La Mesa Redonda: ¿Este es el año de Iberostar Tenerife?

Iberostar Tenerife ha comenzado en modo apisonadora este curso 2020-21. Estamos en diciembre y tan sólo tienen dos derrota a sus espaldas, una en liga y otra en Champions. ¿Serán capaces de borrar los fantasmas de la pasada campaña? ¿Serán capaces de ratificar su condición de gigante en los momentos difíciles?

Bienvenidos a un nuevo capítulo de La Mesa Redonda. Hoy, en el laboratorio, Iberostar Tenerife.

Este Tenerife es un «ya veremos» (por Javier Expósito)

En la tarde de ayer, Iberostar Tenerife sumaba la que ya es su decimosegunda victoria en Liga Endesa en lo que va de temporada, frente a un rival duro como es San Pablo Burgos. ¿Cómo puede ser que tanta gente siga dudando de los isleños, sumergidos en una espiral de grandísimos resultados y, hoy por hoy, a la altura de Real Madrid y Barcelona a nivel de clasificación? Pues probablemente, porque hay motivos.

En términos competitivos, iba a ser difícil desquitarse rápidamente de la imagen ofrecida en los momentos calientes. Sí, Tenerife era un equipo temible en temporada regular, tremendamente sólido y casi automático, pero llegaba la hora de ganar y… Naufragaban en la orilla. La derrota en Fase Final Excepcional era algo más entendible (o más excusable, al menos); tres meses sin jugar, una situación sin parangón en la historia, Baskonia y Unicaja a un gran nivel… Pero la derrota en Copa frente a MoraBanc Andorra, un equipo holgadamente inferior, en el mejor momento de la temporada de los de Vidorreta y a partido único; esa derrota tiene algo menos de perdón. Más que la falta de piezas, la falta de recursos, el mostrarse como un equipo predecible en la ofensiva, la presión para afrontar momentos calientes de la temporada fue el detonante para que los tinerfeños no fueran capaces de acabar el trabajo de una forma más digna de la que acabaron haciéndolo.

Se suele decir que “año nuevo, vida nueva”. No obstante; ¿temporada nueva, vida nueva? A pesar de las adquisiciones de Bruno Fitipaldo y Aaron Doornekamp, dos complementos de lujo que están elevando la maquinaria al siguiente nivel, en realidad, Iberostar Tenerife sigue siendo el mismo Tenerife de hace unos meses, comandado por la pareja Huertas-Shermadini y secundado por Sasu Salin en el perímetro, Dani Díez cuando se recupere de sus problemas de espalda y Fran Guerra y Álex López en la retaguardia. Lo que realmente hará dar el siguiente paso al equipo serán las ganas de ganar, los planteamientos calientes. Ni más, ni menos.

Por ello, como el rendimiento en temporada regular nunca fue el problema, este 12-1 sólo significa que los amarillos tienen su casillero a doce victorias y una derrota, y es justo plantearlo así. Por lo menos, hasta que no tengan la oportunidad de ratificarse. Tocará hablar, como mínimo, después de Copa.

El Tenerife de las alternativas (por Pablo Mortera)

Un año más, el Iberostar Tenerife se encuentra en la parte alta de la clasificación de la Liga Endesa. El buen trabajo que, temporada tras temporada hace el equipo de La Laguna, les vuelve a colocar con un récord casi inmaculado (una sola derrota ante el Barça en todos los meses de competición) y con un equipo cuyos engranajes parecen funcionar a la perfección. Sin embargo, tampoco son nada nuevo los bajones de rendimiento que sufre el conjunto de Vidorreta de cara a final de temporada, como sucedió el año pasado en la burbuja de Valencia. Todo ello nos hace preguntarnos si este año es el definitivo para que los tinerfeños hagan algo grande o si se van desinflando conforme van pasando las jornadas. En mi opinión, con lo observado hasta la fecha, podemos estar ante el año de Tenerife. Y no solo lo digo por las victorias, importantes pero irrelevantes una vez comience la parte más dura de la temporada, también por el juego que están llevando a cabo.

