Los Warriors sudan tinta para vencer en Philadelphia

GOLDEN STATE WARRIORS 108 - 105 PHILADELPHIA 76ERS

Fuente: Matthew Addie (CC)
Fuente: Matthew Addie (CC)

El partido presentaba una expectación máxima en Philadelphia para presenciar la única parada del año de uno de los mejores equipos de la historia, al menos basándonos en el récord y el dominio aplastante exhibido hasta el momento. Los casi 21.000 aficionados locales, y el público de la NBA en general esperaba una victoria fácil visitante (43-4) ante el equipo con peor récord de la liga (7-41). A priori, un «David contra Goliat».

Todo parecía seguir el guión marcado. Pues el encuentro llegaba al descanso con un 73-54 para los de la Bahía, tras una bandeja en contraataque de Curry, que se marchaba al túnel con 13 puntos. Su compañero Klay Thompson ya llevaba 21 al descanso. El juego de los locales era notable pero no suficiente para frenar a los Warriors. Anotación repartida hasta el momento entre Noel, Okafor y Jerami Grant, pero los repetidos fallos desde la personal no les dejaban reducir la diferencia.

El tercer cuarto fue un intercambio de canastas entre los dos conjuntos, con una diferencia de 20 puntos que parecía insalvable para los de la ciudad del amor fraternal, que no dejaban de intentarlo. Steve Kerr sacaba de la pista a sus estrellas para jugar con un quinteto más conservador, pues los de Golden State tienen un back-to-back este mismo domingo en el Madison, siguiendo con su gira por el este. Los Sixers aprovechaban para jugarle uno de los mejores periodos que han recibido los de Oakland en mucho tiempo.

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El resultado al principio del cuarto era de 91-72. A base de triples, con un acierto infinitamente superior al del inicio de partido; del juego en transición, con bases rápidos como Cannan, Smith y McConnell; y de las continuaciones interiores generadas por el pick&roll central; Philadelphia logró remontar poco a poco hasta situarse 5 puntos abajo con apenas un minuto por jugar.

Un triple en suspensión de Isaiah Canaan desde el córner, su quinto de la noche; y una posterior pérdida no forzada compartida de los hermanos Splash, que llevó a Ish Smith a anotar una bandeja fácil, puso el empate en el marcador de un Wells Fargo Center que seguía frotándose los ojos.

Con un gran bloqueo central, Draymond Green forzó el mismatch con un emparejamiento Curry-Noel en los últimos diez segundos del cuarto. Ish Smith quiso recuperar la marca de Curry dejando solo en el poste alto al mismo autor del bloqueo. Jerami Grant acudió a la ayuda y dejó solo en la esquina a un Harrison Barnes que deshizo el empate a 105 con un triple sobre la bocina.

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Pese a la derrota, los Sixers ofrecieron el motivo más grande en tres años para creer en el proceso de reconstrucción ideado por Sam Hinkie, y modelado por el recién fichado Jerry Colangelo. Los diez jugadores locales plantaron cara al vigente campeón de la NBA con una media de edad que no supera los 23. El encuentro de ayer fue lo más parecido a un enfrentamiento de Playoff que se ha visto en Philadelphia desde 2012, cuando se empataba la semifinal de conferencia a los Celtics del Big Three para llevarla al séptimo partido en el Garden.

Una gran defensa de los locales concedió en toda la segunda parte solo 35 puntos a unos Warriors acostumbrados a superar la cuarentena en apenas un cuarto. La clave de la remontada sixer fue el parcial de 20-8 en los últimos seis minutos. También sería interesante resaltar que siete de los diez jugadores que empezaron el partido por parte de los locales acabaron en dobles dígitos (y Noel se quedó en 9 puntos).

El máximo anotador de los de Philadelphia fue Canaan con 18 puntos y 5 triples. Covington, que esta vez no destacó desde el arco, se marchó con un doble-doble en puntos y rebotes (12-13). Ish Smith se marchó con 16 pese a fallar doce tiros, aspecto que compensó el rookie Okafor con un solo fallo de siete intentos, para marcharse con 13 saliendo esta vez desde el banquillo. Brown quiso seguir con la propuesta de Small Ball saliendo con Covington de 4 titular emparejado con Harrison Barnes de inicio. Al rookie de Philadelphia no le afectó salir desde la banca y dejó perlas como esta finta.

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Los Warriors no cuajaron su mejor partido de la temporada en Philadelphia. Ambos equipos habían disfrutado de dos días de descanso, así que no podemos atribuir el mal juego del último periodo al cansancio acumulado. Stephen Curry se marchó con 23 puntos, con su habitual acierto desde el triple (5-11) pero bien defendido por los exteriores locales. Thompson aportó 32 (21 antes del descanso) siendo el máximo anotador del encuentro, pero eso sí, lanzando hasta 29 tiros de campo. Entre Bogut y Green recogieron 30 rechaces. Este último, se quedó a una asistencia de su décimo triple-doble de la temporada (10p – 14r – 9ast). Esta vez, poca aportación desde el banquillo con tan solo 24 puntos de suplentes, por el doble (48) de Philadelphia. 

Sin duda un periodo extra había sido un regalo para Brett Brown, que lleva dos años demostrando que puede convertirse en uno de los entrenadores referencia de la liga; para la ciudad de Philadelphia, falta de una franquicia deportiva que le devuelva el éxito y orgullo de años anteriores; y para el/la aficionado/a al baloncesto, que pueden llegar a aburrir la superioridad aplastante demostrada por los de la Bahía de San Francisco incluso ante equipos referencia como Cavs, o más recientemente Spurs.

Como ya hemos dicho, los Warriors visitan el Madison esta misma noche, mientras que tendremos que esperar hasta el 3 de febrero para ver si sigue el buen juego de los Sixers, recibiendo otro equipo Playoff como es Atlanta.