Baskonia asalta Moscú para igualar la eliminatoria y recuperar el factor cancha (1-1)

Todo se decidirá en el Buesa

18 de abril, día de Jueves Santo . Día de festividad, día de procesiones, y día de baloncesto. Día de Baskonia, que pasará a la prosperidad. Y no es para menos. Baskonia ha asaltado el infranqueable fortín del CSKA de Moscú. Como si de un costalero se tratase, Baskonia supo sufrir, supo cumplir con su deber, y supo tocar la gloria.

Dejando la euforia a un lado, el merito de Baskonia es inmenso, y la alegría con la que todos y todas l@s baskonistas dormirán esta noche no es cosa menor. Desde 2005 no ganaba Baskonia en Moscu. 14 años, se dice pronto. Época «horribilis» para los azulgranas, que tenían que asumir con resignación volver siempre con las manos vacías de tierras rusas.  Pero por fin, lo han logrado. Y que mejor día que hoy. Solo Baskonia y Panathinaikos han logrado vencer esta temporada en Moscu, dato que todavía suma más merito a la hazaña de hoy.  Además, con la victoria de hoy, Baskonia rompe la racha de 18 partidos seguidos perdiendo de equipos españoles en Moscú, desde la última victoria del Unicaja de Malaga en tierras moscovitas en el año 2015. Por todo ello, tras los dos primeros partidos de esta serie en Moscú, podemos decir que Baskonia vuelve a casa con los deberes hechos. 

Por lo que respecta a lo meramente baloncestístico, el partido de Baskonia ha sido simplemente sobresaliente. Tras el duro golpe recibido el martes, Baskonia ha sabido reponerse inmediatamente, para asestar hoy la venganza perfecta.  Los primeros 20 minutos fueron un «toma y daca» continuo, sin grandes ventajas, sin grandes rentas. Reinaba la igualdad, pero las sensaciones eran favorables a los vitorianos. Parecían tener el partido bajo control, se jugaba a lo que «Peras» quería, y los jugadores parecían cómodos sobre la cancha. Así las cosas, y con un Baskonia dominador, el marcador al descanso era 37-42, con una ligera ventaja para los ‘baskonistas’.

Con la lección bien aprendida del primer partido de la serie, Baskonia salió tras el paso por vestuarios con el cuchillo entre los dientes. Sabía que era el momento donde CSKA buscaría subir el ritmo, y abrir hueco en el marcador. Pero enfrente estaba un Baskonia muy serio, ordenado, y sobre todo, peleón. Un gran Patricio Garino en ataque y en defensa sostenía a Baskonia a la vuelta del descanso, para que posteriormente, un acertadísimo Darrun Hilliard, con 11 puntos en el tercer cuarto, logrará la máxima ventaja visitante, con un +14 (58-72).

Mientras tanto, Vincent Poirier, seguía con la capa de superhéroe a las espaldas. Con 14 puntos, 15 rebotes y 32 de valoración en apenas 21 minutos de juego, el pivot galo dominó el partido a su antojo. Baskonia abrió hueco en el marcador, y consciente del botín que poseía, no lo soltó hasta el final, pese a los intentos de Clyburn, Higgins y «El Chacho» por acercar a los rusos en el marcador. Perasovic supo gestionar los minutos finales, para terminar logrando una valiosísima victoria por 68-78.

Y ahora… el turno del Buesa Arena. Se dice pronto, pero, Baskonia está a cuatro victorias en su casa de ser campeón de Europa. Aún así, paso por paso. Píes en el suelo. En esta eliminatoria, todo el pescado está todavía por venderse. Aún así, hay motivos para ilusionarse. A diferencia de los dos últimos años, Baskonia no vuelve a casa con una gran losa como es un 2-0 en contra, y esta vez, se trae un valioso empate del siempre difícil Megasport Arena.  Por ello, con el factor cancha ahora en posesión de los guerreros de Perasovic, el Buesa tendrá la última palabra. Sabemos lo que empuja la afición vitoriana en los días grandes, y en esta ocasión, se superarán todos los limites. Éste era el año marcado a fuego en la mente de todos los baskonistas, y tras un año algo convulso, Baskonia está en una posición realmente privilegiada. El feudo vitoriano marcara el rumbo de su equipo. 15 mil gargantas guiaran a su equipo hacia el sueño de jugar la Final Four en su estadio.  Posiblemente, se avecinan los partidos mas importantes disputados y por disputar en Euroliga en la historia del pabellón Fernando Buesa Arena, conscientes del suculento premio que hay al otro lado. Que comience el sueño. ¿Por qué no?