ANÁLISIS | Larkin y la exhibición que puede valer una Euroliga

El base firmó la mejor valoración en una Final Four de Euroliga con 43

El base de Cincinnati dio una nueva oportunidad a Europa, una nueva travesía por el viejo continente para consagrarse como estrella y poder volver a su hogar con un mayor renombre y con una oferta de la NBA que estuviera a la altura de sus capacidades en una pista de baloncesto. Lo que había conseguido en Boston, a pesar de su magnitud, se le había quedado pequeño, y quería mucho más.

La temporada pasada decidió volver a la NBA, la que siempre fue su casa, tras una temporada extraordinaria con Baskonia donde hizo grandes amigos e introdujo su nombre entre las listas de los grandes jugadores de Liga Endesa y Euroliga, un lugar privilegiado para todos los osados a abandonar las tierras americanas para probar suerte en la segunda competición más dura del planeta por detrás de la que siempre había considerado como el sueño total de su carrera.

Boston Celtics fue el lugar de destino, llamado a comandar una segunda unidad de lujo al contar en la primera con jugadores como Kyrie Irving y Gordon Hayward. Era un equipo construido para llegar a unas finales, pero las lesiones se pusieron de por medio evitando que se completara la sorpresa. Aún así, el núcleo joven de los Celtics logró llevar a los Cavaliers de LeBron a 7 partidos, siendo Larkin uno de los grandes protagonistas desde el banquillo supliendo a un Terry Rozier que había tomado más galones que nunca en su carrera.

Esto le hizo ganarse de nuevo el respeto de muchos ‘scouts’ que le colocaron en su agenda de intereses de cara a la temporada 2018-19. En su feudo, los Celtics decidieron volver a meter mano a la Euroliga y se hicieron con los servicios de Brad Wanamaker, que se quedó a las puertas del título al perder en la Final Four contra el Real Madrid. Era el momento de que Larkin se decantase por salir, y dando la sorpresa, decidió volver a Europa abrazándose con un proyecto en Turquía que despertaba mucho interés como es el de Anadolu Efes. Todo esto le ha llevado a ser uno de los grandes protagonistas de la jornada de ayer en Vitoria.

Retorno al viejo continente de la mano de Ataman

Anadolu Efes estaba convencido en formar un proyecto que fuese capar de pelear por el trono de Europa, y no tuvo reparo en gastar unos buenos millones para formar una plantilla que estuviera a la altura del gran reto que supone destacar entre los mejores equipos de la competición más igualada del planeta por detrás de la NBA. Shane Larkin, además de por el gran reto que suponía para su carrera, llegó a Estambul con la motivación de desembolsar una buena cantidad en su cuenta bancaria. Tenía en mente el buen recuerdo de lo sucedido en Vitoria con Baskonia, y era un tren que no podía dejar pasar.

Shane Larkin
Foto: Euroleague.net

Durante toda la temporada ha mostrado en Turquía de lo que es capaz, dejando actuaciones para el recuerdo que han permitido al cuadro del Bósforo poder competir con el gran laureado del país en este deporte, Fenerbahçe. Tras la pésima temporada anterior, no iba a ser complicado mejorar las sensaciones de un club que buscaba con desesperación poder tener opciones de convertirse en un equipo competitivo. El base americano y su capacidad anotadora sobrehumana al alcance de todos les llevó al nivel que necesitaban para creerse capaces de ser aspirantes a alcanzar el máximo nivel, algo que nunca han terminado de materializar en este club.

Una temporada de escándalo

El conjunto turco se redimió a la perfección de lo acontecido el año pasado y firmó una temporada regular de Euroliga de máximo nivel compitiendo codo con codo con los tres grandes nombres que han controlado hegemónicamente el poder de la competición en los últimos años, Fenerbahçe, CSKA y Real Madrid. El Sinan Erdem Dome se convirtió en todo un fortín y muy pocos equipos fueron capaces de salir con vida de allí. Se hicieron fuertes en casa y no decepcionaron en sus salidas para consolidarse en un cuarto puesto que mejoraba con creces la última plaza del año pasado.

El FC Barcelona Lassa fue su rival en unos Playoffs de Euroliga que se alargaron más de lo que hubieran podido desear. Finalmente, tras jugar cinco agónicos partidos, se impusieron al equipo de Svetislav Pesic, que volvía a quedarse fuera de una Final Four. Por su parte, la plantilla de Ataman llevaba al equipo a un lugar poco conocido para la afición turca del otro lado de la ciudad. No obstante, llevaban las armas suficientes para dar la sorpresa. Será Fenerbahçe el rival con el que tendrían que verse las caras en la semifinal para tener opciones de hacer historia.

La noche de Shane Larkin

Qué mejor manera de afrontar un partido histórico que hacerlo en el Fernando Buesa Arena, el lugar donde el base norteamericano comenzó su carrera en Europa. Era el momento de la verdad y no podía decepcionar a todos los que creían en él como el único salvador posible de este equipo construido para el éxito. De su parte tenían las bajas de Fenerbahçe, muy sensibles y que les dejaban con un quinteto poco común, con algún que otro signo de debilidad que podía ser aprovechado por su rival.

Shane Larkin se puso el mono de trabajo y dejó una actuación sin precedentes en una Final Four de la Euroliga. Tenía una espinita clavada de su etapa en Baskonia y era el momento perfecto para reivindicarse como uno de los grandes del continente. Un partido casi hiperactivo del base donde terminó con una línea estadística nunca antes vista y completamente inesperada antes del partido. Se esperaba que fuera de los más destacados de los suyos, pero no que tuviera el impacto que tuvo durante la tarde del viernes.

Finalizó con 30 puntos, 4 de 5 en tiros de dos, 5 de 9 en tiros de tres puntos, 7 rebotes, 7 asistencias, 2 robos y 43 de valoración. Es el máximo número de ‘PIR’ conseguido en un partido de Final Four de Euroliga en toda la historia, superando el récord ostentado anteriormente por Trajan Langdon en la temporada 2009-10 con un total de 37. Shane Larkin estuvo en todos los lugares de la pista firmando una actuación que perdurará en la memoria de muchos aficionados.

Junto con la aportación de su inseparable compañero en el backcourt, Vasilije Micic (25 puntos) ha llevado a Anadolu Efes a su primera final de la historia en Euroliga, y se plantan con opciones reales de poder levantar el título. Tendrán que medirse a un rival muy complicado como el CSKA de Itoudis, que se impuso al Real Madrid en la segunda semifinal del día por 95-90 en un partido muy físico.

Efes no sabe lo que es ganar al conjunto ruso, habiendo perdido en sus dos respectivos enfrentamientos en temporada regular de la competición europea. Han dejado un gran sabor de boca, sobre todo gracias a la actuación de un Shane Larkin que se ha abierto él solo las puertas de los grandes equipos de la liga con una tarde de locura que puede valer un título. Los focos volverán a recaer sobre él el próximo domingo, mientras intentan levantar su primera Euroliga.