Análisis de la temporada 2014-2015 de los New York Knicks

Con sólo 17 victorias, la peor de su historia

CC: Héctor de Pereda
CC: Héctor de Pereda

Temporada para olvidar

Llegaba para los Knicks una temporada de cambio, pues llegaban hombres como Calderón, Larkin o Dalembert para dar salida a Tyson Chandler, dejando aún más huérfana la zona del equipo. Además, no se hizo ninguna otra contratación de renombre y durante el año se dejó escapar a Iman Shumpert junto con el fiestero JR Smith, para traer jugadores de nivel D-League, con el fin de obtener masa salarial para el próximo verano.

El principal cambio respecto al pasado año fue la contratación de Derek Fisher como entrenador, dejando atrás la era Woodson, y con Phil Jackson moviendo los hilos desde la sombra. Eso significaban muchos cambios puesto que se iba a implantar el sistema del triángulo ofensivo, sistema complejo con el entendimiento del mismo a la altura de muy pocos jugadores, cambiando así drásticamente todo lo que los Knicks hubieran hecho en temporadas anteriores. Así lo decía José Manuel Calderón:

«Sabemos que va a ser un año complicado. Si ya es raro adaptarte a nuevos compañeros y entrenador, es aún peor si los jugadores que ya estaban juntos no les vale de nada lo hecho anteriormente, debido al nuevo sistema».

Y no se equivocaba José. La temporada empezó de una manera inesperada pues si bien es cierto que empezó cayendo en el Madison Square Garden ante los Chicago Bulls, los Knicks iban a ganar a los Cavaliers y a los Hornets, dos equipos que a priori iban a ser de Playoffs en la Conferencia Este. Sin embargo, estas dos victorias serían rápidamente olvidadas pues iba a venir una racha de siete partidos perdidos, culminados con un séptimo perdido sobre la bocina ante los Jazz, con este canastón de Burke:

Lo más preocupante de estas derrotas fue que encima no fueron todas ellas ante rivales de grandísimo nivel. Volvimos a la senda de la  victoria ante los Nuggets y dos partidos después ganamos ante los Sixers. Sin embargo, tendríamos de nuevo otra racha de 10 derrotas consecutivas y llegábamos al partido vigésimo quinto con una victoria ante Boston pero con un récord que ya era 5-20. 

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. A partir del partido ganado a lo Celtics y coincidiendo con el traspaso de JR y Shumpert alcanzamos una friolera de 16 derrotas consecutivas, concluyendo esa racha con una visita a Londres para jugar ante los Bucks para representar la liga en los NBA Global Games. 

Los aires londinenses nos sentaron bien, puesto que al pisar de nuevo feudo estadounidense ganamos tres partidos de manera consecutiva, la mejor racha de la temporada para los Knicks, ganando 5 de 7 partidos, ante rivales básicamente asequibles a excepción de los Thunder y entre comillas. Poco antes del All-Star se le daría larga a Amare Stoudemire, que casualmente se volvía a unir a Chandler en Dallas.

Llegaría el All-Star, que sería en el Madison Square Garden y tendríamos como representante a Carmelo Anthony en sus últimos momentos de la temporada, debido a una lesión que le obligaba a dejar las canchas toda la temporada, y llegaría un jugador como Shved, que acabaría siendo importante en el tramo final de temporada. Para deleitarnos un poquito con la estrella del equipo veremos sus mejores jugadas previas al All-Star.

Nuestro récord a partir del All-Star sería un paupérrimo 7-21, con alguna victoria épica, sobretodo la conseguida ante los Spurs en el Madison en la prórroga. 

Lógicamente, esta temporada se vio destinada al Tanking para tener un alto pick en el Draft, que sumado a nuestro poder en salarios para la agencia libre  puede ayudar a remontar el vuelo. Pero hay algo que la afición no acabó de entender en el tramo final, pues tras una temporada en la que hemos visto de todo (mamporros navideños de Acy a Wall, fans que acudían al MSG tapados con una bolsa en la cabeza, game-winners encajados, intentos de mates de Amundson, tiros circenses a la grada de Shved  y una larga serie de calamidades), pero sobretodo derrotas, les pegó por ganar dos de los últimos tres partidos (Game-Winner  de Hardaway JR a Orlando incluido), perdiendo el peor récord de la liga en favor de los Wolves. Al final, el récord fue de 17-65, con 4 victorias menos que nuestro anterior peor récord histórico.

Jugadores destacados

Al haber tenido una temporada tan sumamente catastrófica no podemos considerar a ningún jugador como estrella, ya que el único jugador que podría adquirir ese nivel es Carmelo, que solo ha disputado 40 partidos y no han sido demostrando su mejor nivel precisamente. Entonces, vamos a hablar de el jugador revelación, el jugador decepción y el jugador que no ha progresado como se esperaba. 

  • Jugador revelación: Langston Galloway llegó al equipo a base de contratos de 10 días pero acabó haciéndose con un hueco y disputando 45 partidos, 41 de ellos de titular y promediando 32 minutos por partido. Su promedios han sido de 11.8 puntos, 4.2 rebotes, 3.3 asistencias y más de un robo por partido y sólo unas décimas detrás de Calderón y Larkin en el ratio de asistencias por pérdidas y que sólo cometía 1.4 pérdidas por partido. Un plus extra para el equipo sin duda alguna.
  • El jugador que no ha progresado: Tim Hardaway JR tuvo un gran año de rookie el pasado curso sobretodo en el apartado ofensivo. Sin embargo, este año ha estado muy flojo respecto al anterior y sobretodo para la progresión que parecía tener. Este año se ha quedado en 11.8 puntos por partido y sólo 3.3 asistencias. Su % en TC se quedó en 38%.
  • Jugador decepción: en este apartado se podría generalizar muchísimo porque casi todo han sido decepciones empezando por la dirección. Sin embargo, por quedarnos con alguien sería José Calderón, que llegó con un cartel de base ideal para el triángulo ofensivo pero no ha conseguido llevar a cabo adecuadamente la dirección desde el puesto de base, ya fuese por lesiones o por entendimiento.

Lo positivo y lo negativo

Si miramos el lado negativo ha sido prácticamente todo. Fisher no ha llevado el equipo lo mejor posible, el triángulo no ha funcionado de ninguna manera y no tiene excesivo futuro. Tampoco ha habido suerte con las lesiones, hay jugadores que parecen estancados en su progresión y otros que no han rendido como se esperaba de ellos. Que la hinchada no cree demasiado en el proyecto no es una sensación, es una realidad. Gritos de  «Fire Fisher» han sido presentes en el pabellón y la asistencia ha caído un 34%. Temporada para olvidar en todos los aspectos, nada ha funcionado. 

Mirando algo positivo tal vez la aparición de Galloway, o simplemente (imaginaros si ha sido triste la temporada) el hecho de haber liberado espacio salarial con salidas como sobretodo la de Stoudemire. Poco más o incluso nada han sido aspectos dignos de ser llamados positivos este año.

Valoración personal

En una valoración del 1 al 10, siendo 10 la puntuación máxima, la temporada de los neoyorquinos para mí es digna de 2.5.