Los Clippers necesitan recuperar su buen juego cuanto antes

Han sufrido un 8 derrotas consecutivas

Blake Griffin los angeles clippers
Blake Griffin  continúa liderando a los Clippers, pero no es suficiente. Foto: Carlos Almenar (SB)

Los Angeles Clippers están viviendo la que probablemente sea su peor crisis de juego de los últimos siete años, y aunque muchos achacan esta situación a las lesiones, no son el único problema que ronda en “Lob City”.

Está claro que las ausencias son un factor muy importante en cualquier equipo, y más cuando todas ellas son jugadores titulares como Patrick Beverley (rodilla derecha), Danilo Gallinari (distensión de glúteo) y Milos Teodosic (fascitis plantar), llegando a notar un deterioro increíble en la fluidez del balón en la ofensiva angelina y dejando su defensa prácticamente devastada en cuánto al perímetro exterior, pero no todo depende de los jugadores que se encuentran en la enfermería, sino que hay otro factores.

Con demasiada frecuencia, las acciones ofensivas carecen de sentido y se producen ataques incoherentes que terminan la mayoría de veces con tiros forzados al final del reloj de posesión o con Blake Griffin lanzando mientras es defendido por dos rivales, lo que ha provocado un importante descenso del porcentaje de tiros de campo, llegando a no superar el 40% en algunos encuentros.

Por otro lado, Austin Rivers ha tenido la oportunidad de callar a todos aquellos que le critican por ser el hijo del entrenador y de demostrar su validez para estar en el quinteto inicial, pero no lo ha hecho, sólo se ha dedicado a salir fuera del arco a lanzar triples, una de sus peores facetas, y a amasar el balón. En el último encuentro frente a Charlotte Hornets terminó con un paupérrimo 21% en tiros de campo y un 17% en tiros de tres mostrando una pésima selección de tiros y fallando desde cualquier punto que lanzara y también acaparó demasiado el balón, lo que atascaba una vez más la fluidez del juego, algo vital en la ofensiva de los Clippers.

Mientras Blake Griffin continúa en la misma línea ejerciendo bien su papel de líder del equipo, quién parece haber dado una paso al frente (ya que no le queda otra opción) es DeAndre Jordan, ha elevado sus números en anotación, mejorado aún más sus porcentajes de tiros de campo y está llevando todo el peso de la defensa angelina, aunque obviamente, un solo jugador no puede parar a todo un equipo.

Algo que también puede ser criticable en esta crisis es la rotación de Doc Rivers. A pesar de verse en un mal momento en el que tiene pocos jugadores para armar buenos quintetos, el entrenador ha decidido seguir en su línea habitual, cargando de minutos a sus principales estandartes (incluido su hijo, aunque no se lo haya ganado) y dejando en el banquillo a jugadores que pueden aportar minutos de calidad y descanso a los titulares como Sam Dekker, Montrel Harrell o Willie Reed. Lo único salvable es la oportunidad que le está dando a los novatos Sindarius Thornwell y Jawun Evans para poder afianzarse un puesto en la plantilla, algo impensable en la filosofía de Doc Rivers, al menos en los últimos años, aunque claro, no le ha quedado más opción, pues los puestos de base y escolta brillan por su ausencia en estos momentos.

Tras perder 8 partidos consecutivos contra Memphis Grizzlies, Miami Heat, San Antonio Spurs, Oklahoma City Thunder, New Orleans Pelicans, Philadelphia 76ers, Cleveland Cavaliers y Charlotte Hornets, los Clippers tienen la oportunidad de recuperar el gran nivel con el que empezaron la temporada 2017/2018, cuando llegaron a ser el único equipo invicto de la liga, pues se habla de la vuelta de Patrick Beverley en el próximo partido que jugarán en el Madison Square Garden contra New York Knicks y luego les espera unos partidos más que accesibles dónde juegan contra Atlanta Hawks, para terminar la gira por el este, Sacramento Kings, Los Angeles Lakers, Utah Jazz y Dallas Maverciks, un calendario perfecto para un equipo que necesita una victoria urgente para que dejen de sonar las alarmas.