Los Ángeles Lakers: El arte de fallar tiros libres

Los Angeles Lakers son el peor equipo en porcentaje en los tiros libres

El arte no siempre lo relacionamos a cosas positivas, este es un ejemplo que nos dan Los Ángeles Lakers.

Como en muchas ocasiones en la vida, uno se acostumbra a las dificultades que se le presentan. Vivir sumergido en la agitación de las obligaciones y los compromisos te endurece, te moldea. Tus habilidades más internas se potencian para sobrevivir, mientras que las más simples y banales se apartan y pasan a un segundo plano. Tan apartadas quedan que, al final del día, cuando toca hacer las tareas más fáciles, te resultan extrañas y casi más complejas que lo que has estado haciendo todo el día. Una ironía no poco preocupante. Vivir al filo del cuchillo te hace despreocuparte de su mango, y por tanto, la que debería ser tu base de crecimiento te hace ser más vulnerable ante los peligros cotidianos. Cuando quieres darte cuenta, ya estás inmerso en un hábito poco recomendable.

Los Angeles Lakers son el equipo con peor porcentaje de tiros libres de toda la NBA. En datos, un ínfimo 68%. Quien haya visto un sólo partido de este equipo se habrá dado cuenta de que, el tiro, en general, no es la mayor virtud que atesoran los de oro y púrpura. Siendo realistas, hace años que no lo es. Sin embargo, en comparación con el año anterior, la temporada 16/17, numéricamente el bajón es importante. En esa temporada, los Lakers ocupaban la posición 21 de toda la liga en cuanto a porcentaje en tiros libres, con un 75%. Nada para tirar cohetes, pero aceptable.  Estos Lakers han hecho de fallar libres un arte. El más imposible aún. Cuando eres de los peores equipos de la liga y aún quieres complicarlo todo hasta la extenuación. Empezar la casa por el tejado.

Kobe Bryant, el último gran lazador de tiros libres de Lakers. -Chris Bucka (CC)
Kobe Bryant, el último gran lazador de tiros libres de Lakers. -Chris Bucka (CC)

Con qué delicadeza tiran ese balón a modo de piedra. Hay que ver lo bien que rebota la pelota en el aro para después salirse. Qué air-ball más estilizado. A veces creo que los cámaras deben de haber sido muy malos para que el karma, en el Staples, siempre acuda contra ellos con forma de esfera naranja. Quizás increpar demasiado a los jugadores. Aún así, nadie merece semejante castigo. Los árbitros han empezado a decir en el primer tiro libre: ¡Cuidado, hay rebote! La gran pregunta que se debe realizar en estos casos es, ¿por qué fallan tiros libres? ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada zona más espacio hay y se puede tirar mejor?

Este equipo ha mejorado en muchas facetas del juego con respecto al año pasado, sobre todo en la defensa. Luke Walton ha conseguido que el equipo haya pasado de ser de los cinco peores equipos defensivos a uno de los diez mejores. En palabras de grandes jugadores de la liga, corriendo (en contraataque, para que nos entendamos) son el mejor equipo de la liga después de los Golden State Warriors. Pero, el tiro, he ahí quid de la cuestión. 

Al ser un equipo bastante joven, la resistencia física debería estar descartada para justificar tantos fallos en la línea de tiros libres. Llegar fatigado suele ser mal augurio a la hora de anotar los puntos de uno en uno, pero en este caso, los jóvenes oro y púrpura se encuentran en bastante buena forma física (dejando lesiones aparte). Otra causa podría ser la falta de entrenamiento de éstos. Como anticipaba al principio del artículo, es frecuente encontrar equipos que trabajen en sistemas complicadísimos con jugadas de 23 segundos y medio y que luego se dejen fuera lo más esencial. No puedo colarme en las nuevas instalaciones de entrenamiento y salud de los Lakers, con lo que me es imposible sacar una conclusión a favor o en contra de esta tesis.

Lamar Odom en un tiro libre - Jeramey Jannene (CC)
Lamar Odom en un tiro libre – Jeramey Jannene (CC)

Los motivos de los Lakers para ser malos lanzadores

Mi principal hipótesis es que, simplemente, es un pésimo equipo armando tiros. Si en el resto de tipos de tiros posibles (triples, media distancia, incluso penetraciones), los Lakers son uno de los peores de la liga, es inevitable que también dejen mucho que desear desde la línea de tiros libres. A excepción de Jordan Clarkson y Kyle Kuzma, el resto de jugadores no son conocidos precisamente por su mecánica ni su acierto. Y que sean así de malos no quiere decir que en un futuro no puedan mejorar, simplemente, o no han trabajado lo suficiente o sus mecánicas no les permiten meter. En cualquier caso, es un problema muy grande a mejorar. 

Algunos récords

Llaman al optimismo recientes resultados positivos a pesar del poco acierto en este campo. El 19 de Enero, los Lakers consiguieron la victoria ante Indiana Pacers a pesar de un paupérrimo 14,3%. Constituye la victoria con un porcentaje de tiros libres más bajos de la historia de la liga regular de la NBA. 

Y es que, si consiguen ganar pese a esta gran lacra, quién sabe qué cosas grandes les quedan por hacer. El partido ganado por un punto recientemente ante los Celtics es otra imagen preocupante a la vez que sorprendente en este aspecto. Consiguieron la victoria a pesar de los tiros libres fallados en el final del partido, cuando hay que meterlos. Es bastante probable que, si el partido hubiera durado más, el casillero de los verdes estaría con una victoria sumada.

¿Quiénes deben mejorar?

Los grandes actores de esta función no pueden permitirse tener un % tan bajo. Brandon Ingram, que tiene un 68 por ciento, o Lonzo Ball, con un 48 por ciento, deben acrecentar sus números en esta faceta. Ser tan vulnerables desde la línea de tiros libres les hace perder tanto protagonismo como capacidad de resolución de partidos. Los rivales lo tienen sencillo, saben que si les hacen falta, lo más probable es que los dos puntos no lleguen a añadirse al marcador. Los equipos ganadores no son los que más jugadas en la pizarra tienen, sino los que son capaces de realizar de forma sobresaliente los aspectos más importantes del juego. Y los tiros libres lo son.

Tienen margen de mejora, con el tiempo irán ganando fiabilidad y concentración en el juego. El arte de fallar tiros libres se convertirá en el arte de meterlos. Lo único que falta es cambiar la mentalidad, como en toda faceta de la existencia. En ocasiones, caminar no consiste en avanzar diez pasos, sino en darse cuenta de que los que damos, lo hagamos con seguridad firme y lentos hacia la consecución de un recorrido largo. Aceptar los errores y corregirlos. No hay más. Tanto en la vida corriente como en el baloncesto. Mientras tanto, no desesperen, disfruten de sus virtudes. Que las hay, y muchas.