Análisis de temporada 2016-17: Denver Nuggets

UN MUY BUEN PASTEL, PERO SIN GUINDA

El 2016-17 fue en muchos aspectos un año positivo para los Denver Nuggets, que volvieron a luchar por algo importante tras tres temporadas quedándose en el limbo de la conferencia Oeste. El equipo encontró su rumbo a lo largo de los meses y fue de menos a más. El récord de 40 victorias y 42 derrotas es el mejor registrado por la franquicia de Colorado desde el 57-25 de la 2012-13. Sin embargo, quedarse a las puertas de disputar los Playoffs sin finalmente conseguirlo dejó un regusto amargo: el pastel se quedó sin guinda.

Cabe destacar tres apartados estadísticos en los cuales los Denver Nuggets quedaron en el podio de la NBA:

• Tercer equipo más anotador con 111.7 puntos (por detrás de Golden State Warriors, 115.9 y Houston Rockets, 115.3)
• Segundo equipo más reboteador con 46.4 rebotes totales (por detrás de Oklahoma City Thunder, 46.6)
• Segundo equipo con más asistencias con 25.3 (detrás de los Warriors con 30.4).

El otro lado de la moneda es que los Denver Nuggets acabaron con el segundo peor Defensive Rating: 110.5, por detrás solo de Los Angeles Lakers con 110.6. En la NBA, si no hay defensa, es imposible triunfar y en Colorado desde luego la manta ha sido muy corta, con el equipo genial en ataque, pero lamentable en cuanto a protección del aro.

Un comienzo con altibajos (pocos altos y muchos bajos)

Los primeros dos escasos meses de competición fueron muy irregulares para los Denver Nuggets. Si bien la aventura de los hombres de Michael Malone se abrió con una victoria en la cancha de los New Orleans Pelicans y con una gran prestación de Jusuf Nurkic, la opening-night en elPepsi Center acabó con derrota por 115-113 tras una prórroga frente a los Portland Trail Blazers que estropearon la fiesta en la retirada de la camiseta número 55 de la leyenda Dikembe Mutombo. Seis meses después, volviendo a pensar en aquel enfrentamiento, se puede decir que aquel game-winner de Damian Lillard fue determinante para la clasificación a los Playoffs de los Blazers.

A partir de ahí, los Denver Nuggets alternaron excitantes victorias, como la obtenida el 6 de noviembre en la cancha de los Boston Celtics por 123-107 o frente a los Utah Jazz el 20 de noviembre por 105-91 con malas derrotas, como la cosechada en la cancha de los Brooklyn Nets el 7 de diciembre (111-116). Hasta el 12 de diciembre (derrota frente a los Dallas Mavericks), los Denver Nuggets habían disputado 25 encuentros, contabilizando 9 victorias y 16 derrotas, un balance bastante pobre.

El cambio de alineación y la explosión de Nikola Jokic

El 15 de diciembre los Denver Nuggets jugaban en casa frente a los Portland Trail Blazers (otra vez) y en el quinteto titular propuesto por Michael Malone había una novedad: Nikola Jokic figuraba en él, en la posición de 5, tras los experimentos fallidos jugando de 4 al lado de Nurkic o el poco impacto que el serbio tenía saliendo desde el banquillo, cuando era llamado a remplazar al mismo Nurkic, pívot titular hasta el momento. Los Denver Nuggets ganaron jugando bien, y lo hicieron también en los dos partidos siguientes frente a New York Knicks y Dallas Mavericks.

A partir de ahí la temporada cambió de cara y color: el equipo tuvo sus derrotas y sus malos días (sobre todo en defensa), pero el ataque empezó a funcionar como una máquina y sobre todo se notaba que los jugadores en la cancha estaban a gusto: se lo pasaban bien y hacían divertir a su público. Nikola Jokic empezaba a demostrar sus calidades de pasador fuera de lo habitual y Danilo Gallinari mejoraba sensiblemente sus porcentajes de acierto, volviendo a coger el sitio ocupado el año anterior de máximo anotador del equipo. Tras unas largas semanas de baja Gary Harris volvía a estar al 100%, dando su vital aporte en la economía del juego del equipo.

El partido de Londres, un punto de inflexión

Tras una excelente segunda mitad de diciembre, los Nuggets empezaron el 2017 con cinco derrotas consecutivas. Más que el juego en sí, parecía haber algunos problemas de química entre jugadores jóvenes y los veteranos y entre los veteranos y Michael Malone. En este sentido, el viaje al viejo continente para enfrentarse a los Indiana Pacers en el cuadro de los NBA Global Games en el escenario de la O2 Arena de la capital británica tuvo una importancia esencial en el desarrollo de la temporada.

Los Denver Nuggets en Londres jugaron su mejor partido de los últimos años, aniquilando a Paul George y a sus Pacers, imponiéndose por 140-112 en un festival ofensivo delante de una multitud de gente llegada desde cada rincón de Europa para asistir justamente a eso: baloncesto NBA en estado puro, con mates espectaculares de Kenneth Faried, triples de Danilo Gallinari y maestría de Nikola Jokic.

Nikola Jokic: un mes para la historia

Tras la vuelta de Londres, los Denver Nuggets eran otro equipo: desde el 12 de enero los de Colorado disputaron 44 partidos, conquistando 24 victorias por 20 derrotas. Nikola Jokic empezó a ser más el líder del equipo, realizando su primer triple-doble de los seis registrados en toda la temporada el 3 de febrero frente a los Milwaukee Bucks y anotando 40 puntos en el Madison Square Garden el 10 del mismo mes. Otro hito histórico del equipo, además plagado de bajas, fue una de las más increíbles victorias en la historia de la franquicia: el éxito por 132-110 frente a los Golden State Warriors en el Pepsi Center, igualando el récord de triples anotados durante un partido: 24 (de 41 intentos).

