ANÁLISIS | Un Aquiles que agita los cimientos de la liga

Kevin Durant cayó lesionado en el quinto partido y ha hecho cambiar todos sus planes

En su búsqueda por el tercer campeonato consecutivo, Golden State Warriors recibió una de las peores noticias posibles durante las semifinales de conferencia ante Houston Rockets. En el quinto partido, y con posibilidades todavía de irse por debajo en la eliminatoria, Kevin Durant cayó lesionado en el tercer cuarto con lo que fue diagnosticado una lesión en la parte inferior del cuádriceps, a pesar de que todos los expertos señalaban una posible rotura del tendón de Aquiles por su reacción en la pista. A partir de ese momento, el conjunto de la Bahía tuvo que resolver la serie ante el conjunto tejano, así como en las Finales de Conferencia ante Portland sin uno de sus mejores jugadores.

La recuperación del alero siguió llevándose a cabo en un segundo plano y con cierto secretismo, algo que llegó a irritar a aficionados e incluso a alguno de sus compañeros que seguían preguntando por qué Durant no había sido capaz de volver a la acción. La Finales comenzaron y los Raptors se aprovecharon de la ausencia de KD para imponer su poder y colocarse con una ventaja de 3-1, una ‘casi’ sentencia de muerte para el conjunto de Steve Kerr, que quería encontrar soluciones lo más rápido posible para evitar que la temporada terminara por la vía rápida.

Sin estar a su máximo nivel, Kevin Durant decidió jugar el quinto y definitivo partido en el que los Warriors podrían marcharse a casa como subcampeones del título. Esta decisión terminó perjudicando fuertemente al número 35 de Golden State, que tuvo que retirarse lesionado en la primera mitad con lo que posteriormente fue diagnosticado como una lesión en el talón de Aquiles. Esta circunstancia cambia por completo todas las opciones de los Warriors de cara hacerse con el campeonato, así como el futuro de un Durant que pretendía conseguir un contrato a largo plazo en la agencia libre con el cuadro de Oakland, o incluso con otra franquicia que estuviera dispuesta a ofrecerle nuevo retos y una buena cantidad de dólares.

Los Warriors tendrán que buscar el ‘three-peat’ sin Durant

Al igual que asumieron antes de que comenzaran las Finales, el cuadro de Steve Kerr tendrá que pelear por su tercer anillo consecutivo sin uno de sus mejores jugadores. Para poder llevar esto acabo y entrar en los libros de historia de la NBA como una de las mayores dinastías que se recuerdan, tendrán que depender fuertemente de sus dos grandes lanzadores, Stephen Curry y Klay Thompson. Los Warriors, con la ausencia de Durant, pierden esencialmente una parte muy importante de su ataque, que no son capaces de encontrar ni sustituir en su segunda unidad ni con algún otro jugador que pueda acercarse a los números del alero.

Los únicos capaces de arrastrar a los Warriors a un ritmo ofensivo tan alto como el que están desplegando los Raptors noche tras noche son los Splash Brothers, que tendrán que volver a su versión de 2015 al igual que hicieron ante Portland Trail Blazers para resolver dos partidos que se antojan bastante complicados, aunque en uno de ellos contarán con el aliento de su afición, que verá por última vez un partido de baloncesto en el Oracle Arena. Otro factor a tener en cuenta en esta posible remontada sería DeMarcus Cousins, quien no ha tenido sus mejores partidos desde que volvió de la lesión en el primer encuentro de las Finales, y que tendrá que apostarlo todo hacia su persona para sacar su mejor versión y aportar positivamente en unos Warriors que le necesitan más que nunca.

¿Quién debe asumir la culpa?

Al finalizar el quinto partido de las Finales en Toronto, Bob Myers, GM de los Warriors, apareció de sala de prensa dando explicaciones sobre la lesión de Kevin Durant. En ella, se mostró muy emocional, donde tuvo que aguantarse las lágrimas afirmando que la lesión había sido en el talón de Aquiles. Desde un primer momento, el directivo del conjunto de la Bahía afirmó que a su parecer, nadie debía asumir la culpa por la recaída, pero que si alguien decidía hacerlo debería apuntar el dedo hacia su persona.

Desde que se produjo esta lesión en el quinto partido, muchos medios de comunicación han intentado encontrar algún culpable, asegurando que Durant no estaba ni cerca del 100% para volver a jugar. A partir de ese momento, muchos expertos comenzaron a cuestionar la decisión de un Kevin Durant que por sí mismo puso en riesgo su carrera para aportar su granito de arena junto con sus compañeros en un partido crucial para no ser eliminados en las Finales. Durant estaba deseando volver a jugar, y los Warriors, a pesar de no tener una gran claridad sobre su estado de salud, permitieron que saltara a la pista para intentar hacer lo máximo posible dentro de sus capacidades físicas.

Las horas pasan y siguen intentando buscar un culpable, donde cada vez aparecen más nombres, desde el propio vestuario, que aparentemente habría alentado a Durant a intentar hacer un regreso lo antes posible, hasta el cuerpo médico de los Warriors, que tuvieron que cambiar toda su estructura en este departamento con la salida del Chelsea Lane el pasado verano hacia Atlanta al no encontrar un contrato de su agrado en la Bahía.

¿Cómo cambia el futuro de Kevin Durant?

Kevin Durant era, sin duda alguna, uno de los grandes titulares de cara a la próxima agencia libre, ya que había dejado en el aire una posible salida de Golden State. Ahora, con la lesión del talón de Aquiles se perderá casi al 100% la temporada 2019-20 al completo y su panorama cambia drásticamente. A pesar de ello, algunos equipos como Los Angeles Lakers, New York Knicks y Brooklyn Nets se han mostrado dispuestos a ofrecer un contrato a Durant en la próxima agencia libre a pesar de no poder jugar durante una temporada entera, aunque la posibilidad de ejercer su opción de jugador y permanecer un año más con los Warriors, parece la vía más sensata.

El jugador no tendría que desplazarse para comenzar su recuperación de una lesión tan complicada como esta, y podría seguir vinculado con un equipo médico que ha estado con él durante toda la temporada y desde que se produjo esa lesión en la semifinales del Oeste ante Houston. Si durante decide quedarse en Golden State, se vería casi “poéticamente” obligado a renovar por otro año más, ya que no sería moralmente correcto aprovecharse de los recursos de una franquicia mientras está lesionado y absorber 31 millones de dólares en espacio salarial para marcharse el año siguiente sin haber disputado ni un solo partido desde la lesión. Esta condición favorece enormemente la posibilidad de que el alero renueve con Golden State, una opción que siempre había estado en el aire y que nadie había descartado a pesar de haberle colocado en numerosos equipos.