Análisis FC Barcelona Lassa 2016/17

Empieza la era Bartzokas

El Barça busca volver a ser competitivo en Europa (Foto: Laura Cristaldi, SB)
El Barça busca volver a ser competitivo en Europa (Foto: Laura Cristaldi, SB)

Empieza una nueva era en Barcelona, con el técnico griego Georgios Bartzokas llamado a sentarse en el banquillo que por las ocho últimas temporadas tuvo el mismo dueño: Xavi Pascual. El entrenador de Gavà cerró su aventura como entrenador blaugrana tras haberlo ganado todo: 4 Ligas ACB, 4 Supercopas, 3 Copas del Rey y una Euroliga en 2010. La falta de competitividad en Europa en las últimas dos temporadas durante las cuales, pase a una plantilla de primer nivel, el Barcelona no logró meterse en la Final4, pasaron factura y los dirigentes del club de la ciudad condal tomaron una decisión que se respiraba desde hace unos meses.

Bartzokas parece la persona correcta para tomar el relevo: un entrenador con experiencia a nivel continental y que cosechó sus mejores éxitos justamente en Euroliga, con la victoria con el Olympiacos en 2012-13 (en final frente al Real Madrid) y el último gran resultado conseguido, que fue posiblemente lo que le valió el puesto: la clasificación a la pasada Final4 al frente del Lokomotiv Kuban, derrotando el propio Barça en el Palau Blaugrana en el quinto partido de los Playoffs.

Tras las marchas de Tomáš Satoranský y Álex Abrines a la NBA, en el club han trabajado duro para encontrar las mejores soluciones posibles con la intención de confeccionar una plantilla competitiva tanto a nivel nacional como, sobre todo, europeo.

Plantilla 2016/17

  • Bases: Tyrese Rice, Petteri Koponen
  • Escoltas: Juan Carlos Navarro, Pau Ribas, Brad Oleson
  • Aleros: Víctor Claver, Stratos Perperoglou, Marcus Eriksson
  • Ala-pívots: Justin Doellman, Aleksander Vezenkov
  • Pívots: Ante Tomić, Joey Dorsey, Shane Lawal

El mercado

  • Bajas: Tomáš Satoranský, Álex Abrines, Samardo Samuels, Carlos Arroyo
  • Altas: Tyrese Rice, Petteri Koponen, Víctor Claver

Los cambios con respeto al año anterior no son muchos en cantidad, pero se trata de piezas claves, y de la adaptación de las tres nuevas incorporaciones en el equipo dependerá mucho el andamiento del club de cara al 2016-17. Cambiar por completo a los bases de un equipo no es nunca tan evidente, y suplir a un jugador de calidades excelsas como Tomáš Satoranský no va a ser fácil, desde luego. El jugador de la República Checa siempre ha sido considerado un base atípico, siendo alto 2.01m, con lo cual, a parte su tarea de constructor de juego, es importante en fase de anotación y en 2015-16 fue en el conjunto el mejor jugador del Barça.

Cambio de alero: se fue Abrines y llegó Claver (Foto: Laura Cristaldi, SB)
Cambio de alero: se fue Abrines y llegó Claver (Foto: Laura Cristaldi, SB)

Otra pieza clave de los blaugrana que abandonó el barco rumbo a la NBA es Álex Abrines: el mallorquín progresó mucho durante las cuatro temporadas en Cataluña, sobre todo en cuanto a versatilidad y acierto. Posiblemente nadie echará de menos, en cambio, a Samardo Samuels y a Carlos Arroyo, que en raros momentos demostraron estar a la altura de cuanto se esperaba de ellos; el primero llegó a un acuerdo para rescindir su contrato con el club, mientras que el segundo acabó el suyo.

Tras haber estado persiguiendo insistentemente a Guillem Vives del Valencia Basket, pero sin lograr ningún descuento sobre la elevada cláusula de rescisión que ata a la joven promesa al club taronja, el Barcelona encontró a sus dos nuevos bases en Rusia, concretamente en el Khimki de Moscú.

Tyrese Rice es un jugador de excelentes calidades ofensivas, el típico “jugón” capaz de hacer malabares con un balón entre las manos y muy diferente respeto a Satoranský, empezando por los 16 centímetros de altura de diferencia. En sus peregrinajes por Europa (Grecia, Alemania, Lituania, Israel y Rusia) ha demostrado su potencial y encantó con sus tiros imposibles. En 2013-14 fue parte del Maccabi Tel Aviv que ganó la Euroliga en final frente al Real Madrid. En las dos últimas temporadas en el Khimki mejoró mucho en el apartado de asistencias, convirtiéndose más en un base clásico que, aparte buscar continuamente la canasta rival, también reparte juego y hace anotar a sus compañeros, quitándose un poco de encima esta etiqueta de “chupón” que se había ganado en temporadas anteriores. Es ciertamente esta segunda versión de Rice que necesita el Barça.

