El impacto de Al Horford en los Celtics

El pívot se ha adaptado bien a Stevens

Al Horford Boston Celtics
Al Horford se ha adaptado muy bien a los Boston Celtics – Nil Alemany (SB)

Cuando el límite salarial ascendió hasta los 94 millones de dólares el año pasado, varios equipos se encontraron con espacio de sobra. Aprovechándose de esta subida y de previos negocios, los Boston Celtics tuvieron dinero para ofrecer dos contratos máximos a los agentes libres de 2016. Kevin Durant y Al Horford, entre otros, salieron al mercado.

En la madrugada del tres de julio, Horford firmó por el máximo con Boston. En principio, se buscaba que ayudara a traer a Durant a los Celtics. Sin embargo, como todos saben ya, este último sucumbió a los cantos de sirena de Golden State. Pero el verano no fue en absoluto un fracaso para Ainge, quien logró, por fin, adquirir una estrella en la agencia libre.

El pívot dominicano se perdió catorce partidos en la temporada regular, pero sus Playoffs fueron muy positivos. Promedió números decentes: 14 puntos, casi 7 rebotes y 5 asistencias. Sin embargo, y con razón, se comenzaron a escuchar murmullos en el Garden. Son buenas estadísticas, ¿pero son las de un jugador de máximo? Más allá de entrar a valorar si lo son o si no, está claro que la única manera de añadir un jugador como él era mediante ese contrato.

La firma de Horford tuvo también un claro componente anímico. A pesar de tener más títulos que cualquier otra franquicia, Boston no es un destino habitual para agentes libres de primer nivel. Esa tónica ha cambiado estos días con su contrato y el de Hayward. Esto habla muy bien del proceso de reconstrucción de los verdes.

Ningún seguidor debió esperar de él mucha presencia en la zona o rebote. Horford no es ese tipo de jugador. Es un hombre alto, de 6’10» (208 cm), cuyas virtudes son el pase y el espaciado. El impacto del ex de los Hawks no puede apreciarse completamente en un boxscore. Hace cosas que no se reflejan en la ficha del partido. Son esos jugadores, los de los intangibles, los que son muy difíciles de encontrar. Además, fue clave en la transformación de Isaiah Thomas.

El ‘efecto Horford’ en Isaiah Thomas

Thomas pasó de ser un All-Star primerizo a uno de los cinco jugadores más votados para el MVP. La transición fue radical, sobre todo por el corto periodo de tiempo en el que se dio. Tras su año, pertenece sin duda a los diez mejores bases de la liga. Sobre todo, el mes de enero fue espectacular para el jugador de Tacoma, con una media de 32.9 puntos por partido. Larry Bird (dos veces) y Paul Pierce fueron los únicos Celtics en promediar más de 33 PPG en un mes. Y, por supuesto, los últimos cuartos de los partidos fueron estratosféricos.

Y, pese a los números relativamente grises de Horford, es imposible explicar el cambio de Thomas sin su presencia. En ataque, el pívot estuvo más en el perímetro que en la pintura, rol del cual se ocupó más veces Amir Johnson. Su visión de juego fue un arma más en el pick and roll. Tras poner el bloqueo, Horford es capaz de ir hacia la canasta, devolver el balón al base, buscar hombres abiertos si la defensa ayuda o retroceder hacia la línea de tres puntos.

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Con tiradores abiertos, es una combinación difícil de detener. No sólo Horford es una amenaza en el pick-and-roll, sino que Thomas es uno de los jugadores que mejor emplea este recurso en la liga. Suele buscar un cambio que le deje ante un hombre grande. Utiliza de forma inteligente su velocidad para superar a los pívots rivales.

El tiro de tres de Horford no es sólo importante en bloqueos, sino en cualquier situación. Las defensas oponentes fueron listas y presionaron siempre que pudieron a Thomas. Era lógico, ya que Isaiah es (o era, welcome Gordon!) el único jugador capaz de crear su tiro consistentemente. Si las defensas ayudaban, Horford podía estar libre en el perímetro. Y ese efecto con Hayward se multiplicará.

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Su capacidad pasadora es importante para Stevens. El entrenador de los Celtics no tiene un plan de juego de ataque estático. El balón debe estar en movimiento en la mayor parte del tiempo. Al no ser simplemente un pívot anclado en la zona, puede participar de este movimiento y contribuir mientras los jugadores rápidos desarrollan jugadas o cortan hacia canasta.

Siempre se ha dicho que no es necesario que un jugador anote cada tiro que intenta, sino que la defensa crea que lo puede hacer. Hay valor efectivo en su capacidad de espaciado, que se puede traducir en puntos propios. Pero lo importante de ello es que provoca que los pívots deban estar atentos. Thomas tuvo más vías libres hacia la canasta este año que en cualquier campaña anterior.

En defensa, se repetirá una y mil veces: debe defender a los pívots rivales. El emparejamiento con los 4 es casi siempre perjudicial para el dominicano. A pesar de ser su preferencia, se encontraría constantemente con aleros más rápidos que él. No pudo defender a Kevin Love en momentos de la serie ante Cleveland, mostrándose lento para atacar los closeouts e incapaz de alterar significativamente la trayectoria de los tiros del jugador de los Cavaliers.

El hecho de no ser un protector del aro o un reboteador hace que sea menos espectacular. Los problemas en los tableros siguen existiendo con Horford o sin él. Las aportaciones de Baynes o Zizic pueden ayudar, pero no serán de primera clase. Para competir este año, los Celtics deberán mejorar el rebote en su conjunto.

De todos modos, su valor ofensivo seguirá siendo crucial para los Celtics. Si bien no es mortal para los oponentes, es una pieza clave para que el engranaje funcione. Más que una defensa a su contrato máximo, que no lo es, esto debe ser interpretado como un análisis de esos pequeños detalles que no aparecen en los números. Su juego no se basa exclusivamente en su capacidad atlética, por lo que no debemos esperar una caída increíble a medida que se vaya haciendo mayor. Y mientras siga teniendo este impacto en el juego colectivo, será un jugador muy importante en Boston.