El lado oscuro de la herencia de John Hammond

Tres contratos tóxicos para el recuerdo

Milwaukee Bucks
John Hammond fue un gran trader, pero renovar a jugadores nunca fue su fuerte.

Si hay alguien al que he mitificado y glorificado en su etapa como integrante de los Milwaukee Bucks, y tras su marcha a los Orlando Magic, ha sido a John Hammond. Ex gerente de la franquicia de Wisconsin, donde prácticamente ha tenido su mejor etapa a nivel de general manager, construyendo un proyecto de futuro envidiable a la par que temible. Nunca me arrepentiré de haberle agradecido  todo lo que ha hecho, y lo que nos ha dado, pues ha sido mucho, y muy bueno, tomando (casi) siempre grandes decisiones y devolviendo la ilusión a una ciudad en la cual llevan 17 años sin pasar una ronda de playoffs.

Pero esto, ni mucho menos, significa que todo lo que ha dirigido y ejecutado esté bien, ya que ha dejado una herencia con rasgos tanto positivos, como negativos. Evidentemente, como verás en el título, hablaremos de los segundos, los que al no ser tan relevantes, ni tan visibles, la gente no los tiene tan en cuenta, pero son muy trascendentales. Ya que bajo mi punto de vista, los negativos serán casi tan nocivos, como benignos los positivos.

Dentro de estos aspectos no tan buenos de su gestión podemos marcar en negrita el tema principal de hoy, los famosos contratos tóxicos. Un defecto que en cierta manera aumentó en los últimos dos años, un defecto que tiene difícil solución, pues no hay nada más complicado de vender, que algo que no quieres tu. A continuación, los tres contratos malignos por excelencia de los Milwaukee Bucks, el de Matthew Dellavedova, el de Mirza Teletovic, y obviamente el de John Henson.

Mirza Teletovic, 31 millones en 3 años (10’5 por temporada)

Milwaukee Bucks
Mirza Teletovic aporta mucho con su tiro abriendo defensas, pero es muy pesado en defensa.Keith Allison (CC).

Empezamos fuerte, aunque viendo los precedentes, empezará por quien empezará, iniciaría el análisis de dicha manera. Pues el verano pasado, los Milwaukee Bucks contrataron los servicios del ala-pívot bosnio, al que remuneraron con 31 millones en 3 temporadas, contrato que hoy por hoy no está siendo rentabilizado. Pues no sólo firmaron a un jugador de más de 30 años por una cifra superior a 10 de los grandes, sino que además este jugador no estaba a la altura del contrato, por rendimiento, por calidad, por continuidad y salud, y sobretodo por necesidad.

Ya que por esa cantidad en el mercado se puede conseguir a alguien mucho mejor, y mucho mas válido, pues eso de traer otro interior flojo en defensa, y con conocidas taras de salud es casi tirar el dinero. Darle un dinero que no vale, pues con la de centers defensivos que había en el mercado, y con Thon Maker recién drafteado, sumado a que por aquel entonces todavía teníamos a Miles Plumlee, el movimiento me parece totalmente inexplicable. Sabiendo que Giannis Antetokounmpo y Jabari Parker pasan mucho tiempo jugando de cuatro, y teniendo a Michael Beasley en la recamara por si las moscas, era más necesario que llegará un alero suplente, o incluso un ala-pívot más móvil y físico, no el bueno de Mirza, que apenas jugó en los playoffs, y cuando salió a pista, en 27 minutos que gozó en total, solo anotó un tiro.

Matthew Dellavedova, 38’430 millones en 4 años (9’6 por temporada)

El efecto Matthew Dellavedova, hizo que los Milwaukee Bucks pagarán un precio excesivo.

Otro caso, otra barbaridad de contrato, para un jugador que aporta, que es necesario para estos Milwaukee Bucks bajo mi punto de vista, pero que no se merece ser remunerado con casi 10 millones de dólares. Y más cuando en el mismo verano, los Detroit Pistons firmaron en la agencia libre a un jugador de la misma posición, de semejante rol, y con excelente rendimiento por tan solo 6 millones (Ish Smith). Y puestos a comparar, ni mencionemos a Isaiah Thomas, jugador que tras echarse al líder del Este a las espaldas y ser un top player la NBA cobra menos que el australiano. Pero este tipo de analogías no son el buen camino para medir el contrato, ya que falta ver el nuevo salario del ex de los Celtics.

Otra cosa a tener en cuenta, es que John Hammond fue una víctima del efecto Dellavedova, ya que lo firmamos en un año que salía al mercado tras ser clave en el anillo ganado ante los Warriors, lo que había disparado su valor. Aunque estas circunstancias no me valen como escusa, si realmente eres un buen GM tienes que ser cuidadoso en estos temas y no ser víctima de la inflación.

John Henson, 48 millones en 4 años (12 por temporada)

El bajón de John Henson ha sido digno de un jugador de G-League, esperemos que solo sea un espejismo.

Y por último, la joya de la corona, un jugador que precisamente no es santo de mi devoción ni mucho menos, John Henson, el cual con un contrato de 12 de los grandes por temporada, consiguió todo un chollo. Ya que firmar un contrato por 48 millones, promediando menos de 10 puntos y 5 rebotes, es un tanto exagerado, y un error bastante grave. Puesto que cuando se firmó al ala-pívot de North Carolina, el mercado todavía no había estallado tal cual lo está haciendo ahora y se podría haber conseguido por una cifra mucho más asequible (por menos de la mitad, por mucho potencial que tuviera).

A favor de John Hammond puedo proporcionar dos posibles defensas pese a que de manera subjetiva no las comparta, las aceptó como justificación. La primera es la necesidad de aferrarse a un núcleo joven, de renovar a las nuevas caras que poco a poco se hacen hueco entre los grandes, y que se sientan valorados para rendir como un jugador de semejante precio. Y la segunda, es que el bueno de John, haya confiado demasiado en su potencial, y creyendo que iba a explotar, y que renovarlo les iba a salir muchísimo más caro decidieron hacer un movimiento proyectado al futuro. El único y principal problema, es que Henosn nunca estalló, nunca se revalorizó y lo solamente se estanco, nada de hacerse un hueco entre los grandes.

Así que la herencia de John Hammond la resumimos en una carga salarial de más de 32 millones de dólares, que durará hasta 2019/2020, a cambio de jugadores que irán a menos e irán descendiendo su tiempo y relevancia en pista.