ANÁLISIS ACB: Shayne Whittington ya es un colegial más

Repasamos su llegada al Movistar Estudiantes

Sólo hacía falta un pívot. Es tan absurda la diferencia del equipo colegial desde que Shayne Whittington forma parte de la plantilla, que no podíamos dejar pasar por alto la oportunidad de dedicar unas palabras a todas aquellas cosas que han cambiado desde su llegada.

Físico y rebote

Cuando se hablaba de que el Estudiantes necesitaba un pívot, no se hablaba precisamente de tener en la plantilla un cinco por el hecho de ser un cinco. En un modelo de baloncesto que, influenciado desde Estados Unidos, en Europa está transicionando de ser tan posicional para ser más funcional, la figura de Shayne Whittington en el equipo tan sólo es un ejemplo más de que también se están rompiendo fronteras en el basket del viejo continente.

La clave de Whittington no es que aumente la estadística del rebote ni que se plante en cada final de partido con 10 capturas. El Estudiantes necesitaba a un jugador que ayudara en la tarea del rebote, pero que no necesariamente tuviera que ser la referencia reboteadora del equipo. Al fin y al cabo, Caner-Medley lidera la liga en rebotes por partido (8,1) y los colegiales se encuentran en el duodécimo puesto en esta estadística, que a pesar de no ser referencia en la liga, tampoco es una posición alarmante.

Lo que el Estu necesitaba era un jugador capaz de ser referencia en la pintura, en las tareas de cerrar el rebote y no permitir capturas rivales. Es decir, lo que necesitaba Berrocal no era un reboteador, sino un jugador físico y un facilitador. Sobre todo, un jugador físico. Las labores de poner bloqueos, cerrar rebotes, ganar la posición y evitar la comodidad a los juegos interiores rivales son las necesidades más importantes del equipo desde hace años atrás, y parece que ya están comenzando a ser solventadas.

Sin ir más lejos, la mayoría de canastas exteriores en las fases críticas del derbi son a raíz de bloqueo suyos, bloqueos que Jankovic no era capaz de ejecutar.

Multitud de recursos en ataque

Cubiertas ya todas las necesidades físicas del equipo; ¿que otro ingrediente necesitaba el estudiantes en su referencia interior? Espacio.

En un quinteto con hasta tres generadores con balón (Omar Cook, Alessandro Gentile y Darío Brizuela), la alternativa más inteligente era, además de buscar un jugador físico y con presencia interior, que también pudiera encargarse de todas esas labores de las que Alec Brown se encargaba la pasada campaña. Digamos que el bueno de Shayne es un upgrade de ese estilo de pívot, que puede salir a fuera y crear espacio pero también puede intimidar y pegarse con los mejores pívots de la liga.

Y es que, en realidad, Whittington es uno de los pívots con más recursos de toda la liga; juega uno de los mejores pick&pops, tiene un tiro de tres muy por encima de la media, físicamente es excelente para el poste bajo, anota tras rebote ofensivo, pone bloqueos a los jugadores abiertos (algo de lo que, por cierto, Gian Clavell se va a beneficiar muchísimo)… No sólo en el apartado físico ha ganado un jugadorazo el Estudiantes.

Un jugador para la demencia

Puede parecer algo absurdo, algo innecesario o incluso otro punto más para rellenar el artículo. Nada más lejos de la realidad.

Para una afición que necesitaba como agua de mayo un jugador con el que ilusionarse y que, cada vez, se siente menos identificada con su equipo, era muy importante tener a un jugador del que poder decir «este es uno de los nuestros». Por eso, que haya un jugador que se tome cañas con la afición al más puro estilo Nacho Azofra o que se tire cerveza por la cabeza después de una victoria contra el eterno rival es algo más importante de lo que todos pensamos.

El Estu no sólo ha encontrado al pívot que necesitaba, sino que también fichado un demente más: