Ya ha llegado la navidad particular de la NBA, es el mes de febrero: se organizan grandes reuniones que agrupan a toda la familia NBA en la misma casa durante todo un fin de semana, llegan los regalos del trade deadline, hay vacaciones para los jugadores… Es un tiempo de diversión y en parte también sirve para reinventarse. Todos los entrenadores esperan ese regalo que llevan meses pidiendo para sus plantillas, los jugadores tienen unos más que merecidos días de descanso, y el All-Star. Oh, el All-Star, ese evento hecho para mero disfrute de los aficionados, en el que todas las estrellas del Este y del Oeste se juntan para jugar un partido en el cual sus integrantes son elegidos mediante un proceso de votación en el que primero intervienen los fans, y más tarde los entrenadores, aunque actualmente, con la actualización del modelo, también son parte del proceso los propios jugadores de la NBA y periodistas seleccionados.
Normalmente, las elecciones para el All-Star son bastante obvias, por el rendimiento que han estado teniendo los jugadores en pista, por sus números, por cómo han ayudado a su equipo para llegar a lo más alto de las clasificaciones, o siplemente por méritos propios. Sin embargo, lo que quiero repasar en este artículo son jugadores en activo (o que deberían estarlo) que actualmente no se encuentran en posición de ir paseándose por las oficinas de la NBA diciendo que son jugadores All-Star. No por ello quiero sentar cátedra diciendo que son malos y lo van a ser por el resto de sus carreras, ésta es sólo la perspectiva que tengo en el momento actual. Si usted, como lector, siente la imperiosa necesidad de argumentar en contra de alguna de mis elecciones, le invito a que así me lo haga saber poniendo un comentario, o proponiendo alguno otro que me haya dejado en la lista. Para formarla, he tenido en cuenta los All-Star desde el 2007 en adelante. Por otro lado, el de 2017 no entra en cómputo, ya que considero que no ha habido ninguna elección ‘injusta’, ni la criticada por algunos de Carmelo Anthony.
10. Dwight Howard
Cuando Dwight Howard volvía a Atlanta este verano, la directiva de los Hawks sabía en qué tipo de compromiso se estaba metiendo firmando a Dwight Howard en la agencia libre. Desde la vuelta a casa del ‘5’, Dwight Howard está firmando una de sus peores temporadas en las dos cosas que mejor se le dan; anotar y hacer tapones. En el apartado anotador, Dwight Howard, con 13,5 puntos por partido, está promediando actualmente su segunda peor temporada anotadora, desde sus comienzos en la liga, donde promedió 12 puntos por noche. En lo que respecta a hacer tapones, Howard está firmando su peor temporada, con 1,3 por partido, empatado con su segunda temporada con los Rockets. Por otro lado, no está contando todo lo que debería para Budenholzer, porque en lo que llevamos de curso es el que menos minutos promedia por enfrentamiento. Por otro lado, está haciendo gala de unos porcentajes de tiro que lo hacen mucho más eficiente cada vez que juega, acertando 5 de unos 8 intentos que promedia cada noche, superando el 60% en TC. A no ser que el bueno de Superman vuelva a echarse al equipo a las espaldas, es dudable que vuelva a ser miembro del All-Star Game, pero se echará de menos sin duda alguna su presencia por él.
9. Andre Drummond
En el caso de Andre Drummond observamos «»cierta»» similitud con el de Dwight Howard. Drummond es pupilo de Stan Van Gundy, y está siendo el center dominante que tanto caracterizan a los equipos de Van Gundy, con sobrecarga anotadora y reboteadora. Sin embargo, Dre no está demostrando que pueda repetir la participación que realizó el año pasado en Toronto, ya que en esta temporada ha pasado de los 16’2 puntos que hacía el año pasado a encestar unos 14,6 puntos, mientras que su marca reboteadora ha pasado de 14,8 a 13,8 por partido. Por otro lado, nos encontramos el drama de su defensa, que sigue siendo su gran lastre, pasando de una posible racha ascendente en efectividad y esfuerzos defensivos, a volver a las viejas costumbres haciendo gala de una pobre presencia defensiva para un hombre de tanta presencia como es Andre Drummond. Por todo esto no estoy diciendo que Andre Drummond sea un mal jugador, para nada, está siendo una vez más la bandera de los Pistons esta temporada, pero si Stan Van Gundy lo ha puesto en el mercado es por algo, cosa que no hizo tan pronto con su anterior ojito derecho, Dwight Howard. Drummond debe ser el por qué los Pistons deben estar arriba, el alfa y omega de la franquicia teniendo el contrato que tiene, pero desgraciadamente no está siendo así. Esto es un aviso para Dre, espero tener que retractarme de mis palabras.
