ANÁLISIS | Alessandro Gentile, la historia vuelve a comenzar en el Movistar Estudiantes

Analizamos la llegada del italiano al conjunto estudiantil

Alessandro Gentile ya es nuevo jugador del Movistar Estudiantes. Un fichaje inesperado por todos, pero muy importante de cara a futuro si se logra encontrar respuesta a muchas incógnitas que se generan, tanto por parte del jugador como por parte del propio club. ¿Y cuáles son esas incógnitas? He aquí un pequeño desglose.

¿Estrella o estrellado?

Lo más importante que tenemos que tener en cuenta acerca del italiano es el momento y la situación en la que llega. La historia de Gentile en los últimos años no es la más fácil; problemas personales, el sueño NBA frustrado, malas decisiones en cuanto a su futuro… Por ello, aún no sabemos con exactitud ni su estado de ánimo, ni su estado competitivo ni, sobre todo, su nivel baloncestístico. 

Lo último que tenemos como referencia es la temporada pasada con el Virtus Bologna, equipo recién ascendido la pasada campaña y en el que, con una aportación de 16,8 puntos, 3,4 rebotes y 6,5 asistencias, sólo consiguió lograr un noveno puesto, quedándose a las puertas de los Playoffs de la Lega A.

¿Es esto un baremo del que poder sacar conclusiones? Está bien, son buenos números en una liga medianamente competitiva, pero ni el nivel físico que mostró es su mejor nivel ni la regularidad ha sido toda la que él habría querido. Todo se resume en dos conceptos clave: lo que ha podido hacer años atrás y lo que es capaz de hacer. ¿Y cual es más importante? Desde luego, tanto para los intereses del Estu como para los suyos propios, es la segunda afirmación la que cobra más protagonismo.

Gentile es un perfil muy concreto de jugador, con mucho talento pero muy mala cabeza. Y más allá de que encaje o no en el estilo de juego del equipo, el trabajo más importante que queda por hacer es reordenar su propia carrera. Y el Estudiantes es el lugar perfecto para hacerlo. 

El paralelismo con el caso de Pietro Aradori

Gentile se enfrenta en estos momentos a una situación prácticamente igual a la que se enfrentó su compatriota Pietro Aradori hace unos años. Cuando Pietro llegó a Madrid, muchas fuentes comentaron que llegaba con muchos problemas a nivel baloncestístico. Y aunque teniendo en cuenta que Aradori era de otra pasta, un perfil quizás menos «exigente» (que es la manera eufemística de decir ególatra), el italiano encontró en el Estudiantes ese colchón que le permitió sentirse cómodo y sacar su mejor baloncesto. Ya no sólo por números, los cuales fueron muy decentes aquel año 2013-14, sino por sensaciones también.

Pietro Aradori, un espejo en el que mirarse para Gentile. Fuente: Movistar Estudiantes

No sabemos con certeza si Pietro ha podido hablar con Alessandro Gentile, pero lo que está claro es que, si lo que el alero busca es un lugar donde sentirse querido y valorado, desde luego lo ha encontrado. Un equipo como el Estudiantes, con la filosofía que le caracteriza y la importancia que tiene la afición dentro del ámbito del club, es justo lo que el todavía joven alero (tiene 25 años, aunque parezca que lleva toda la vida jugando al baloncesto) necesita para poder salir del bache. Al menos, es una buena base desde la que comenzar a trabajar el cambio. Lo más importante de cara a un futuro inmediato es hacer que Gentile vuelva a sentirse querido, valorado por un club que apueste a 100% por su talento.

¿Qué puede aportar al Movistar Estudiantes?

Sin rodeos. Si Alessandro Gentile está cómodo en el Estu y logra recuperar el nivel que demostraba en el Milán, estamos hablando de que los colegiales contarían en sus filas con un jugador TOP-10 en la ACB, y TOP-5 si nos ponemos muy generosos. Si es capaz de encontrarse a sí mismo, el equipo da un salto de calidad enorme, al nivel incluso de alcanzar la post-temporada.

La interpretación exacta de la situación en la que nos encontramos es la creación una relación de condescendencia entre club y jugador, debido principalmente a esa necesidad que existe por las dos partes. Algo parecido al caso Landesberg el año pasado o al caso Edwin Jackson el año anterior es lo que ocurre con Alessandro. El italiano necesita un equipo donde ser referencia baloncestísticamente, tener tiros y ser importante, mientras que el club necesita ese plus de talento para poder luchar con los clubes de arriba. La plantilla del Movistar Estudiantes no es que sea ahora mismo una plantilla poco competitiva, pero entre que encontramos muchas dudas de cara a según que jugadores y lo bien que se han reforzado los equipos de media tabla que luchan en las mismas posiciones que los madrileños, si que es cierto que el equipo necesitaba un pasito más para poder hacer frente al objetivo de disputar la Copa del Rey de una manera más sólida.

Primera parada, este domingo el Joventut

Ni siquiera hay tiempo para prepararse. Josep María Berrocal respondió en rueda de prensa sobre su debut:

“Lleva con nosotros desde ayer y si todo va como debe, jugará ante Divina Joventut en esta séptima jornada de Liga Endesa”.

Alessandro Gentile está listo. Tanto, que no hay tiempo ni para adaptarse. Puede ser negativo, o puede ser positivo. Pero dejando de entrar a valorar eso, la clave de esto es que este domingo es la primera prueba de fuego. El primer paso para salir del fango. Ir entrando en la rotación, no esperar ni un instante para demostrar de lo que es capaz. Y, sobre todo, para quedarse embobado con una demencia que va a tener detrás desde el minuto uno y que, hasta que no se quite la elástica azul o incluso después de hacerlo, no le va a dejar de apoyar como si de uno más se tratase. Porque ahora sí es uno más. Ahora es otro miembro de la familia. Siéntete bienvenido, Alessandro Gentile, a tu familia, la del Movistar Estudiantes.