Análisis de temporada 2016-17: Sacramento Kings
Primer paso a una nueva reconstrucción
Llega la reconstrucción a Sacramento
Una temporada más, los aficionados de los Sacramento Kings han sufrido viendo la temporada de su equipo. Con la mente de nuevo soñando en volver a los Playoffs, la temporada comenzaba con una plantilla renovada en verano con jugadores veteranos como Arron Afflalo, Anthony Tolliver o Matt Barnes, además de una nueva oportunidad para un jugador que venía de sus peores momentos como jugador profesional de la NBA, Ty Lawson (misma situación que la temporada anterior con la contratación de Rajon Rondo). También fichaban a un Garrett Temple que venía con un currículum de ser un gran profesional en su etapa en los Washington Wizards. Perdían por el camino a jugadores como Rondo, que parecía haber vuelto a encontrar sensaciones con su juego, o Seth Curry, un jugador que al final de la temporada anterior daba muestras de tener un futuro más que interesante.
Vlade Divac se había encargado de rodear a su estrella, DeMarcus Cousins, con jugadores con muchas guerras en sus piernas y con gran peso en los vestuarios en los que habían estado, algo necesario para un vestuario que los últimos años había sido un polvorín, incluyendo varios problemas con su anterior entrenador, George Karl. Precisamente en el banquillo llegaba otra de las novedades esperanzadoras, un Dave Joerger que venía de hacer un gran trabajo en los Memphis Grizzlies.
Ilusiones renovadas además en forma de un nuevo y revolucionario estadio, y cambios significativos en la franquicia, desde un cambio de logo hasta nuevas equipaciones.
La temporada transcurría con un DeMarcus Cousins haciendo el mejor baloncesto de su carrera, haciendo números con una facilidad pasmosa y manteniendo a los Sacramento Kings en posiciones de lucha por entrar en Playoffs, coqueteando entre la octava y novena plaza.
El equipo compaginaba buenas actuaciones con rachas de derrotas, pero con otras sensaciones a años anteriores, ya que al menos, en muchas de esas derrotas, el equipo competía, aunque no terminaba de dar con la tecla para llevarse la victoria. La mala noticia de la temporada la protagonizaba Rudy Gay, que caía lesionado de gravedad y se perdería gran parte de la temporada, dejando muy solo a Cousins en el apartado ofensivo del equipo.
Llegaba el mes de febrero, y con los Sacramento Kings pisando los talones a los Denver Nuggets en una barata octava plaza en la Conferencia Oeste, llegaba el All-Star Weekend, y el momento de la revolución. Con DeMarcus Cousins en New Orleans para disputar el All-Star Game, llegaba una de las grandes noticias de la temporada. Después de que, según palabras del propio Cousins y su agente, Vlade Divac prometiese que no iban a traspasar a su jugador franquicia antes de la fecha límite de traspasos, no se había acabado el partido de las estrellas y ya se hacía eco de la noticia toda la NBA. El pívot era traspasado al equipo de la ciudad donde se disputaba el All-Star, a los New Orleans Pelicans, juntando a dos jugadores de la talla de Anthony Davis y Cousins, y dejando en shock a la afición californiana.
En el traspaso, los Sacramento Kings recibían sangre nueva con Langston Galloway, un jugador que volvía años después al equipo, Tyreke Evans, y sobre todo un jugador con vistas al futuro, un rookie muy del agrado de Vlade Divac, Buddy Hield. De esta forma, los Sacramento Kings daban por perdida la lucha por entrar en Playoffs otro año más, perdían 12 de los siguientes 15 partidos, alejándose de cualquier opción de disputar la ansiada postemporada, pero ponían la mira en el futuro de la franquicia a medio y largo plazo. Con jugadores como el propio Hield, y más peso para Willie Cauley-Stein o los rookies, Skal Labissiere e incluso George Papagiannis, comenzaba una nueva era en los Kings, una era sin el jugador que había acaparado todos los focos del equipo, pero con el que aún no habían logrado volver a los Playoffs.
Los Sacramento Kings acababan la temporada dando buenas sensaciones, Buddy Hield mostraba su mejor baloncesto en su temporada rookie después de un paso irregular por los Pelicans, Willie Cauley-Stein se mostraba como un líder en el campo y en el vestuario a pesar de ser jugador de segundo año, y Skal Labissiere daba signos de poder ser ese gran jugador que le colocaba como TOP 3 del Draft en algunas predicciones un año atrás.
La estrella: DeMarcus Cousins
A pesar de no haber completado la temporada en los Sacramento Kings, DeMarcus Cousins ha sido la indiscutible estrella del equipo durante la temporada. El pívot estaba cuajando su mejor temporada en la NBA hasta el traspaso. Había mostrado una evolución en su juego, con esa ampliación en su rango de tiro, utilizando mucho más el triple que en otras temporadas, además de haber crecido a la hora de encontrar a sus compañeros abiertos. Sus números en los 55 partidos disputados con los Kings, 27.8 puntos, 10.6 rebotes y 4.8 asistencias, siendo máximas de su carrera tanto en los puntos como en las asistencias. DMC además consiguió esta temporada anotar 55 puntos ante los Blazers, o superar en varias ocasiones la barrera de los 40 puntos. Temporada a nivel individual muy prolífica del jugador de los Pelicans.
