Juancho Hernangómez, un valor seguro

Empieza a dar mucho de qué hablar

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Alex Güell (SB)

La primera vez que vi a Juancho Hernangómez fue en un torneo escolar en Las Rozas, las olimpiadas escolares. En una cancha de 3×3 con su hermano Willy, hacían las delicias de todos los que nos agolpamos para ver jugar al IES Carmen Conde. Tapones, mates, alley-hoops, jugadas que hacían las delicias de unos y otros, un espectáculo de videojuego al alcance de los chavales del municipio madrileño. Por supuesto, se llevaron el oro.

La siguiente fue peor, bastante peor. En el metro de Madrid, con muletas, saludó amablemente a un amiga en común y se diluyó entre la gente. Me impacto ver lo grande que estaba, era larguísimo, quizás el hecho de estar tan fino distorsionó la realidad, pero le recuerdo como casi interminable.

Al poco tiempo, el mediano de la saga Hernangómez, empezó a dar que hablar en Movistar Estudiantes, en los partidos del Magata se reunían gente importante del baloncesto para verle jugar. Rápidamente Txus Vidorreta le metió en la dinámica del primer equipo, con un papel muy pobre, todo hay que decirlo, pero en el Palacio de los Deportes veíamos ciertos destellos de un jugador con unas capacidades sensacionales. Unas sospechas que confirmó la pasada temporada, siendo uno de los puntales del equipo, un jugador con el que gran parte de la afición se identificaba, un jugador querido dentro y fuera de la pista, que terminó el año hundido con el descenso y que decidió deshechar los cantos de sirena de varios de los grandes de España y la Euroliga para hacer las Américas junto a su hermano Willy.

La bomba explotó en los workouts, «un tubo hacia el aro«, como diría Fran Fermoso, es lo que demostró tener Juanchiviris, además de una presencia física envidiable, con unas condiciones idóneas para el baloncesto del futuro, un alero alto, que lleva el balón al suelo, que tira como la madre que lo parió y que rebotea en los dos aros. Un valor seguro en los tiempos que corren y en los que vendrán.

Pasó en unos días de ser colocado en el final de la primera ronda del Draft al puesto número 15; de que en un principio fuera a estar un año más fogueándose en Europa con el Brose, a que Michael Malone le reclamara de inmediato e hiciera el sueño realidad.

«Escoger a Juancho Hernangómez con la elección 15 y descubrir que Boston lo hubiera firmado con la 16 si nosotros nos hubiéramos esperado a ver si estaba disponible cuando nos volviera a tocar elegir con el 19 es una victoria para nosotros«, Michael Malone.

El futuro es suyo, Juancho Hernangómez juega sin miedo, demuestra carácter, confianza, sabedor de que en los primeros años se juega su porvenir y el respeto de la liga. Promedia 4.4 puntos y 2.9 rebotes en 12 minutos, y dirás: «tampoco es para tanto hombre», y estarás equivocado. Juancho cuenta con jugadores de la talla de Danilo Gallinari, Wilson Chandler o Kenneth Faried por delante en la rotación, en una liga en la que poner a los jóvenes no es una obligación, y menos si es europeo, y menos si peleas por entrar en playoff.

Pero desprende ilusión, cada vez juega más, Malone se empieza a atrever a darle minutos como titular, sus compañeros le adoran. Es difícil no querer a Juancho. Lo da todo en la pista, el 100%, sin reservas, algo que le pone la piel de gallina a su entrenador: «lo que me encanta de Juancho Hernangómez es que es como un semental salvaje. Juega muy duro. A veces no sé qué diablos va a hacer, pero sé que lo hará con dureza. Ataca el aro, rebotea y crea jugadas. Si sigue así se convertirá en un jugador terriblemente bueno«.

La última vez que vi a Juancho le vi confiado, comiéndose el aro frente a los Golden State Warriors de Kevin Durant, Stephen Curry y compañía, liderando, sí, liderando, a los Nuggets ante el candidato número uno a ganar la NBA, sumando 27 puntos, 10 rebotes, 2 asistencias, 1 robo, 1 tapón y un extraodinario 6 de 9 en triples, alzando la voz, situando su nombre en lo alto del panorama internacional.

Kevin Durant ya le conoce, aunque se niega a reconocer el talento del alero madrileño: «es probablemente el partido más importante de su vida. Estuvo muy entusiasmado en la cancha. Es rookie, ¿no? Es un rookie jugando contra nosotros, teniendo una oportunidad. Aseguró sus primeros tiros. Es uno de esos chicos que si falla el primer par de tiros, se acabó. Los metió y se vino arriba el resto de la noche. Jugó con energía, pero hay un puñado de jugadores así«.

Amigo Kevin, ya conoces a Juancho, no le pierdas de vista.