Para mí, el hecho diferencial de los de Vidorreta esta temporada son las alternativas. Si el año pasado todo el juego se basaba en el duopolio Marcelinho-Shermadini y su pick and roll, ahora, pese a ser importante su sociedad en pista, vemos a un Iberostar mucho más desarrollado y colectivo. Para ello me parece clave hablar del fichaje de Bruno Fitipaldo, una firma bajo el radar pero que vino a corregir uno de los grandes problemas que tuvo Tenerife en la burbuja de Valencia: caer en lo previsible y no encontrar soluciones una vez desbarataban su juego de bloqueo y continuación. Con el base ex de Burgos el equipo tiene otra forma de jugar, con muchas más posibilidades y sobre todo más inesperada gracias a su capacidad de anotar desde bote. Gracias a él, Marcelinho goza de más descanso y protección de cara a evitar el paupérrimo nivel exhibido por el brasileño al final de temporada.

Otra de las diferencias y alternativas más notables con respecto al año pasado es la inclusión de Aaron Doornekamp. Un jugador nivel Euroliga y muy completo que se adapta a la percepción al esquema de Vidorreta con su tiro de tres (ya ha tenido encuentros donde sus lanzamientos catch and shoot tras las ventajas creadas por sus compañeros han decidido partidos) y su defensa, llenando un perfil muy necesario en todo equipo ganador.

Por todas estas alternativas de juego, su mayor polivalencia y el fichaje de veteranos con carácter ganador creo que Iberostar Tenerife está listo para dar el siguiente paso.

Sombras de un proyecto anterior (por JuanPe Belmonte)

El Iberostar Tenerife está firmando su mejor inicio histórico en ACB, mostrando una línea ascendente en su rendimiento en comparación con las temporadas anteriores. El Canarias cuenta con la mejor pareja de pick-and-roll de toda la liga con Marcelinho Huertas y Gio Shermadini, y además han conseguido encontrar las piezas necesarias que colocar a su alrededor para ganar partidos, prueba de ello está su andadura en Liga Endesa en lo que llevamos de 2020-21, pero ¿son un equipo en el que se pueda tener cierta confianza?

Antes la tenía, la pasada temporada los colocaba en lo más alto como candidatos a todo, pero terminaron decepcionando en los momentos más importantes de la temporada. Cuando llegó la Copa del Rey, MoraBanc Andorra consiguió plantear un mejor juego que él, con un Ibon Navarro que sigue peleando por sobresalir como uno de los mejores talentos nacionales en los banquillos. Posteriormente, en la Fase Final se vieron abrumados y terminaron cayendo derrotados en la fase de grupos, con un Bilbao Basket que les hizo demasiado daño para desactivar completamente todas las opciones y esperanzas que pudiera tener.

Tenían un estilo muy previsible, con Huertas y Shermadini como principales armas, y aunque han mejorado mucho su plantilla con la incorporación de jugadores como Fitipaldo y Doornekamp, me sigue faltando un cambio definitivo que podría mejorar sustancialmente el rendimiento de la plantilla. ¿Es Txus Vidorreta el entrenador indicado para este equipo?

Es una pregunta que deben hacerse seriamente en las oficinas de Iberostar Tenerife si quieren optar a seguir ganando títulos importantes en los próximos años. En lo alto del palmarés de Vidorreta se encuentra la Basketball Champions League 2017, título muy meritorio, pero más allá de ello, sus reconocimientos parecen evidenciar que Vidorreta no puede entrenar a un equipo campeón.

Las palabras que dejó tras la eliminación en la fase final de Valencia todavía resuenan en las mentes de muchos aficionados del Iberostar Tenerife. Sus jugadores, que son “padres de familia” no podían demostrar su mejor nivel por estar viviendo un momento muy complicado. Ese tipo de excusas son las que me causan más recelo de un Vidorreta que parece echar balones fuera cuando llega el momento de la verdad y su equipo se arruga. Es necesaria otra mentalidad, y más preparación para los momentos importantes de la temporada. ¿Podrán ser el mismo equipo en la Copa del Rey, o en los Playoffs? Veremos si este cuento no se termina pareciendo a aquellos Raptors de Dwane Casey que cambiaron con Nick Nurse…