Cinco claves para la renovación de Gordon Hayward

El jugador termina contrato

Gordon Hayward Utah Jazz
Hayward en un partido de esta temporada 2016/17. Nil Alemany (cc)

No se puede negar que Gordon Hayward es, dentro de todo el mundo que rodea a los Jazz, el «hijo mayor» modélico del que todo padre y familiar está orgulloso. Corría por entonces el año 2010 cuando los mormones seleccionaron a aquel jugador universitario con cara de niño de instituto con la décima posición del Draft. Y desde entonces, su trayectoria ha sido nada más que un ascenso seguro y constante hasta convertirse en un hombre (y jugador) hecho y derecho, un proceso algo ralentizado por algunos años bajo un staff pésimo (cofcofCorbincofcof). Pero el momento ha llegado. La semana pasada se anunciaba lo que desde SLC se lleva gritando a los cuatro vientos durante mucho tiempo. Hayward ya es una estrella de la NBA y su presencia en el All-Star de Nueva Orleans lo confirma.

Y justamente ahora que el jugador «obra maestra» de la época de Brad Stevens en los Butler Bulldogs ha empezado a mostrarse como una estrella, su segundo contrato con los Jazz termina. Tampoco es ningún secreto que en Boston quieren al alero de Utah. Todos sabemos que su coach en la universidad (y casi todo el Despacho, todo sea dicho) moja las bragas cada noche al verle vistiendo la elástica verde en sus sueños. Y si bien el equipo de Massachusetts es el más ruidoso en ese aspecto, véase como le aplaudieron en el TD Garden, no cabe duda de que si el bueno de Gordon sale a la agencia libre habrá más equipos que se interesen en sus servicios.

Pero, mucho nos tememos que se quedarán con la miel en los labios. Desde aquí os diremos los cinco motivos con los que los Jazz están seguros de poder retener a Gordon Hayward.

 

1.- EL CHICO MÁS QUERIDO DEL ESTADO

Aunque sea un poco doloroso decirlo de una manera tan directa… Utah es el mercado pequeño elevado a la excelencia. En el estado mormón hay poca cosa que hacer salvo jugar a baloncesto y hartarte a pasar frío y ver nieve. Por eso los fans del equipo y el mundo que lo rodea en general ponen en un pedestal a aquellos jugadores que, pese a todo, lo dan todo sobre la cancha y se integran en la comunidad. Y en la actual plantilla de los Jazz (salvando quizás la posible excepción de Rudy Gobert), Gordon Hayward es el chico más querido de todo el estado.

Hechos como el quedarse en Utah practicando él sólo este verano, durante su periodo de vacaciones, tras ser cortado de la lista definitiva del equipo nacional de USA para los JJOO de Río han hecho que la afición sienta un cariño especial por el jugador nacido en Indiana. Él representa el jugador modelo de la franquicia, el joven que llega desde el Draft, crece, mejora y destapa su potencial vistiendo siempre la camiseta de los Jazz. Y llegado el momento, no cabe duda de que la comunidad hará todo lo que esté en su mano para que él se quede.

 

2.- LA HISTORIA

Quiero ser muy breve aquí. Pero antes de nada, quiero aclarar que cuando hablo de historia no me refiero a los éxitos de un equipo o de otro (entonces tendríamos poco a hacer contra nuestros amigos de Boston) sino a la manera de trabajar de las franquicias.

Si algo ha demostrado durante años el equipo de SLC es que sus proyectos lentos, con paciencia y escritos con buena letra llegan a buen puerto. Quizás os suene esta historieta que os contaré ahora. Dos hombres pacientes se quedaron en Utah durante años hasta que el proyecto a su alrededor los llevó a dos Finales que perdieron contra el mejor de la historia (un tal MJ). Ahora tienen estatuas en su honor a las puertas de la cancha. Casi nada.

¿Qué pasa cuando llegan las prisas, las peticiones de traspaso, no renovar y los líos? Que el proyecto se desmorona y el jugador termina traspasado al equipo que ofrece una mínima recompensa por él. Y la vida sigue su curso hasta que a uno termina robándole minutos Seth Curry. Ouch. (No te ofendas Seth, me sigues cayendo mejor que tu hermano)

El proyecto se recompone siempre, el jugador no.

 

3.- ¿ALGUIEN HA DICHO DINERO?

Los últimos tiempos han sido época de renovaciones importantes en Utah y eso ha hecho que el equipo, que hace unos años tenía una cantidad aberrante de espacio salarial, esté empezando a vislumbrar el tope. Las renovaciones de Burks, Gobert y la aparentemente inminente de Hill, hacen que los mormones tengan que empezar plantearse dónde gastar su dinero. Favors, Hill, Free Agents,… y, obviamente, Gordon Hayward.

Pese a todo, los Jazz están en posición para darle un contrato máximo a su alero estrella. Algo nada descabellado viendo como con cada partido (y cada paso agigantado de Gobert) parece que el destino de Derrick Favors se aleja más de SLC.

 

4.- ¿QUIÉN ES LA ESTRELLA DE ESTE EQUIPO?

Que los jugadores de la NBA tienen un ego del tamaño de los michelines de Shaquille O’Neal en su época en Phoenix lo sabemos todo. ¿O es que tienen la autoestima de un quinceañero? Quizás nunca lleguemos a averiguar la respuesta a semejante pregunta, pero lo que no se puede negar es que quieren que les digan lo buenos que son y que les traten como estrellas. Y cuando digo quieren me refiero a que lo NECESITAN… de verdad.

Gordon Hayward quizás no sea el jugador más ególatra de la liga (sí, os estoy mirando a vosotros, Howard, Green y compañía) pero seguro que le encanta que le traten como a una estrella. Y en Utah así lo hacen. La pregunta es, ¿recibiría ese mismo trato en otros destinos? Lo dudo. Por poner un ejemplo, en Boston ese papel lo ocupa (merecidamente) Isaiah Thomas y en los Lakers, otro equipo alrededor del cual se ha soltado humo… bueno, mejor nos reímos todos un poco.

 

5.- COMPETITIVIDAD

No os podéis hacer una idea de cuanto me alegra poder decir esto. Pero por fin los Jazz pueden sentarse a la mesa con un jugador y decirle «tú haz lo que quieras, pero piensa que el equipo está en Playoffs, ganando partidos en canchas difíciles,… piénsatelo bien». Con el disparate contractual que se ha convertido la NBA desde los aumentos del tope salarial, el poder ofrecer un proyecto competitivo (y con futuro) que funciona a tiempo presente es un arma que muy pocos otros equipos pueden permitirse. Y seguramente sea la mejor baza de los mormones para retener a jugadores en un futuro cercano.