Felipe Dos Anjos da el salto ¿definitivo? a la Liga Endesa

Bilbao será su segunda experiencia en la máxima categoría

La trayectoria de Felipe Dos Anjos durante estos últimos cuatro años es cuanto menos curiosa. De proclamarse MVP del torneo de Hospitalet en el año 2016 (a la altura de jugadores como Nikola Mirotic o Rudy Fernández, entre otros) y convertirse en una de las perlas de la cantera del Real Madrid, destacar en LEB Oro con el club Oviedo al año siguiente, pasando por la Liga Endesa para disputar 17 minutos en la temporada 2017/18 con San Pablo Burgos, para regresar de nuevo a segunda división y firmar, con Melilla y con Palencia, dos años de lo más discretos. En total, si contamos el periplo de pretemporada disputado con Breogán en la 18/19, son un total de seis ciudades españolas las que el pívot brasileño ha podido conocer en menos de cuatro años de vaivenes y esperanzas de poder dar el salto definitivo a la máxima competición.

Sabiendo que la cultura de LEB en este país es algo que todavía tiene un amplio margen de mejora, y que la afición madridista es una afición exigente, exigente y malacostumbrada a tanta estrella precoz en últimamente, y en contraste, a tanta estrella estrellada, Felipe no ha tenido muchas facilidades a lo largo de estos años. Los últimos años están siendo una dicotomía de blancos y negros en La Fábrica de la sección de basket (blancos y menos blancos, que esto es el Madrid, hombre), y nombres como el de Luka Doncic o el de Dino Radoncic nos dan la razón. Jugadores que llegan a alcanzar la cima en tiempo récord, y jugadores que no logran dar la talla y acaban por probar suerte sin suerte en otros equipos. Lo que pocas veces nos paramos a pensar, y menos en plena era del marketing y la comunicación, es que la vida no es de blanco y negro, sino que es de grises. De matices, más bien. De dudas, y no de certezas.

Y en Bilbao se han dado cuenta. Felipe Dos Anjos tendrá su segunda oportunidad en Liga Endesa para la temporada 2020/21, un paso que ha tardado en llegar, pero que llega en el mejor momento posible. Sabiendo que los interiores se cocinan a fuego lento, se puede decir que el horno ya está a punto para acogerle en la máxima competición.

¿Estancado o listo para rodar?

Esa es la pregunta. Para situarnos, tenemos que entender que Felipe Dos Anjos no es el mismo prototipo de pívot que ganó aquel MVP en Hospitalet, lo cual es lógico, pero que tampoco, ni por asomo, es el mismo jugador que recaló en San Pablo Burgos hace apenas un par de años, lo cual sí es algo más inusual en un jugador que, a pesar de seguir aún en formación, pasó de los 20 hace exactamente el mismo intervalo de tiempo, dos años. O lo que es lo mismo, podemos decir sin ningún tipo de remordimiento ni temor a represalias que todos aquellos que creen en el estancamiento del gigante brasileño están equivocados, además de profundamente desinformados.

De ser un pívot dominante gracias a su tamaño (2,18 m) y envergadura (225 cm) en categorías inferiores, ha pasado a convertirse en un jugador muchísimo más móvil y ágil de lo que demostraba siendo más joven. Lejos queda esa versión clavada debajo del aro como un mero reboteador, finalizador e intimidador, versión a la que se le achacaba enormemente su limitado rango de movimientos, podríamos decir que cualquier comparación año tras año de Felipe es un mero espejismo, algo que tiene que ver con que su ascenso no haya sido tan meteórico como el de otras perlas de su generación. Su tiro de media distancia ha ido mejorando a lo largo de los años, su confianza para finalizar cerca del aro, así como su contundencia, también son dos facetas que han conseguido elevar su juego y, sobre todo, la sobriedad que ha ido ganando con el tiempo para moverse por toda la pista dentro del ataque en estático, lo que le permite involucrarse más dentro del juego, ya sea colocando bloqueos ciegos (faceta de su juego en la que puede convertirse en high-class de la liga) como para facilitar la penetración del que tiene el balón en sus manos en una situación de PnR 2vs2. Para ser más precisos; ya no necesita un equipo que juegue por y para hacerle llegar balones debajo del aro, sino que es el propio equipo el que, ahora, se beneficia de todo ese arsenal de recursos con el que el brasileño cuenta. Y, por tanto, ya no representa un papel de estrella en sus equipos, sino el de un facilitador. Un hombre que, tal y como recogen todos los scoutings que se le han hecho, vive por y para el equipo.

