por contra, es indudablemente beneficioso cuando se habla de la agencia libre. Aunque, claro está, no debemos descartar la opción de que no llegue a participar en ella.
Los Celtics pueden renovar a Smart hasta el último día de octubre de 2017. Y la renovación es la opción ideal para los de Massachusetts, como apuntan desde el Despacho Celtics Las múltiples razones para hacerlo aparecen en el artículo, con lo cual no hace falta explayarse más. Con la garantía de tener al #36 en la plantilla, se dejan menos aspectos al azar. En el caso de que aceptara un contrato de entre diez y trece millones, la extensión sería una victoria para Boston.
Las implicaciones salariales de esta hipotética extensión no pueden llegar a ser valoradas en su conjunto aún. Las estimaciones son de 103 millones de dólares de espacio salarial. De todos modos, las proyecciones para este año eran de 101 millones, y su caída a los 99 resultó un golpe significativo para los Celtics.
Entonces… ¿será agente libre en 2018?
Lo normal es que lo sea. Y eso entraña una serie de dificultades que se evitarían de darse la extensión.
En los últimos tiempos, hemos podido comprobar cómo equipos sin proyecto presente y con espacio salarial -véase Brooklyn Nets- han ofrecido contratos altísimos a jugadores en el mercado restringido. Con estos contratos, ponen en una situación muy delicada a los equipos rivales, quienes deben elegir entre dejar ir al jugador o sobrepagar por una cantidad considerable.
Deberían preocupar a los Celtics en el periodo estival varios equipos. Entre ellos están los Chicago Bulls, los Atlanta Hawks o los propios Nets. Se entiende que otros equipos con espacio pueden tener planes diferentes, como los Lakers y su búsqueda constante de estrellas. Franquicias con la situación de bases cubierta como los Philadelphia 76ers podrían representar dependiendo del rol que tuvieren en consideración para Smart.
Y aquí entra en juego la diferencia entre las valoraciones del jugador desde Boston y desde otras ciudades. Quizás es producida por el hecho de que le vean jugar menos. Es innegable que Smart es uno de los jugadores más infravalorados de la liga. La mayoría de los aficionados de fuera basan su opinión en sus porcentajes de tiro exterior. Si bien es cierto que dejan mucho que desear, hay más en su juego. Quienes le ven jugar regularmente lo saben. Muy pocas franquicias pensarán en él como un base titular. Quizá ninguna lo haga, y eso es vital para los Celtics.
El mercado de RFA es muy interesante este año. Nombres como Joel Embiid, Gary Harris, Jusuf Nurkić, Rodney Hood, Aaron Gordon o Jabari Parker buscarán nuevos contratos. El mejor escenario posible es que las franquicias con espacio se lancen a por ellos. Dejarían así a los equipos con menos dinero disponible como compradores potenciales. Mientras el equipo original del jugador no haga pública la decisión de igualar la oferta o no, el dinero del contrato permanece atado y cuenta contra el límite salarial, aunque no para el impuesto de lujo.
La elección de Jayson Tatum y el traspaso de Avery Bradley dejan claro que el camino de este proyecto pasará inevitablemente por Isaiah Thomas, clara piedra angular. Además de Smart -y asumiendo que Shane Larkin no tiene futuro en Boston-, Terry Rozier es el tercer hombre en el puesto de base. Tiene una opción de equipo de tres millones. A pesar de no ser un número alto, quizás no se ejerza. Dependerá del impuesto que tenga que pagar el equipo, que podría buscar un recambio para él en la segunda ronda del draft.
Marcus es un jugador positivo para los Celtics. Como tal, a los verdes les interesa mucho que pueda seguir en la plantilla a un precio razonable. Si no le ofrecen una extensión, su mercado en la RFA dictará su futuro. En el caso de que sea amplio, sería poco probable que siga jugando como local en el TD Garden la temporada que viene.