El finlandés Petteri Koponen es un combo-guard versátil y anotador que seguramente traerá experiencia y orden en el juego barcelonista.

El fichaje de Víctor Claver llegó tras una batalla con el Real Madrid en la cual el Valencia Basket, que detenía los derechos ACB del jugador, jugó un papel fundamental, decantándose finalmente por sus clientes preferenciales (Doellman y Ribas son dos ejemplos de ellos). Tras la marcha de Abrines, el club blaugrana querría absolutamente agregar a un jugador formato localmente para cubrir la plaza de cupo y la cotización de Claver tras el Eurobasket 2015 y la excelente temporada en el Lokomotiv estaba al alza, siendo considerado uno de los mejores jugadores defensivos del continente en su rol.

El interior francés recién pasado de los New York Knicks a los Indiana Pacers Kevin Séraphin también inflamó el mercado blaugrana con sus recientes declaraciones en las cuales confesaba que el Barça era su primera opción y que habrán hecho morderse las uñas a más de un aficionado blaugrana, ya que el center nativo de la Guyana francesa habría traído aires nuevos a una línea interior que con Tomić, Dorsey y la incógnita de Lawal sigue pareciendo insuficiente y mal repartida. Por lo menos Séraphin anota los tiros libres, cosa que cuesta bastante a Tomić y realmente mucho a Dorsey (que está a niveles de DeAndre Jordan o Andre Drummond).

¿Qué esperarse del Barça 2016-17?

Con las nuevas incorporaciones, el Barcelona parece extremadamente ofensivo y peligroso en la línea de exteriores. El fantasioso Rice y el francotirador Koponen se han juntado a jugadores con la canasta fácil como Navarro, Ribas, Oleson, Perperoglou y Doellman, con lo cual en general debería de cambiar bastante la dinámica de resultados vividas en la última campaña, en la cual el Barça ganó muchos partidos con anotación relativamente baja (menos de 85 puntos anotados de media) considerando el porcentaje de victorias. Víctor Claver será una pieza clave para el equilibrio defensivo del equipo.

Tyrese Rice jugará un papel fundamental en el nuevo Barça (Foto: Laura Cristaldi, SB)
Tyrese Rice jugará un papel fundamental en el nuevo Barça (Foto: Laura Cristaldi, SB)

En general deberían de verse marcadores más generosos y más jugadas en el perímetro, siendo además tanto Doellman como Vezenkov unos ala-pívots que a menudo se alargan tirando desde la larga distancia. Bajo aro quedan en principio Tomić, Dorsey y Lawal. El pívot croata hasta ahora ha seguido estancado en sus estadísticas, aportando siempre números importantes en fase de rebote debido a su altura, pero sin dar ese salto de calidad definitivo que se esperaba de él y siempre con el hándicap de encoger cuanto más importantes se hagan las fases de juego. Dorsey y Lawal garantizan energía y espectáculo, pero su repertorio es bastante limitado y parecido, aunque Dorsey es más imponente bajo el punto de vista físico y Lawal más explosivo atléticamente.

La plantilla del FC Barcelona Lassa para el 2016-17 es la de un equipazo, no ha cambiado mucho con respeto al año pasado, pero ha cambiado una pieza fundamental como el entrenador. Con Bartzokas al frente comienza una nueva era, todo el mundo empieza desde cero y puede que nos sorprendamos viendo a jugadores que llevan tiempo bajo la disciplina blaugrana escenificar algo diferente. Mucho dependerá, por supuesto, de la continuidad. Jugadores como los ex valencianistas Doellman y Ribas, por ejemplo, vivieron muchos altibajos, con partidos siendo auténticos cracks y otros pasando casi desapercibidos. Y un papel fundamental la jugará la motivación: a ver si se cambia de aires en Barcelona y si el equipo logra finalmente enganchar a un público al cual le cuesta terriblemente recorrer los pocos metros que separan el Camp Nou del Palau Blaugrana, dejando a menudo gradas semivacías. Más anotación, juego más variado, espectáculo y victorias podrían ser la clave para devolver el entusiasmo para el baloncesto en la ciudad condal.