La temporada del Real Madrid, a día de hoy, se puede resumir en que está siendo un auténtico rompecabezas para Pablo Laso. El técnico vitoriano comenzó la temporada sin su buque insignia, Sergio Llull, y a su baja se han ido uniendo jugadores de mucho peso en la plantilla como son Gustavo Ayón y Anthony Randolph, además de un Ognjen Kuzmic que venía al club blanco para ser protagonista y erigirse como la torre madridista.
Las noticias pésimas llegaban a mediados de agosto, cuando Sergio Llull se rompía el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en un amistoso ante Bélgica en Tenerife defendiendo la camiseta de la Selección española. Una lesión preocupante para Pablo Laso, pero que poco a poco se fue paliando con el gran Eurobasket y siendo líder del Real Madrid por parte de un Luka Doncic que está enchufado. Por si acaso, el equipo blanco fichó a Chasson Randle, base cortado por los New York Knicks y que llegaba con un perfil de base tirador con gran mano de tres puntos.
Los problemas estaban en las lesiones de los interiores. Trey Thompkins tuvo que abandonar más de un mes al Real Madrid para viajar a Estados Unidos a resolver unos asuntes familiares, mientras que sus compañeros iban cayendo lesionados. Ognjen Kuzmic se lesionó a mediados de octubre con una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda en el partido que disputaba su equipo en el WiZink Center ante CSKA Moscú. Un partido en el que también caería lesionado dos semanas Anthony Randolph, al que se le iba a salir el hombro.
El ala-pívot tampoco iba a librarse de una segunda lesión. Tras perderse un par de partidos, volvería a caer lesionado a mediados de noviembre, pero esta vez de larga duración y sin una vuelta a las pistas definida. Anthony Randolph sufrió una rotura en la base del tercer metatarsiano del pie derecho debido a una lesión de estrés. Además, para cerrar el círculo, Gustavo Ayón también caía lesionado por la misma fecha del borde inferior del labrum de la articulación del hombro izquierdo tras un choque con Tim Abromaitis, de Iberostar Tenerife. Cuatro meses que iban a dejar fuera al mejicano y que obligó al Real Madrid a realizar la segunda incorporación del curso: Walter Tavares.
¿Son los fichajes la solución?
Desde que llegaron a la disciplina blanca, tanto Chasson Randle como Walter Tavares han estado en el ojo del público, de la prensa y del propio cuerpo técnico en una continua evaluación. Ambos debían ser eficaces y convencer para hacerse un hueco en la plantilla y hacerse importantes. A día de hoy, el único que tiene futuro en el Real Madrid es el pívot caboverdiano.
Chasson Randle ha agotado la paciencia del Real Madrid. El base, que llegaba prometiendo puntos debido a un acierto más que aceptable en su corta carrera en la NBA, finalmente ha quedado en un nuevo pufo estadounidense en el equipo blanco. Dos franquicias acogieron a al jugador madridista, Philadelphia Sixers y New York Knicks, en las cuales jugó entre las dos 26 partidos, promediando 11’5 minutos, 5’3 puntos con un 40’8% de tiros de campo y un 34% de acierto desde el triple, 1’3 rebotes y 1’3 asistencias por partido. Números que podían haber explotado en Europa, pero que se quedan muy cortos.
Chasson Randle está promediando con el Real Madrid, en los 19 partidos que ha jugado, 4’0 puntos con un 44% de tiros de campo y un 37’5% de tiros desde la línea de tres puntos, y todo en apenas diez minutos de media. Todo apunta a presagiar que la aportación del base es buena, pero nada más lejos de la realidad. Sólo a aportado 58 puntos en los 19 partidos que ha disputado, y no cumple con el rol que se esperaba de él. No se le pedía ser Sergio Llull, eso es imposible, pero desde luego hace pensar que hubiera sido mejor opción hacerse con los servicios de otros jugadores que sonaban con fuerza, como Tyrese Rice, de Barcelona Lassa, o Sam Van Rossom, de Valencia Basket.
El otro caso es menos señalado. Walter Tavares se ha ido ganando al público del WiZink Center partido a partido. Es cierto que aún necesita muchos entrenamientos para acoplarse a sus compañeros, pero demuestra tener mucha implicación, algo que no se ve en Chasson Randle. Sólo ha tenido en el que haya sido capital, el último de Euroliga que jugó el Real Madrid el pasado jueves ante el Brose Bamberg, pero es un jugador que cayó de pie.
Los números no avalan mucho al gigante de 2’21 metros, que ha jugado 12 partidos en lo que va de temporada y ha sumado en su casillero 84 puntos con un 55% de acierto y ha capturado 67 rebotes. Walter Tavares vino para tapar el hueco que dejaron las lesiones de Ognjen Kuzmic, Anthony Randolph y Gustavo Ayón, y de momento, aunque a paso lento, está haciendo lo que se le pide: capturar rebotes, defender a pívot grandes dominante como Ante Tomic, de Barcelona Lassa, o Giorgi Shermadini, de Unicaja. Gasper Vidmar, que sonaba con más fuerza antes que el caboverdiano, ha quedado en el olvido.
¿Los fichajes han sido la solución? No. ¿Los fichajes han sido los que han generado alguna mala racha del equipo? Tampoco. Pablo Laso debe hacer encajar un puzzle de lesionados en los que han entrado Jonas Maciulis y Dino Radoncic como falsos ala-pívots, y eso genera un estilo diferente. El gran estado de forma de Luka Doncic y de Trey Thompkins y la vuelta de Rudy Fernández y Jaycee Carroll, junto al incansable Felipe Reyes, están pudiendo más que las flojas actuaciones de Chasson Randle mientras Walter Tavares se adapta.