La carrera hacia los Playoffs se queda sin premio

El 23 de febrero empezaba lo bueno para los Denver Nuggets. Tras el AllStar los de Colorado tenían una sola cosa en mente: clasificarse para los Playoffs. Pese a la mala derrota en Sacramento en el primer partido tras la reanudación, a partir del siguiente el equipo apareció más serio, concentrado, determinado. Tras tres años de limbo, los Nuggets volvían a luchar por algo y, aunque finalmente esa carrera se quedó sin premio, fue excitante para el ambiente en todos sus aspectos.

Mientras los equipos con peor clasificación empezaban a tanquear y los de más arriba a hacer descansar a sus estrellas siempre más a menudo, los Denver Nuggets renovaban su compromiso al 200% con el equipo partido tras partido. Realmente, una vez digerida la decepción para el objetivo fallido y a sabiendas que contra los Warriors no habría habido mucha esperanza de hacer algo positivo, hay que valorar la importancia de lo que ha sido la carrera en sí, y aún más teniendo en cuenta la juventud del equipo. Pues rookies y sophomore se encontraron en la cancha en varios partidos clasificados como “must-win” (a ganar sí o sí). Hubo ocasiones en las cuales se ganó, como en Sacramento el 11 de marzo o en New Orleans el 4 de abril, y otras en las cuales se perdió (un partido entre todos: la derrota en Portland del 28 de marzo que realmente fue determinante), pero ese afán de “jugar para ganar” y sin margen de error ha sido importante en el crecimiento de los jugadores y emocionante para los aficionados.

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Nikola Jokic, la estrella

Como ya comentamos repasando cronológicamente la temporada que acaba de terminar, el 2016-17 ha sido sin duda el año de la explosión de Nikola Jokic. Tras una temporada de rookie promediando 10 puntos, 7 rebotes y 2.4 asistencias en 21.7 minutos, el interior serbio pasó a registrar 16.7 puntos, 9.8 rebotes y 4.9 asistencias en 27.9 minutos por partido. Ya mencionamos los 40 puntos frente a los Knicks y sus seis triples-dobles; pues cuatro de ellos fueron en el arco de 30 días, que es un récord para un pívot y sophomore.

Buenas partes de las esperanzas de los Denver Nuggets de volver a la gloria están puestas ahora mismo en las manos del serbio, que ha enamorado al ambiente gracias a sus dotes de pasador que lo han convertido, de hecho, en el principal organizador de las jugadas en ataque. Si aprendiera a defender un poco, estaríamos delante al futuro MVP de la NBA…

Danilo Gallinari, el máximo anotador

El alero italiano fue, por segundo año consecutivo, el máximo anotador de los Denver Nuggets. Terminó su campaña 2016-17 promediando 18.2 puntos, 5.2 rebotes y 2.2 asistencias en 33.9 minutos (disputando 63 encuentros). Aunque el año pasado había anotado más, con 19.5 puntos por partido, este año Danilo Gallinari anotó mejor, progresando en todos los porcentajes de acierto: 49.2% en tiros de dos, 38.8% en triples y 90.2% en tiros libres.

La mejor arma del transalpino es la versatilidad: a parte el gran año en tiros exteriores, lo hemos visto atacar el aro con frecuencia (sus mates en los highlights son un recuerdo tangible de ello). El azzurro fue de menos a más, manteniéndose de todas formas regular y anotando por lo menos 10 puntos en 62 de los 63 partidos disputados y cerrando su año con su season-high de 34 puntos frente a los Thunder.

Su punto débil sigue siendo la defensa y su continuidad en la franquicia de Colorado está en el aire ahora mismo.

Gary Harris: el pegamento que hace que todo funcione

Ni los Nuggets habrían estado luchando para los Playoffs, ni Nikola Jokic habría explotado de esa manera, ni Danilo Gallinari habría anotado tanto y tan bien…. Nada de eso hubiese ocurrido sin Gary Harris. El aporte del escolta nativo de Indiana a la franquicia va más allá de la pura estadística, que habla de 14.9 puntos (50.3% en tiros de campo), 3.1 rebotes, 2.9 asistencias en 31.3 minutos en 57 partidos disputados. Quizás la importancia de “Garris” se notó aún más en los 25 partidos que el jugador se perdió por lesión. Gary Harris juega con el equipo y para el equipo, su química con los compañeros es excelente: con él en campo todo resulta más fácil.

De la importancia de Gary Harris para los Denver Nuggets es bien consciente Tim Connelly, que de hecho declaró que prolongar el contrato de su escolta titular será prioridad absoluta durante la off-season.

Opinión

La temporada 2016-17 ha sido en general positiva para los Denver Nuggets. A principio del año nadie habría apostado ni un duro para los de Colorado, y al final el récord conseguido ha sido mucho mejor de cuanto pronosticado por los varios expertos del sector (o presuntos tales). No se logró el objetivo de clasificarse para la post-season, con lo cual el pastel se quedó sin su guinda. Sin embargo, ha sido un buen pastel, que hemos ido saboreando a lo largo de toda la temporada. Al principio sabía un poco a agridulce, pero con el acercarse de las Navidades ya fue cogiendo frescura y el sabor mejoró notablemente. El toque a “cake” inglés del 12 de enero fue fundamental para convertirlo en algo muy sabroso, que hemos ido disfrutando hasta el último día. Faltó la guinda, solo ella. La esperamos para la temporada que viene.

Nota final: 7