La mala suerte de Ricky Rubio

No termina de sonreírle la Diosa Fortuna al base español

No termina de sonreírle la suerte a Rubio en la NBA – Nil Alemany (SB)

He de admitir que el título de este artículo es, cuanto menos, osado. Decir que un chaval de 26 años, que lo ha ganado absolutamente todo en Europa, que es fijo en la segunda mejor selección del mundo, que tiene cierto prestigio en la mejor liga de baloncesto del mundo, que es multimillonario y que fue elegido en el draft antes que el gran Stephen Curry, tiene mala suerte pues es osado, vamos yo me cambiaría por él…pero Ricky Rubio tiene mala suerte.

Cuando el base barcelonés fue drafteado en 2009, con 19 años, por los Minnesota Timberwolves en el número 5 del draft  (Stephen Curry fue elegido ese año el número 7…así de altas eran las sensaciones que transmitía Ricky) a todo el mundo le pareció que era una buena noticia para que se «adaptara» a la NBA jugando una buena cantidad de minutos en un equipo que en aquél entonces era Kevin Love y nada más.

Al principio todo iba bastante bien, de hecho fue el segundo rookie más votado,  sólo por detrás de Kyrie Irving, en la temporada 2011/2012 su primera en la NBA, ya que los Timberwolves le dejaron seguir «fogueándose» en el Barcelona.

Todo parecía que iba a ser un camino triunfal para Ricky Rubio hasta que en marzo de 2012 se lesionó los ligamentos de su rodilla izquierda y tuvo que parar más de 6 meses. La mala suerte empezaba a golpearle. Esta lesión paró su gran progresión, ya que tuvo que parar desde marzo hasta finales de diciembre. Sin embargo, ese año llegó a disputar el encuentro del «Rising Star» del All Star de la NBA. Tal era la confianza en Mineápolis que en 2014 le renovaron con un «contratazo» de cuatro años y 55 millones de dólares.

En 2015 todo volvió a torcerse por una lesión en el tobillo izquierdo que sólo le permitió jugar 22 partidos de los 82 de la temporada y el gran Ricky Rubio empezó a estar en boca de todos los posibles traspasos que salían de Minnesota.

Pero no sólo las lesiones lastraban a Ricky Rubio. Su equipo, los «Wolves», no destacaban en la liga, no conseguían buenos resultados. Tanto es así que Ricky no ha disputado ni un minuto en los playoffs de la NBA desde su debut en 2011, hace 6 años. Los Timberwolves no se clasifican a playoffs desde la temporada 2003-2004 con Kevin Garnett, casi nada. Cuando Ricky llegó se esperaba reconstruir un gran equipo alrededor de él y Kevin Love, pero los resultados nunca se dieron, en gran parte por culpa de las lesiones de Rubio y Brandon Roy, y en 2014 se decidió traspasar a la estrella del equipo (Love) a cambio de los dos últimos números uno del draft, para empezar la enésima reconstrucción del equipo.

Los dos números unos del draft fueron Andrew Wiggins y Anthony Bennet. El primero tiene pinta de que será uno de los aleros dominadores de la NBA en los próximos años (si no lo es ya). El segundo es uno de los peores números uno de la historia del draft (si no el peor)

No contentos con eso, en el 2015, los Wolves volvían a elegir al número uno del draft. En esta ocasión se hacían con Karl-Anthony Towns. Éste, con permiso de Anthony Davis, será el pívot dominador de la liga los próximos años, a priori. Así que los Timberwolves empezaban a tener un equipo con mimbres de hacer cosas importantes en la liga.

Y aquí vuelve a aparecer la mala suerte de Ricky Rubio. Tras años aguantando a un equipo mediocre, en este mercado de traspasos, los Timberwolves se hacían con Jimmy Butler a cambio de Kris Dunn, Zach La Vine y el número siete de este draft (Lauri Markkanen) Así quedaba un quinteto bastante potente con Rubio, Butler, Wiggins, Dieng/Bjeliça y Towns. Además, con las salidas de Dunn y La Vine, el puesto de base parecía propiedad exclusiva de Ricky Rubio, pero éste seguía sonando en los rumores de traspaso.

Para colmo los Wolves se hicieron en la agencia libre con dos jugadores de mucho nivel, Jeff Teague y Jamal Crawford, pero para conseguirlos tuvieron que «regalar» a Ricky Rubio a los Utah Jazz por una primera ronda del draft de 2018.

En un principio la suerte no le daba tanto la espalda a Rubio, ya que se iba a un equipo que había llegado a semifinales de conferencia y que había eliminado a los Clippers de Paul, Griffin y Jordan.

Los Utah Jazz eran, y son, un equipo joven que había acabado quinto en el oeste, por lo que la mejoría en el equipo podía ser bastante interesante. Así pues, en un principio, se podría decir que Ricky Rubio había mejorado de equipo, más habiéndose ido antes de la llegada de Teague y Crawford a Minnesota.

El base de El Masnou llegaba a Utah para cubrir la previsible salida de George Hill (cosa que acabaría produciéndose con destino Sacramento) y, en teoría, por petición expresa de Gordon «Coward» Hayward.

La «huida» de Hayward de los Jazz ha sido un jarro de agua fría para todos los estamentos del equipo y otro golpe de mala suerte para Ricky Rubio.

Así, Utah ha pasado de ser uno de los principales equipos del oeste para clasificarse a playoffs, más si la renovación de Hayward hubiera atraído a varios agentes libres o traspasos de cierto nivel, a contar con escasas opciones de conseguir puesto para playoffs, salvo que el entrenador Snyder obre algún milagro.

Por tanto, la mala suerte vuelve a golpear a Ricky Rubio que ve como «sus» Wolves se convierten en un equipazo (yo los sitúo en el top 4 del oeste), mientras su nuevo equipo sólo se ve muy superior a Sacramento Kings en el oeste, en gran parte por culpa de los grandes fichajes realizados en esta conferencia.

A día de hoy Utah se queda con la siguiente plantilla Rubio/Exum/Neto, Hood/Mitchell/Burks, Ingles/Johnson/Sefolosha, Favors/Jerebko/Bolomboy, Gobert/Udoh/Bradley, más Royce O’Neale, Eric Griffin y Niger Williams-Goss que, en teoría, tendrán un papel testimonial en el equipo.

Queda tiempo para que los Jazz puedan realizar algún movimiento en el mercado, se sigue soñando con Kevin Love en Salt Lake City, pero a día de hoy se antoja difícil ver mejoría en los Utah Jazz con respecto al año pasado y también que mejoren los resultados que vayan a tener los Minnesota Timberwolves.

 

Por tanto, a priori, el mercado NBA ha sido otro golpe de mala suerte para Ricky Rubio. 

No obstante, se espera que los Utah Jazz monten un sistema defensivo brutal, que se observa con los fichajes que han ido realizando; muchos sueñan con que Ricky Rubio y Rudy Gobert o Derrick Favors traigan de vuelta a Salt Lake City el pick and roll que tan buenos resultados dio en la época dorada de John Stockton y Karl Malone; que,  si se queda,  Favors vuelva a su mejor nively otros tantos sueñan con que Donovan Mitchell sea el robo del draft de este año.

Esperemos al menos que los resultados acompañen y veamos, por fin, a Ricky Rubio en playoffs.