8. Deron Williams
Deron Williams, ¿por qué fuiste tanto y de un día para otro te quedaste en nada? Recuerdo los viejos tiempos en Utah, donde Deron llegó a promediar hasta un máximo de 21,3 puntos por noche, coincidiendo con su mejor momento de anotación de su carrera. Tenía la franquicia de Salt Lake City para él, ‘poniendo’ de patitas en la calle a un entrenador legendario en la propia organización. Sin embargo, desde que aterrizó en los Nets su carrera no ha hecho otra cosa que caer en picado. La última temporada en New Jersey fue el principio del fin, la última vez que Deron vería los 21 puntos por partido. Desde entonces, sus marcas han ido siendo 18, 14, 13, un resurgimiento en su llegada a Dallas de 14, y una vuelta a los 13 puntos por partido esta temporada por cada partido que juega. Una desgracia para Deron y la liga, ya que su prometedor talento se ha mezclado con las expectativas, dejando claro que sus apariciones en los All-Star de 2010, 2011 y 2012 son cosa ya de un lejano pasado. Con 32 años, pondría la mano en el fuego a que Deron no vuelve, pero esto es una tendencia que lleva ya sucediendo años.
7. David Lee
Con David Lee sigo sorprendido de que haya sumado dos participaciones en el All-Star Game de la NBA, viéndolo tal y como es hoy en día. Sin embargo, uno hace memoria con el jugador procedente de la Universidad de Florida y recuerda a un muy buen componente de los Knicks que sumaba 20 puntos por noche y que atrapaba un total de 11,7 rebotes que lo llevaron al partido de las estrellas en 2010. Pero sigo recordando y lo sitúo en los Warriors, donde con cierto esfuerzo, volvió a promediar un doble-doble con puntos y rebotes que supusieron suficiente mérito para volver al All-Star en 2013, tras un par de temporadas de sequía en Oakland. Sin embargo, ahí fue donde Lee tocó su techo baloncestístico, y no volvería a ser el mismo. Tras una última temporada de Mark Jackson donde completaba buenos números, pasó al total ostracismo para Steve Kerr (aunque ha de recordarse el importantísimo momento que tuvo en la serie contra los Memphis Grizzlies, que posiblemente dio a los de la bahía la motivación necesaria para ganar el título), lo que dejaría graves secuelas para la carrera del jugador. Primero, se marchó a los Boston Celtics pero su juego no cuajó, y marchó rumbo a Dallas, donde en un principio parecía encajar mejor, pero no hubo éxito en última instancia. Ahora disfruta de un importante rol de banquillo en San Antonio con Greg Popovich, pero sus actuaciones lejos están de ser meritorias de All-Star. En un principio dudaba de ponerlo en el puesto de Deron, al saber reinventarse como jugador, pero las estadísticas del base siguen siendo buenas, contrastando con las suyas.
6. Mo Williams
El caso de Mo Williams es un mero ejemplo de la capacidad de LeBron de hacer mejor a todo jugador que lo rodea. Mo Williams creo que muchos coincidiremos en que nos lo imaginamos como un mero jugador de banquillo, un buen base suplente, pero que no debería superar tal rol. Sin embargo, Mo Williams fue compañero de peripecias en aquellos Cavaliers que dudosamente hubieran llegado a postemporada de no ser por la presencia de James en pista. En su temporada magistral, Mo hizo unos 17,8 puntos que lo llevaron hasta el All-Star de 2009. Tras aquel momento, los números de Mo Williams descendieron, cambiando de equipo hasta un total de 6 veces hasta el día de hoy. Actualmente, y justo en estas fechas, Mo Williams está siendo usado como moneda de cambio para varios equipos desde el trade que realizaron los Cleveland Cavaliers para adquirir a Kyle Korver. Desde entonces, tras ser traspasado por Atlanta, ha pasado por el roster de Denver y Sixers unas 3 veces en menos de 5 días. Una lástima de final de carrera para un jugador que puede presumir de ser All-Star, incluso sin ni siquiera estar jugando un sólo minuto esta temporada.