Este ha sido un buen año con Palencia. Fuente: El Norte de Castilla.

Pero entonces, si Dos Anjos ha conseguido convertirse en una pieza importante de sus equipos en LEB Oro, ¿por qué todavía no ha llegado su oportunidad para demostrar todo eso en Liga Endesa? Probablemente, porque ese cambio de rol ha pasado a verse reflejado en sus números. Esta es una de esas veces en las que la estadística no muestra realmente lo que aporta un jugador en pista, pues sus números son una constante lineal en su dilatado paso por la competición. En Oviedo fueron 9 puntos y 6,1 rebotes los que aportó en la temporada 2016/17, 8,5 puntos y 5,4 rebotes la pasada temporada en Melilla y 6,2 puntos y 6 rebotes este curso en Palencia, números que no aplican un estancamiento teniendo en cuenta que no son los números su argumento más sólido, pero tampoco demuestran una mejoría tangible. Puede que estas palabras tengan algo de media verdad, pues en tres años, estos promedios deberían haber mejorado, y no al contrario, como ha acabado sucediendo. Sin embargo, esto no se debe tanto a un pobre nivel del jugador (el que lo crea es que realmente no ha visto un solo partido suyo en tres años) como a un problema de regularidad. Por eso sí puede catalogarse como una media verdad; es cierto que la constancia en su impacto numérico debe ser un aspecto importante a mejorar de cara a los próximos años (quizás, de las pocas facetas de su juego que quedan por mejorar para poder dar el salto definitivo a primera), pero ni parece un motivo lo suficientemente pesado como para no darle la oportunidad de demostrar su valía, ni es el motivo que impide su salto a la élite. Por tanto, si está haciendo las cosas ordenadamente y mejorando como está mejorando año tras año, haciéndose más jugador, y con unas características físicas únicas dentro de nuestro baloncesto, hay un ingrediente que viene faltando.

¿Y qué es lo que está fallando, entonces, para que no podamos ver al brasileño de una vez con minutos de calidad en la Liga Endesa? Quizás, el paso más crucial y complicado de dar para los equipos; ofrecerle confianza. Tres años en LEB Oro dan para mucho, pero no sirven de nada si finalmente no hay ningún equipo dispuesto a poder ofrecer minutos al jugador para demostrar realmente que es un jugador que puede aportar a cualquiera de los 18 equipos que conforman la máxima competición, que lo es. Lo que Felipe Dos Anjos necesita es un valedor, en ese sentido han apuntado todos sus esfuerzos estas dos últimas temporadas…

Ecosistema inmejorable

Y parece haberlo encontrado. Es más, Bilbao puede ser el acreedor perfecto. Por estructura de plantilla, por su manera tan efectiva de trabajar. Dos Anjos recala en un equipo que le va como un guante, moderno en ese sentido, que reparte los minutos entre sus jugadores de manera holgadamente generosa y ofrece oportunidades a todos y cada uno de sus jugadores, especialmente a jugadores aún jóvenes como él.

Álex Mumbrú, en concreto, es el entrenador perfecto a la hora de recibir jugadores así, porque tiene todo lo que Dos Anjos necesita para triunfar en ACB; experiencia dentro de la liga para poder entender su situación y paciencia, mucha paciencia. La capacidad para poder gestionar sus emociones y saber hace una lectura de lo que pueda necesitar en cada momento puede ser la guinda del resultado de la suma entre un ecosistema propicio para su desarrollo y las inmensas ganas de Felipe para demostrar lo que vale. Por no hablar de lo más importante; el coach tiene los arrestos suficientes como para confiar en jugadores que en otros lugares no tendrían oportunidades (como en Burgos, hace dos años).


Felipe Dos Anjos ya es un jugador lo suficientemente formado y tiene todo lo que hay que tener para poder tener un hueco en la máxima categoría, mientras que Bilbao es el lugar idóneo para demostrarlo. Lo demás, corre a cargo de dicha correlación. Cuanto más sea capaz de imprimir en Miribilla la enorme ética de trabajo y las ganas de jugar que tiene, más motivos tendrá Álex Mumbrú para darle minutos. Y cuantos más minutos pase dentro de la pista, más podrá demostrar que es un jugador lo suficientemente formado para estar años y años en la Liga Endesa. Y cuanto más lo demuestre, mejor rodarán las cosas para los “Hombres de Negro”. Perfiles como el suyo son capaces de cambiar dinámicas de partidos, conviene tenerlos en dinámica, y como a Bilbao le salga bien la apuesta… Pueden tener a un jugador potencialmente diferencial entre sus filas.