Los Boston Celtics necesitan diversificar su ataque

El triple debe ser solución y no único recurso

Isaiah Thonas y Marcus Smart, los encargados de mover el balón en los Boston Celtics (Foto: SomosBasket)
Isaiah Thonas y Marcus Smart, los encargados de mover el balón en los Boston Celtics (Foto: SomosBasket)

Cualquiera que siga un partido de los Boston Celtics sabrá de lo que hablo, a simple vista aquel espectador casual podrá percatarse de que el tiro de 7.25 metros es el medio predilecto de acceso a la anotación, no solo por parte del conjunto de Massachusetts, si no por TODA la liga. La explicación de esto nos remite a la estadística avanzada, que ha demostrado que es preferible tomar lanzamientos de tres puntos  y cercanos al aro (entiéndase dentro de la zona restringida) que en posiciones intermedias. La norma indica que teniendo en cuenta porcentajes, intentos y posesiones terminaran compensando la balanza a favor del equipo que siga este patrón.

La idea de este artículo no es contradecir el uso de este recurso, si algo nos ha demostrado Jonah Hill en Moneyball es que lo importante es “llegar a primera base”… o bueno, en este caso, tirar de tres e ir hacia el aro. La aplicación de la estadística avanzada no es una cuestión que discuto aquí, si no en cómo utilizar esa información para replicarla correctamente.

La idea de todo esto, no es que los Boston Celtics dejen de tirar de tres, ni si quiera que lo hagan con menos frecuencia, si no simplemente que lo hagan cuando es CORRECTO hacerlo… todo se remite a tomar un lanzamiento bien posicionado y no a hacerlo porque el “sistema” diga que hay que hacerlo. Para que se entienda: agarrar un rebote (si tenemos la suerte de hacerlo y se alinean todos los planetas) salir de contra y ejecutar un tiro a la carrera desde una posición que no se tiene alto porcentaje de efectividad… NO ES BUENO (cuantas veces por partido se observa esto).

Cuando la aplicación del sistema pasa por encima del nivel de lectura, es cuando se vuelve ineficiente el uso de la información. Si el pace le gana a la lectura y ejecución, solo obtendremos mas perdidas y más puntos fáciles para el contrario. Si los Boston Celtics se repiten una y otra vez con el lanzamiento de tres puntos, lo único que hacen es facilitarle el nivel de lectura defensiva a los contrarios (si un boxeador solo pega jabs con la derecha, no tardará el contrario en bloquear y contraatacar). La consecuencia lamentable de todo esto es que NO se termina de utilizar correctamente uno de los valores más preciados que tiene este plantel: LA VERSATILIDAD.

Pongamos como ejemplo a Kelly Olynyk, el canadiense es EL modelo o prototipo del jugador VERSÁTIL, un siete pies que puede tirar de larga distancia, así como poner la pelota en el suelo e ir hacia el aro (aunque alguno se asuste, HELLO TORTU) y pasar a un compañero abierto si así lo requiriese la situación. Si el ex Gonzaga solo se limita a tomar lanzamientos de tres puntos, su utilidad en el sistema pierde sentido, porque justamente lo que hace al modelo flexible y eficaz, es el NO SABER que va a hacer un jugador que en POTENCIA puede tanto driblear, como pasar, como tirar (la triple amenaza no está muerta señores, está más viva que nunca).

La falta de un lector de juego tradicional perjudica este tipo de modelo porque hay que saber cómo identificar las situaciones de ventaja que genera el rival. Pero ante este tipo de problema lo que queda es MOVER LA PELOTA. Si el balón circula en ataque, siempre se encuentra a un hombre libre (este equipo lo suele hacer muy bien, está dentro del top 5 en asistencias de la liga) pero por momentos, se pierde el rumbo y se olvidan de correr el sistema y se limitan al tiro exterior.

Con la presencia de AL Horford en la primera unidad, se ve claramente como esta corre mejor y se diversifica el ataque, jugando tanto de dentro hacia a fuera como de afuera hacia adentro El inconveniente radica en la segunda unidad y preferentemente cuando la pelota está en manos de Terry Rozier. Ya hemos hablado largo y tendido de las virtudes del «Tren de Louisville» sin él esférico en la mano y de las dificultades que tiene cuando tiene que ser él quien se encargue de organizar.

En los últimos encuentros se ha podido ver a Marcus Smart tomar más las riendas de la segunda unidad lo que ha mostrado una mejora sostenida en el volumen de juego de la misma. Aunque el ex Oklahoma State no es un gran lector de juego, si es un MAS que decente ejecutor de jugadas.

Con Brad Stevens preocupado por la falta de efectividad para poder concretar oportunidades en transición, que Smart tenga la pelota en sus manos para ejecutar es una MUY BUENA noticia. El último paso para equiparar y balancear el juego de la segunda unidad seria darle el control total  como playmaker. Más allá de que no se podrá equiparar el nivel de volumen de juego que se tenía en etapas anteriores (no he nombrado al #11) si podremos ver una ejecución y un movimiento de pelota más fluido que si el útil lo tiene «el Tren» Rozier (cuya producción off ball es para enmarcar y poner en la mesita de luz).
Diversificar el ataque, no perder de vista que siempre es más importante tomar un tiro bien parado, que uno rápido, que la pelota circule mas rápido que el jugador y no al revés, tiene que ser el ABC de éste equipo y nunca perderlo de vista, esté quien esté en cancha.