5. Derrick Rose
Sé que muchos querrán rebatirme el hecho de que Derrick Rose sigue siendo todo un All-Star, que parece volver a tener ciertos destellos de lo que un día fue, pero, a nivel personal, yo estoy muy cansado de Derrick Rose como jugador. Es cruel culparle de todas sus lesiones, pero, ciertamente, lo que he visto este año en los Knicks no me convence nada como para pensarme un sólo momento que Derrick Rose pueda hacer un retorno a el All-Star Game. Pero sin embargo, las culpas no le deben caer todas a él. En 2010, siendo todo un jovenzuelo, dejó al público impresionado con sus movimientos, su atrevido y a la vez agresivo estilo de juego parecía no tener freno, unos Bulls que subieron como la espuma en la Conferencia Este… Sin embargo, sí que hubo freno, y fueron las lesiones. Desde entonces, cada vez que Derrick Rose volvía a las canchas y hacía un par de bandejas con rectificado, todo el público comenzaba a idolatrarlo.
Esto, desde luego, fue una desgracia en un principio, pero lesión, tras lesión, tras lesión, la lástima se convirtió en chiste, en chascarrillo, y ya nadie se cree su juego, llevándose a unos Bulls que pudieron ser los que tumbaran a los Heat del Big Three y no fueron. Tras su trade a New York Knicks, Rose ha encontrado cierta estabilidad, pero me da la sensación de que quiere jugar solo, lo que dudo que le vuelva a convertir en un jugador de muchos focos y micrófonos. No por ello, le resto mérito a que esté haciendo sus mejores números desde la lesión, pero este no es el Derrick Rose que nos ilusionaba a todo el mundo. Ya no. Sus 3 All-Stars se quedan cortos pensando en todo lo que podría llegar a jugar. Todavía le queda una carrera por desarrollar a sus 28 años, pero las lesiones lo quitarán antes de lo que se podría esperar de jugar al baloncesto NBA.
4. Andrew Bynum
Con Andrew Bynum quiero hacer una excepción. Actualmente podemos ya decir que el jugador se encuentra retirado, con lo cual no sería totalmente justo decir que el jugador no se merece ser All-Star, porque como es obvio, con la edad uno ya va perdiendo cualidades, pero es que Bynum a día de hoy sólo tiene 29 años. Por ello, espero que sepáis apreciar la excepción que he hecho con él. Andrew Bynum fue un jugador que brilló con los últimos Lakers que visitaron las Finales de la NBA, fue el que acompañó a Gasol y a Kobe en sus últimos intentos reales de conseguir un anillo para la franquicia californiana.
Tal fue el rendimiento del pívot que fue directo al All-Star de 2012 siendo el pívot titular por parte de la Conferencia Oeste, superando a cualesquiera como Marc Gasol o DeMarcus Cousins por el camino. Pues bien, ésa sería la última vez que Bynum consiguiese completar una temporada completa. Tras ello, Bynum fue traspasado a Philadelphia, rompiéndose la rodilla jugando a los bolos, quedándose dos temporadas completas en el dique seco. Tras ello, intentaría retomar su carrera en los Cleveland Cavaliers, pero sólo duró 24 partidos. Haría una última intentona con los Indiana Pacers, pero se lesionó y acabó cortado, siendo éste su último equipo de la NBA con tan sólo 26 años. Se dice que se pasa por las canchas de la NBA con el pelo teñido de vez en cuando. Cómo cambian las cosas de un día para otro…
3. Joakim Noah
Joakim Noah siempre ha sido de los pívots de la NBA con más espíritu de hacer piña en toda la liga. Noah fue la cara de los Chicago Bulls de Tom Thibodeau siempre y cuando Derrick Rose no estuviera entre algodones, firmando unos grandes números en el camino. Heroicas sus batallas contra LeBron James, junto a su forma característica de lanza los tiros libres. Su forma de jugar tan intensa le llevó a ganar el premio a Jugador Defensivo del Año en 2014. Sin embargo, Joakim Noah ha protagonizado uno de los descensos más bruscos de rendimiento para un jugador galardonado tanto con la presencia en el All-Star como con el premio a Jugador Defensivo del Año, habiendo participado en el All-Star de 2013 y el de 2014.
