Los cinco jugadores más sobrevalorados de la NBA

Carmelo Anthony lidera el ranking

La NBA está compuesta de jugadores de todos los tipos y para todos los gustos. Es justo opinar que a algunos se les atribuye más talento del que realmente tienen. Cada cual tendrá los suyos, pero aquí dejo un top-5 de los que considero los jugadores más sobrevalorados de la liga. Comienza la cuenta atrás.

5. Andre Drummond

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Andre Drummond no es lo que se esperaba. Nil Alemany (SB)

En su quinta temporada en los Detroit Pistons,  Drummond ya es considerado como uno de los jóvenes centers destinados a dominar la mejor liga del planeta. Si bien es cierto que tiene un don natural  para el rebote, hay otros aspectos que  hacen chirriar su “prometedor” futuro. Vamos por puntos:

  • 1. Stan Van Gundy ha intentado crear un proyecto en torno a su figura, uno parecido a los Orlando Magic de Dwight Howard con los que llegó a la final. A estas alturas, ya podemos catalogarlo sin temor de experimento fallido.
  • 2. Si comparamos sus estadísticas con las de hace un año apreciamos que aporta dos puntos menos por partido y que su promedio reboteador ha bajado un punto, algo impermisible para un jugador de 23 años al que se le ha de pedir siempre una progresión ascendente.
  • 3. Su juego en el poste no ofrece síntomas de mejoría, lo que lo hace demasiado dependiente de sus compañeros y del rebote ofensivo para anotar.
  • 4. Pertenece a esa estirpe de pívots vintage condenados a la extinción en la nueva NBA, donde cada vez  se apuesta más por interiores que pueden jugar tanto por fuera como por dentro.
  • 5. Los tiros libres (41.3 %) y el hack-a-Drummond.

4. Zach Lavine

Nil Alemany (SB)

Un ejemplo perfecto del típico jugador que se ha ganado el apoyo de los fans, más por sus highlights espectaculares y sus apariciones en los concursos de mates  que por su buen hacer en la cancha. Aún tiene margen de mejora pero no lo veo como titular de un buen equipo. Quizá aportando anotación como sexto hombre encuentre su sitio, al estilo de Jamal Crawford, aunque si llega a ser la mitad de bueno que el escolta de los Clippers puede darse por satisfecho. En Minnesota deben asumir que es incompatible con Andrew Wiggins; se comen los espacios y son dos jugadores con las mismas virtudes y las mismas carencias. Si quiere llegar a ser un jugador de peso tiene que mejorar su lectura del juego. Su cabeza es su mayor handicap.

3. Rajon Rondo

Rajon Rondo, uno de los mejores pasadores y bases más carismáticos en la historia de los Boston Celtics (Foto: Kowarski CC)
Rajon Rondo no e los Boston Celtics (Foto: Kowarski CC)

Cuando fue una pieza clave para el anillo de los Celtics  en 2008  se le achacó que cualquiera que supiera pasar el balón asistiría a buen ritmo con un big three de ese calibre. El año pasado cerró unas cuantas bocas al acabar como máximo asistente de la competición (11.7) jugando en los Kings, un equipo que, dejando a Cousins de lado, no contaba con otras estrellas en su roster. Algunos expertos lo consideraban como uno de los mejores point guards de la liga, algo con lo que discrepo rotundamente  y más sabiendo que nos encontramos en una era en la que los “pequeños” han dado un gran salto de calidad. Su campaña en Chicago está siendo un desastre absoluto. Si sigue disponiendo de minutos es por su nombre y no por su importancia en un equipo donde se veía venir que no encajaría. Quizá ha llegado la hora de resignarnos a no volver a ver la mejor versión del que podría ser uno de los últimos  playmakers puros (otra especie amenazada por la inevitable evolución de este deporte).

2. Chandler Parsons

chandler parsons
Chandler Parsons durante su etapa en Dallas. Keith Allison CC)

Sus 94 millones son un atraco a mano armada en toda regla para los Memphis Grizzlies. Aparte de sobrevalorado, también sobrepagado (C.J. McCollum  se encargó de hacérselo saber en su pequeño rifirrafe  vía Twitter). Tuvo buenos años junto a Harden en Houston pero no lo suficiente como para firmar por estas cifras astronómicas. Llegaba este verano a Memphis como ese tirador que llevaban tanto tiempo buscando unos Grizzlies necesitados de acierto exterior, pero su paupérrimo 26.4 % desde más allá del arco ha tirado por el suelo todas las expectativas. El propio jugador declaraba que sigue buscando su tiro, aún desaparecido desde que volvió de su lesión en el menisco.

1. Carmelo Anthony

Carmelo Anthony
Nil Alemany (SB)

Soy consciente de  que me la juego. Algunos abrazarán mi decisión, otros la criticarán y unos pocos puede que  llamen a mi puerta empuñando antorchas. El alero de los Knicks siempre ha despertado sentimientos enfrentados entre los aficionados, generando reacciones de amor y odio por igual. Mi opinión puede parecer ventajista, dado que se encuentra en su peor campaña en mucho tiempo, pero en mi defensa diré que nunca me ha gustado. No pongo en duda su inmenso talento ofensivo, pero lejos quedan aquellos años en los que un superanotador a secas podía ser el líder de un equipo con aspiraciones reales. Prueba de ello es el discreto papel de los Knicks en postemporada desde  que Anthony aterrizó en Nueva York. Cinco temporadas y media en las que no han pasado de primera ronda en ninguna edición y han encadenado los últimos tres años sin siquiera clasificarse. La NBA ha ido evolucionando y hoy en día los jugadores dominantes son all-around players que hacen de todo como LeBron James o, si nos fijamos en las últimas camadas, Giannis Antetokounmpo  y Karl-Anthony Towns, futuros contenders para heredar el reino de «el elegido». Melo ofreció su mejor versión cuando fue máximo anotador en 2013 y no ha trabajado para mejorar en otros aspectos de su juego. Brilla por su ausencia en defensa y en el otro lado de la cancha retiene demasiado el balón, perjudicando la fluidez del ataque de los Knicks. Creo que su mayor problema ha sido su falta de disciplina y de carácter competitivo, no sólo no ha incrementados sus prestaciones sino que, además, ha ido descuidando su físico que, en su momento, era mejor de lo que parecía a simple vista. Nunca estuvo dispuesto a ponerse el mono de trabajo que le podía llevar a estar entre los más grandes.