Las esperanzas: Skal Labissiere y Buddy Hield
Willie Cauley-Stein también podría entrar en esta sección, ya que el sophomore ha adoptado con muchas ganas un rol importante en la franquicia. Pero vamos a centrarlo en dos jugadores que han disputado su primera temporada en la mejor liga de baloncesto del mundo.
Skal Labissiere ha sido una de las atracciones de los Kings en el último tramo de la temporada. El jugador haitiano pasó la mayor parte de la temporada en la D-League vistiendo la camiseta de los Reno Bighorns, igual que el resto de rookies de los Kings del draft de 2016. Pero el traspaso de Cousins dio un giro de 180 grados a su rol en el equipo. A partir de ahí, pasó a empezar a tener minutos y se fue haciendo poco a poco con más confianza de Joerger, hasta llegar a ocupar el puesto de titular en varias ocasiones. Labissiere se ha caracterizado por una gran productividad jugase los minutos que jugase, incluyendo un soberbio partido ante los Phoenix Suns en el que se fue hasta los 32 puntos y 11 rebotes.
El otro rookie en el que depositan la mayor parte de sus aspiraciones de futuro los Sacramento Kings es Buddy Hield. Hield llegaba a la NBA como uno de los mejores anotadores de la camada, pero le costó arrancar. En los 57 partidos disputados antes del traspaso, no lograba encontrar su mejor forma, apenas llegaba a los dobles dígitos de anotación, promediando 8.6 puntos por partido, con malos porcentajes de tiro, por debajo del 40 %. Pero su traslado a la capital de California ha servido a Hield para crecer en confianza y sentirse más importante. Sus números casi se doblaron en anotación, promediando 15.1 vistiendo la camiseta de los Kings, lanzando por encima del 48 % en tiros de campo y rozando el 43 % en triples. Buddy Hield parece haber encajado en los Kings, y será uno de los jugadores clave en el futuro de la franquicia.
La recuperación: Ty Lawson
Cuando se habla de Ty Lawson, lo primero en lo que piensan los seguidores de la NBA es en sus problemas extradeportivos relacionados con el alcohol, pero la realidad es que hablamos de un base con gran talento, tal y como demostró en sus temporadas en los Denver Nuggets. Tras un paso con mucha más pena que gloria por Indiana y Houston, Lawson ha encontrado una especie de bálsamo en Sacramento. Sus números, a pesar de ser mucho mejores que en estas dos temporadas en los Pacers y Rockets, no son números de otro mundo. Pero en lo que sí se ha notado la recuperación de Lawson es sobre todo en sus sensaciones sobre la pista. El base ha liderado a la segunda unidad de los Sacramento Kings, en muchas ocasiones siendo clave en remontadas del equipo con sus puntos y asistencias, y la velocidad que imprimía al ataque del equipo. Veremos qué pasa con el futuro de Lawson, que solo firmó un año con los Kings, en el que ha hecho méritos para volver a ser tomado en cuenta por la NBA, y veremos si Vlade Divac decide hacerle una oferta para intentar quedarse con él, y si el propio jugador quiere seguir en la franquicia o busca otro destino.
Opinión
Con un entrenador como Dave Joerger, un jugador del nivel de DeMarcus Cousins, y rodeado de jugadores interesantes, los aficionados de los Sacramento Kings esperaban más de su equipo, las expectativas habían crecido con respecto a otros años. Además, el bajo nivel de los equipos que estaban disputando la octava plaza del Oeste, con los Kings incluidos, hacía creer en la vuelta a los Playoffs tantos años después. Pero Divac decidió que este era el momento ideal para comenzar la reconstrucción, en una decisión muy discutida desde el primer momento, pero que analizando ya en frío el futuro que depara a varios de los jugadores de la actual plantilla, da pie a que se piense que el futuro del equipo va por buen camino, y que el proyecto con una estrella como Cousins había fracasado y había que pasar página.
Los Kings son un nuevo equipo, con jugadores con muchas ganas, mucha disciplina, y con un entrenador que puede guiarles por el buen camino, como ya hiciera con los Grizzlies. El futuro es incierto en la capital californiana, pero lo que sí es seguro es que los aficionados del Golden 1 Center seguirán apoyando a su equipo y soñando con volver a ser un equipo de Playoffs en un periodo a medio/largo plazo.
La nota del equipo debe ser baja, han vuelto a quedarse lejos del objetivo que tiene que tener cualquier franquicia que es estar entre los ocho primeros equipos de su conferencia. Pero la savia nueva ilusiona.