DeAndre Jordan, el último superviviente de la Lob City

El jugador tiene una player-option para la próxima temporada

DeAndre Jordan, el último pilar de la "Lob City" - Laura Cristaldi, (SB)
DeAndre Jordan, el último pilar de la «Lob City» – Laura Cristaldi, (SB)

Érase una vez la Lob City. Fue Blake Griffin durante el Media Day de 2012 cuando, tras la llegada de Chris Paul a Los Angeles Clippers, cuñó este apodo para definir al equipo con el cual él mismo y su fiel escudero DeAndre Jordan habrían buscado llegar a lo más alto. A este ambicioso proyecto se fueron uniendo piezas importantes como Jamal Crawford o J.J, Redick, pero la gloria no llegó.

Tras la marcha de todos los demás protagonistas, queda el solo DeAndre Jordan a recordar el pasado reciente de “lo que habría podido ser y no fue”. El carismático pívot, en su décima temporada en la NBA, todas con los Clippers que lo escogieron en segunda ronda del Draft de 2006, sigue convirtiendo mates poderosos y espectaculares alley-oops, para que el popular comentador local Ralph Lawler pueda seguir aclamando sus proverbiales “The lob, the jam!” retrasmitiendo los encuentros de los californianos.

Los Clippers, en las últimas temporadas, llevaron a cabo espectaculares regular-season, pero fallaron puntualmente en los Playoffs, llevado al front-office, que ahora cuenta con Jerry West como consultor de lujo, a cambiar importantes piezas del equipo, culminadas con los traspasos de Chris Paul y Blake Griffin.

Desarrollamos una bonita amistad”, – comentó DeAndre al Los Angeles Times hablando de sus ex compañeros – “pasamos por muchos altibajos durante lo que se estaba construyendo en esta franquicia juntos. Yo siempre he sido una persona sincera y leal. Soy así, y creo que es importante y por eso sigo aquí”.

Recordemos que en el verano 2015 DeAndre Jordan había alcanzado un acuerdo verbal para ser traspasado a los Dallas Mavericks, pero finalmente el cénter renovó con los Clippers por tres temporadas a razón de 88 millones de dólares, y desde luego Blake Griffin y Chris Paul tuvieron un rol importante en convencer a DeAndre, nativo de Texas, a quedarse en California. Ahora ellos ya no están, pero Jordan queda.

En una temporada plagada de lesiones en la cual los Clippers se encuentran involucrados en una aguerrida lucha para meterse en los Playoffs en una Conferencia Oeste más competitiva que nunca, DeAndre Jordan está dando su importante contribución en mantener vivas las esperanzas de la “Lob City”. El pívot, que está promediando 12.1 puntos, 15.4 rebotes (career-high), 1.4 asistencias (career-high), 0.6 robos y 1 tapón por partido, ya se ha convertido en el jugador con más presencias con la camiseta de los Clippers de toda la historia: con 736 partidos disputados ha superado a Randy Smith (715). Además, el mes pasado Jordan selló su máximo de puntos en carrera, con 30 tantos frente a los Boston Celtics. En la victoria de la pasada semana en Chicago frente a los Bulls, otra gran prestación del cénter (29 puntos, 18 rebotes, 2 tapones) llevó a los Clippers a la victoria.

“Creo que ha crecido mucho,” – comentó el coach de los Clippers Doc Rivers – “es más serio. Es siempre el divertido y adorable DJ, pero ha mejorado en el vestuario. Es increíble en la cancha, está más preparado y en muchas ocasiones ha sido nuestro salvador. Pero no es solo cuestión de baloncesto; es más maduro bajo todos los aspectos”.

Efectivamente DeAndre ha implementado un complejo ritual pre-partido junto con su entrenador personal Robbie Davis, que prevé rutinas con fajas elásticas y ejercicios al tiro. Es evidente que el interior de los Clippers ha mejorado mucho en su punto débil: el tiro libre, alcanzando esta temporada el 61.3%, cuando en los nueve años anteriores nunca había pasado del 50%.

“No creo que la gente lo sepa,” – comentó el mismo Jordan acerca de su disciplina a la hora de entrenar – “y no me interesa que lo sepan. Sé lo que hago y la gente que me rodea sabe que trabajo duro, y no solo en la cancha, sino también fuera de ella, estudiando vídeos de jugadores y jugadas y cosas como estas. Sé cuánto tiempo conlleva esto”.

Tras los últimos movimientos de mercado, el rol de DeAndre Jordan en el vestuario ha cambiado.

“Por supuesto, es uno de los pilares del vestuario, llevando años aquí,” – comentó Lou Williams – “su voz es importante, su presencia es fuerte. Hablando de energía, todo el mundo intenta seguir su ejemplo: es una fuerza impulsora para nosotros”.

La relación entre DeAndre Jordan y Los Angeles Clippers ha sido siempre muy intensa, pero las cosas se pusieron un poco tensas cuando se empezó a hablar de dinero. El jugador quiere una extensión de contrato y la franquicia parece intencionada a seguir contando con el último superviviente de la “Lob City”, pero las dos partes no alcanzaron un acuerdo durante las varias reuniones tenidas tanto en verano como antes del último trade-deadline.

El jugador tendrá que tomar una decisión importante el próximo verano, ya que tiene una player-option de 24.1 millones de dólares para la temporada siguiente. Podría aceptarla y quedarse un año más o rechazarla, convirtiéndose en agente libre y tantear el mercado.

Quiero estar aquí”, – dijo DeAndre – “pero no quiero que eso se base en la opción de un año que tengo en mi contrato. Espero que llegue una oferta por parte de la sociedad que satisfaga a ambas partes, y espero así quedarme. Pero ya lo descubriremos cuando llegue el momento”.

Jordan encontró personalmente al dueño de la franquicia Steve Ballmer un par de veces últimamente y, aunque de momento las dos partes no llegaron a un acuerdo, el jugador se quedó impresionado por la visión de Ballmer acerca del futuro próximo del equipo.

“Es importante poder sentarse a hablar cara a cara acerca del potencial que podría tener en el futuro de la organización de la cual llevo diez años siendo parte,” – confirmó el interior – “como dije, estas conversaciones no llevaron a nada concreto. Aún así, me quedo optimista acerca de la franquicia y de mis posibilidades de seguir siendo parte de ella, porque realmente amo este equipo, me encantan el entrenador y los compañeros con los cuales juego”.

Todo está en las manos de Los Angeles Clippers y del rumbo que quieran tomar de cara al inmediato futuro. De ello dependerá si la Lob City seguirá viva o si se enterrará definitivamente.

“Como ya comenté, todo depende de lo que quiera hacer el front-office, de si deciden quedarse con algunos jugadores. Si lo harán, será estupendo porque seguiremos construyendo y manteniendo el tren en marcha. De no ser así, entonces sigue siendo baloncesto, y me encantará donde sea que esté”.