Sin embargo, de un año para otro se le gastó la poción del buen juego, ya que en la temporada 14/15 redujo sus números de anotación hasta en un 43%, pasando de 12,6 puntos por partido a unos pobres 7,2 para ser pívot titular. Pero no se quedó ahí la cosa, la temporada pasada bajó hasta los 4,3 (En sólo 29 partidos, eso se lo perdonamos). Cualquiera pensaría que no cabría esperar un futuro brillante para Joakim Noah, pero este verano se encontró con que los Knicks le iban a pagar ¡72 millones de dólares en 4 años!. Gran negocio el de Noah, que por mérito de su agente se embolsará 18 millones de dólares hasta el 2020 llevando hasta ahora un promedio de 5 puntos por partido, 8 rebotes y 0’9 tapones.
2. Roy Hibbert
Sí, señoras y señores, Roy Hibbert, actual pívot de los Milwaukee Bucks también hizo acto de presencia en dos All-Star. Ya tuvo su primera vez en el de 2012 en Orlando, pero el más destacable fue en el de New Orleans en 2014, cuando de la mano de Frank Vogel sus méritos hicieron que su entrenador le concediese el honor de disputar el partido de las estrellas por segunda. A favor del pívot de 2,18 hay que decir que en esa temporada, todo les iba de maravilla a los Indiana Pacers; una estrella emergente en Paul George, un equipo bastante completito en todos los aspectos, y sobrepasar a unos Miami Heat de LeBron James en contra de las expectativas de todo el mundo. Por aquel entonces, Hibbert estaba haciendo unos números que incluían 11,8 puntos partido, 2’5 tapones por acto, y unos 7,7 rebotes. Sin embargo, desde aquel momento Roy Hibbert se quitaría los frenos a sí mismo para comenzar una cuesta abajo que aún hoy sigue. Tras aquel All-Star, Hibbert reduciría inexplicablemente sus prestaciones hasta darse el punto de que los memes en internet le caracterizaban como el «Trash Can», el cubo de basura estándar, ya que podía hacer lo mismo que Roy en pista. Tras ese desastroso fin de temporada, Roy Hibbert no conocería ese nivel otra vez, siendo ya el tercer equipo por el que pasa desde el verano desde 2015 (Lakers, Hornets, y justo ahora Bucks).
1. Rajon Rondo
Sinceramente, es el que menos dudas me ha planteado para el puesto. Rajon Rondo es uno de esos jugadores que uno no se habría atrevido a predecir que su carrera se estancaría de esta forma. Rondo consiguió ir a su primer All-Star con tan sólo 23 años, de la mano de aquellos Celtics de Kevin Garnett y Paul Pierce, que recobraron la rivalidad con Los Angeles Lakers. Un joven base que sabía lo que se hacía a tan temprana edad no podía augurar otra cosa que futuros éxitos en su carrera. Y así fue durante un tiempo, ya que Rajon fue del 2010 al 2013 un fijo del All-Star, el base por excelencia de la conferencia Este junto a Derrick Rose. Sin embargo, lo único que se ha entrometido en su carrera es él mismo. Cuando vio que la cosa no funcionaba con los Boston Celtics, salió corriendo de la franquicia en cuanto pudo, y fue traspasado a los Dallas Mavericks (declarando en su propia presentación que no era el sitio donde deseaba estar). Su mala relación con Carlisle se extendió hasta el mínimo posible, y en verano se marchó rumbo a Sacramento. Sorpresa sorpresa, rompió el vestuario en Sacramento, llevándose mal con el staff técnico y sus compañeros, pero demostrando una gran capacidad asistente, pero su forma de ser, nuevamente, lo llevó a cambiar de equipo este pasado verano.
Firmando con los Chicago Bulls, todos esperábamos que Rajon pudiera dar el ‘push’ por intentar retomar sus viejos días de gloria (a sus 30 años), pero se ve que no está por la labor, discutiendo públicamente con sus compañeros de equipo Dwyane Wade y Jimmy Butler vía instagram. En cuanto a lo deportivo, tampoco parece ser Fred Hoiberg el entrenador que dé con la tecla, llegando hasta el punto de tener que priorizar a Michael Carter-Williams para la titularidad. Sí, Michael Carter Williams, en su cuarto temporada de carrera, siendo éste el tercer equipo por el que pasa, ha sido titular por delante de Rajon Rondo, un jugador que ha llegado a ganar la NBA. Puede que Rajon Rondo no sea el peor jugador de esta lista, ni de lejos, pero ni sus números (6’5pts, 6’5ast, 1’3rob) ni su actitud son de lejos la de un jugador que deba estar en el All-Star.
