¿Deben los Clippers renovar a Blake Griffin?

¿Ha llegado la hora de reconstruir para Los Angeles Clippers?

Los Angeles Clippers deben arriesgarse y construir sobre Blake Griffin. Foto: Carlos Almenar (SB)
Los Angeles Clippers deben arriesgarse y construir sobre Blake Griffin. Foto: Carlos Almenar (SB)

Tras casi 6 maravillosos años en Los Angeles, durante la tarde del miércoles se oficializaba la salida de Chris Paul de los Clippers. El base hace las maletas y pone rumbo Houston, Texas, para unirse a James Harden y formar uno de los mejores backourts de la NBA (sobre el papel) e intentar derrocar la dinastía de los Golden State Warriors en la Conferencia Oeste. Por la otra parte, a la soleada California llegan 4 jugadores con contrato garantizado, 3 (actualmente 2, Darrum Hilliard ya ha sido cortado) sin garantía de seguir en el equipo y una primera ronda de 2018, presumiblemente con un valor bastante bajo. Patrick Beverley, Sam Dekker, Lou Williams y Montrezl Harrell son 4 jugadores de rotación que pueden ser importantes en cualquier equipo NBA, han sido grandes adquisiciones para Los Angeles Clippers, pero ni ellos mismos saben si estarán mucho tiempo en la franquicia de Steve Ballmer, todo depende de lo que suceda en los próximos días, el rumbo del equipo está en las manos de Blake Griffin, literalmente.

Para el que no se haya enterado, Blake Griffin ha rechazado la opción de jugador de su contrato, la cual le permitía extender unilateralmente su acuerdo con los Clippers por una temporada más, por lo cual a partir del 1 de Julio será agente libre sin restricciones. Con la salida de Chris Paul, la franquicia angelina se queda huérfana de líder de vestuario y sobre la pista, por eso mismo es tan importante lo que haga Griffin para el devenir del equipo. Si Blake Griffin decide romper lazos con la franquicia que lo drafteó, Los Angeles Clippers no tendrán otra salida que comenzar un nuevo proyecto de cero y empezar a «tankear» más pronto que tarde. Jugadores como los recién llegados Lou Williams o Patrick Beverley, o ya veteranos del vestuario como Jamal Crawford o DeAndre Jordan serían carne de traspaso con el objetivo de adquirir el máximo número de rondas posibles para construir un nuevo equipo a base de draftear jugadores jóvenes y talentosos provenientes de la NCAA o Europa. En cambio, si Blake Griffin renueva, el panorama «Clipper» sería muy distinto, el equipo seguiría con su actitud de competir, intentando adquirir una nueva estrella o jugadores con rendimiento inmediato para volver a ser «contenders» lo más rápido posible, pero, ¿qué deben hacer Los Angeles Clippers? ¿Dejar marchar a Blake Griffin y empezar desde cero? ¿O construir sobre el ala pívot de Oklahoma?

Blake Griffin es mi pastor, nada me falta

Que mejor que una frase católica para comenzar a exponer mi punto, porque para confiar en Blake Griffin como líder de un proyecto se necesita mucha, pero mucha fe. En las últimas dos temporadas, el ala pívot no ha jugado ni el 60% de los partidos de temporada regular a causa de las malditas lesiones, y nunca ha tenido la oportunidad de erigirse como líder del equipo, ya que Chris Paul llegó en su temporada de «sophomore», por lo que cargar el proyecto sobre Blake Griffin puede ser algo demasiado arriesgado, pero, bajo mi punto de vista, es la elección acertada antes que reconstruir de cero. A los Clippers se les presenta un año de transición por delante, en el cual será imprescindible demostrar una actitud competitiva, de cara a atraer nuevos agentes libres a la franquicia durante el próximo verano, cuando el equipo podría contar con casi 50 millones de espacio salarial libres si hace los movimientos adecuados. Esa actitud competitiva no se demostrará si no se renueva a Blake Griffin, ya que su pérdida, sumada a las ya más que probables de JJ Redick y Luc Mbah a Moute, convertirá a los angelinos en uno de los peores equipos de la liga.

Una vez renovado Blake Griffin, ¿qué deben hacer Los Angeles Clippers para seguir compitiendo? Actualmente, la franquicia cuenta con multitud de contratos «expirings», es decir, que finalizan el próximo verano (Austin Rivers, DeAndre Jordan, Wesley Johnson, Jamal Crawford, Lou Williams), lo que provoca no sólo que el equipo se quede prácticamente desierto, si no una gran masa de espacio salarial perfectamente utilizable para adquirir otro All Star. Lo primero que deben hacer Los Angeles Clippers es traspasar a Jamal Crawford y Wesley Johnson, ambos son prescindibles para el equipo (el rol de sexto hombre que ocupa Crawford pasaría a ser ocupado por Lou Williams) y ambos tienen contratos tóxicos. Jamal Crawford, a pesar de finalizar su contrato el próximo año, tiene 3 millones de dólares garantizados para la 2018-2019. Por su parte, Wesley Johnson tiene una opción de jugador estipulada en su contrato, la cual podría dificultar su salida a la agencia libre el próximo verano, tras su pésimo nivel demostrado, no le conviene salir al mercado teniendo más de 5 millones de dólares asegurados si se queda en Los Angeles.

DeAndre Jordan ha sido de gran importancia para Los Angeles Clippers en esta era de la «Lob City», pero quizás ha llegado la hora de deshacerse de él. Si la franquicia quiere dar una vuelta de tuerca al proyecto y adquirir otro gran agente libre durante la «post-season» de 2018, un «trade» que involucrase a DeAndre Jordan para conseguir otro pívot que cobrase menos sería lo ideal. Actualmente, el equipo angelino no necesita mucho en la posición de 5, tan sólo un «center» que cubra las carencias defensivas de Blake Griffin y lo libere un poco de la carga física que supone ser la primera espada reboteadora del equipo. Todo esto sumado a que Jordan pedirá otro contrato máximo la temporada que viene, acrecienta las posibilidades de que Doc Rivers decida prescindir de DeAndre más pronto que tarde.

Finalmente, si Los Angeles Clippers consiguen hacer los movimientos que requieren para mover la masa salarial, en la agencia libre de 2018 podrían adquirir otro All Star y volver a competir al más alto nivel. De la otra manera, el equipo va camino a una reconstrucción larga y costosa, que puede tardar años en dar sus frutos, o quizás nunca darlos. Mientras haya una esperanza de seguir compitiendo, hay que aferrarse a ella. Blake Griffin, todo depende de ti.