Boston Celtics 114 – 112 Philadelphia 76ers
14 segundos para acabar el encuentro 109 a 112 a favor de los Celtics, Joel Embiid, el orgullo de Philadelphia, enfrenta su destino en la zona verde, pero Aron Baynes como un titán se erige cual muralla frente a él.
La lucha por el balón es intensa, tres intentos consecutivos y el balón no ingresa, pero el rebote le llega nuevamente a sus manos como si el azar le diera drama a la pasión. Sin embargo, en una décima de segundo, aparecen las manos de un Terry Rozier incisivo cual felino expectante a su presa que origina el derrumbe de los sueños del gigante azul, perdiendo el balón, causando el grito desmesurado de una hinchada que se rinde ante su poderosa escuadra bañada de talento… y sí, el presente es verde hoy.
En un final no apto para cardiacos, los Boston Celtics clasificaron a la Final de la Conferencia Este al derrotar a unos Sixers que lo intentaron hasta el final, cayendo como el gran equipo que son, mostrando destellos de un futuro de lo más prometedor.
Los más de 18 mil personas que acudieron al TD Garden fueron testigo de un juego que quedará enmarcado en la historia, ya que puede ser el inicio de una rivalidad destinada a gobernar con mano dura la Conferencia Este y quien sabe, toda la NBA.
Jayson Tatum (25 puntos) nos demostró una vez más el por qué es considerado como la gran revelación de estos Playoffs (con el perdón de Donovan Mitchell), liderando a su escuadra en puntos, transformándose en el jugador referencia en el ataque. Apareciendo en los momentos más importantes como en el último cuarto (10 puntos).
Siendo bien secundado por dos gladiadores capaces de todo en base a garra y corazón. Ya que Marcus Smart (14 puntos) y Jaylen Brown (24 puntos) venían de sendas lesiones que a cualquiera pudo haber mermado su nivel, pero a ambos simplemente los elevó a otro, ya que la sangre celta fluye en ellos.
Mientras que Terry Rozier (17 puntos) se sigue haciendo un nombre en la NBA, demostrando que a pesar de haber estado muy fallón de cara al aro (4 de 15 TC), su innegable aplomo le hizo ser protagonista con la jugada del encuentro al provocar la pérdida de Joel Embiid.
Por parte de Philadelphia, impresionante la producción de su Big Three conformado por Ben Simmons (18 puntos), Joel Embiid (27 puntos) y Dario Saric (27 puntos), que lo dieron todo, demostrando que su presente es increíble, pero su futuro pinta para épico, ya que el talento que poseen no va hacer más que crecer.
Del partido se puede hablar de un juego muy parejo donde Philadelphia fue Philadelphia; es decir, su juego colectivo se erigió como su estandarte, gracias nuevamente a TJ McConnell quien le otorga libertad a Ben Simmons para desarrollar su juego.
Sin embargo, la gran defensa de los Celtics provocó muchas pérdidas en los hombres claves de Philadephia (16 pérdidas), debido a la rapidez de manos y, sobretodo, a la experiencia. Teniendo un gran ejemplo en el duelo entre Al Horford y Joel Embiid que fue maniatado en parte del encuentro por el dominicano, gracias a un juego físico que lo sacaba por momentos de la zona. A pesar de eso, el camerunés jamás se amilano, tornándose en una bestia defensiva que hizo dudar constantemente a los atacantes verdes.
En un juego tan frenético donde se intercambiaban canasta y lideratos en los últimos minutos, fueron los tiros libres claves, ya que los Celtics tomaron una ventaja fatal para los Sixers (24 a 31 TL a favor de Boston).
El orgullo celta se mantiene en pie, LeBron y sus valientes los esperan en una final que tiene aires de revancha en donde un grupo de espartanos vestidos de verde buscarán derrocar al tirano de la conferencia. El presente contra el futuro, el trabajo de un equipo contra el trabajo de uno, LeBron James contra Jayson Tatum. En síntesis, Celtics vs Cavs, solamente uno quedará en pie.
