Charlotte Hornets; vivir por debajo del 1%

En tierra de nadie y sin Playoffs, aún queda algo a lo que aferrarse

Se presenta un final de temporada duro en Charlotte. Fotografía de Nil Alemany (SB)

Con la derrota ante New Orleans Pelicans la pasada madrugada del miércoles, Charlotte Hornets quedó matemáticamente con menos de un 1% de posibilidades de conseguir un billete para los Playoffs. La posición es muy dura para un equipo pensado para conseguir la postemporada y con jugadores del nivel de Kemba Walker, Nicolas Batum o un Dwight Howard que ha recuperado gran parte del nivel que le convirtió en una estrella de la liga.
Pero más allá del dolor anímico que supone este varapalo, se plantean cuestiones sobre el rumbo a tomar tanto a largo plazo como en el futuro más inmediato.

La gerencia ya tiene la mente puesta en la nueva temporada. Se busca activamente un nuevo General Manager tras el despido de Rich Cho y está decidida a dar un vuelco a todo el proyecto, dejando de lado el baloncesto más clásico de limitar pérdidas y apostar por una zona poblada, tanto en ataque como en defensa, aún a costa de dar menos importancia al triple (ya se sabe, la manta que no puede tapar todo). Además, tendrá que lidiar con un fuerte problema salarial.

¿Sacar los tanques?

Pero eso será un tema en el que los aficionados se puedan centrar a partir de mayo, hoy lo que todos se preguntan es: ¿qué hacer de aquí a final de temporada? ¿Hay que sumarse a la moda de tankear?

La respuesta corta es no. La respuesta larga es que, sencillamente, no se puede.

El tanking se produce cuando una franquicia crea de manera premeditada una plantilla con peor calidad para que se pierdan partidos y optar a una buena posición en el draft. Pero es importante matizar que ni jugadores ni entrenadores se dejan perder, simplemente los recursos no son suficientes. Otra cosa es que lo sepan y no remen en contra de una corriente que te aleja sin remedio de la orilla de la competitividad.

Sin embargo en el caso de Charlotte Hornets no se cumplen estas condiciones porque su plantilla es buena (mucho mejor de lo que indica la clasificación) y tratar de conseguir una ronda alta a estas alturas de la temporada es imposible. Hay hasta nueve equipos por debajo y a bastante distancia, de los cuales salvo Brooklyn Nets están hechos para quedar lo más abajo posible.
Perder de manera continuada hasta final de temporada solo puede servir para que Kemba Walker se termine hartando de Charlotte. Recordemos: ningún jugador quiere perder.

El señalado: Steve Clifford

Así pues, la situación de Hornets es de todo menos buena a estas alturas. Sin posibilidades de ronda muy alta en el draft y casi sin probabilidades de Playoffs únicamente queda un camino: competir pero pensando en el futuro. Steve Clifford es uno de los nombres marcados en rojo para el futuro. Su contrato acaba el año que viene y la decepcionante temporada le ha puesto en el ojo del huracán. Principalmente se le achaca ser de ideas muy fijas y su poca cintura para adaptarse a los nuevos tiempos quedando anclado en un librillo que ha quedado anticuado.

Con la intención por parte de las altas esferas de la franquicia de modernizar el estilo, Clifford tiene que demostrar que también puede ser el adecuado para ello. De momento ya ha comenzado, y es que tras el parón del All Star Game el equipo ha dejado de primar la defensa por encima de todo, con un estilo de juego muy lento, a acelerar el ritmo y convertirse en uno de los equipos que más anota en este tramo de temporada. La realidad es que en cuestión de victorias el cambio no se ha dejado ver, pero el estilo ha cambiado. Hasta ahí ha cumplido el entrenador.

Hora de que los jóvenes tomen galones

La parte que queda pendiente es dar importancia al núcleo joven. Charlotte es uno de los equipos más jóvenes de la liga. Únicamente Howard (32) y Marvin Williams (31) superan la treintena mientras que, por otra parte, hasta 8 jugadores cuentan con 25 años o menos: Monk (20); Bacon (22); Hernángomez (23); Kaminsky (24); Graham (24); Kidd-Gilchrist (24); Zeller (25) y Lamb (25). Si se va pensar en el futuro, moldear esa juventud es asunto de obligado cumplimiento.
Michael Kidd-Gilchrist, Frank Kaminsky y Treveon Graham sí que están teniendo bastantes oportunidades, especialmente el primero que es titular pese a las críticas.

Otra historia es el caso de los rookies: Malik Monk y Dwayne Bacon. Su situación es bastante grave puesto que no están contando con confianza por parte del cuerpo técnico, especialmente a partir de noviembre cuando Clifford fue baja por enfermedad y perdieron su puesto en la rotación sin haber vuelto a recuperarlo.

Situación idéntica a la que vive Willy que desde que llegó sólo en un partido ha superado los 10 minutos de juego, y en la gran mayoría de partidos ha jugado únicamente los minutos de la basura o ni eso. Ni siquiera tras la última lesión de Zeller ha conseguido una oportunidad. En el caso de Monk, las lesiones, en esta ocasión la de Michael Carter-Williams que se perderá lo que queda de campaña, sí que le abren la puerta, si bien desde el puesto de base donde sus condiciones no brillan de la misma manera. Los tres jugadores reúnen condiciones que no abundan en el resto de sus compañeros, pero su crecimiento está totalmente estancado por la falta de minutos.

No se trata sólo de lo que pueden dar hoy, sino de lo que pueden ofrecer mañana y saber de verdad si se puede contar con ellos para dar pasos hacia adelante.

Por último, el caso de Jeremy Lamb merece también mención aparte. Tiene muchos minutos y sus números son buenos, pero lo que hay que plantearse es si está listo para ser titular y coger galones. A principios de temporada, con la lesión en el codo de Batum que muchos tildaron de catastrófica por la importancia del francés en el equipo, Lamb dio un paso adelante y demostró estar preparado. Su juego atlético y su intensidad defensiva en líneas de pase suponen una rara avis dentro de los Hornets. Además, este año ha mejorado mucho su tiro de tres: 36,2% de acierto frente al 28,1 de la temporada pasada.

Los aficionados conocen la alineación de carrerilla. Kemba, Batum, Kidd-Gilchrist, Williams y Howard día sí y día también. Ese ha sido el quinteto inicial siempre que sus componentes han estado sanos. Y el resultado es estar fuera de Playoffs. Ha llegado el momento de cambiar algo y posibilidades hay muchas: jugar con Batum o Kidd-Gilchrist de cuatro; bloqueos indirectos para que un Monk de escolta exhiba su tiro; dar oportunidad a Willy; ocupar las esquinas con Bacon…
Muchas opciones y una realidad, hay que dar una oportunidad al futuro.