ANÁLISIS | Los errores que le están costando la serie a «The Process»

El ataque va bien, pero no están acertados

Si se ponen el tercer partido y el cuarto partido de la serie entre los Boston Celtics y los Philadelphia 76ers, verán una sustancial diferencia. Pues lo que hoy vengo a comentar no es ni más ni menos que eso; los Sixers no están jugando mal, pero hay dos o tres errores que están castigando muy bien los de Boston y los de Philadelphia han tardado en corregir.

¿Cómo es la defensa de Boston?

Porque la clave no era defender a Ben Simmons. La clave era defender a la gente de alrededor para forzar a Ben Simmons a una zona a la que no está acostumbrado a frecuentar y en la que no es tan efectivo; la media distancia. Sabiendo que Simmons no es un anotador, la defensa de los Celtics se centra sobre todo en perseguir a los tiradores y cubrir las líneas de pase, lo cual no es flotar del todo al rookie pero sí forzarle a crear tiros para él en esa zona, en la cual está fallando una barbaridad.

¿Y si quiere penetrar? Ayudas físicas. Si Simmons quiere acabar sus jugadas con una bandeja, automáticamente un jugador de los Celtics (suele ser Morris, aunque a veces también puntea los tiros Horford) sale a la ayuda planteando un choque físico que obliga al alero a, la mayoría de las veces, forzar el tiro o cambiarlo drásticamente. 

Ben Simmons, lastrado por su tiro

Esta es la primera situación en toda su carrera en la que la carencia más grande del juego de Ben Simmons, su tiro, está siendo un problema que no está dejando a su equipo jugar como mejor sabe. Debido al ya comentado clínic defensivo que el señor Brad Stevens está impartiendo en la serie, Ben no está cómodo a la hora de organizar juego, pues se ve forzado en muchas ocasiones a tener que anotar desde la media distancia, algo que no se le da nada bien. En muchas ocasiones, debido a la restricción de espacio que sufre, se ve obligado muchas veces a no acabar cerca del aro, sino con un tiro forzado de media distancia que, usualmente, falla.

T.J McConnell, la llave que encaja el puzzle

Tj McConnell es el jugador perfecto para atacar defensas de este tipo. Si bien los Philadelphia 76ers juegan con un sistema de muchos espacios para el tiro exterior (Saric, Redick y Belinelli juegan la mayoría del tiempo abiertos), T.J es un jugador capaz de realizar el dentro-fuera; es decir, entrar a canasta hasta dentro y salir otra vez al perímetro con la bola controlada (un movimiento muy Tony Parker, por ejemplo). Esto, en mayor medida, facilita que el base pueda hacer que el balón circule por toda la pista (algo que Simmons, por ejemplo, no hace), pueda ayudar a que los jugadores exteriores desarrollen su juego off-ball y que McConnell pueda hacer uso de un buen juego de tiros en suspensión cerca del aro o en la media distancia.

Ya lo vimos en el Game 4. En los minutos en los que McConnell y Ben Simmons jugaron juntos en pista, la organización de juego no fue tan forzada y Simmons sólo se limitó a organizar en situaciones de contraataque o de poste bajo, dejando a McConnell el ataque posicional. Y aunque no jugaron mal y fluyó bien la cosa, el problema que encontraron fue el poco acierto de esos jugadores exteriores anteriormente mencionados.

Philadelphia necesita más de Robert Covington

Y entre esos jugadores exteriores que están fallando tiros, se encuentra uno de los mejores tiradores del equipo; Robert Covington. Y el motivo por el que tiene que estar más acertado es muy simple: es el único jugador junto a Ben Simmons que puede parar contraataques rivales, por lo tanto, tiene que pasar el mismo tiempo en pista que jugadores cómo Jaylen Brown o Terry Rozier, clave para Boston en las posesiones rápidas. Estos son los primeros cuatro partidos de Robert:

  • Game 1: 3 puntos, 2 rebotes, 0-6 en tiros de campo y 0-4 en triples en 27 minutos.
  • Game 2: 22 puntos, 9 rebotes, 8-15 en tiros de campo y 4-7 en triples en 40 minutos.
  • Game 3: 1 punto, 2 rebotes, 0-8 en tiros de campo y 0-5 en triples en 25 minutos.
  • Game 4: 3 puntos, 5 rebotes, 1-7 en tiros de campo y 1-5 en triples en 19 minutos.

A excepción del Game 2, sus otros tres partidos son dignos de D-League. Quitando el segundo, sus promedios en casi 24 minutos se quedan en 2,3 puntos, 3 rebotes y, lo que es más importante, un 4,76 % en tiros de campo y un 7,14 % en triples, porcentajes que yo, sinceramente, no había visto en mi vida.

Los finales de partido, la asignatura pendiente de estos Playoffs

Admitiendo que son aún un equipo joven que está jugando todavía los primeros Playoffs de toda su carrera, aunque ante los Miami Heat no lo parecía, los de Philly sí que cometen muchos errores achacados a la inexperiencia. Sobre todo, el final del Game 3, en casa y con posesiones finales para cerrar el partido.

Hoy, los de Philadelphia jugarán lo más parecido al partido más difícil del proyecto hasta ahora. Si juegan como jugaron en el Game 4, con doble base (Simmons + McConnell), podrán abrir más espacios para que los tiradores ejerzan su juego. Eso, y encomendarse a la diosa fortuna, que bien les hará falta ante uno de los equipos más difíciles de ganar en su cancha; los Boston Celtics. Será durísimo, pero en baloncesto, nunca imposible.