Los Atlanta Hawks pasan por encima de los Boston Celtics

Atlanta Hawks 114 - 98 Boston Celtics

Paul Millsap, ala-pivot de los Atlanta Hawks (Foto: SomosBasket CC)
Paul Millsap, ala-pivot de los Atlanta Hawks (Foto: SomosBasket CC)

Llegaban los Boston Celtics al TD Garden tras casi tres semanas sin pisar su casa, liderados por un capitán, Avery Bradley, con el que solo han podido contar en uno de los veintidós últimos partidos. Todo ello para enfrentarse a unos Atlanta Hawks que estaban atravesando una mini-crisis con una sola victoria en cuatro partidos. A todo esto había que sumarle el creciente interés que hay en los Celtics-Hawks desde los Playoffs pasados, pasando por la firma de Al Horford con los de Massachusetts y acabando en el reciente pique de Dennis Schroeder con Isaiah Thomas.

El partido pronto empezaba a marcar lo que sería la tónica del mismo desde el primer cuarto, con unos Boston Celtics completamente incapaces de anotar con consistencia. Cuando no se realizaba un ataque suicida, desordenado y falto de cualquier tipo de inteligencia, se fallaba el tiro abierto tras dos vueltas del balón sobre el aro. Los Hawks, por su parte, se aprovechaban de la pasividad defensiva local, con Bazemore y Schroeder anotando en la pintura verde cuándo y cómo querían.

Si la diferencia en el marcador no fue aún mayor al descanso fue por el orgullo de los habituales de estos menesteres en el TD Garden, Marcus Smart, Jaylen Brown y Jae Crowder. Por parte de los visitantes, a los dos exteriores empezaban a acercarse en cifras el siempre eficiente Paul Millsap y el niño-grande de Dwight Howard.

Precisamente sería el pivot de Atlanta el principal responsable de que el equipo de Budenholzer realizase su mejor baloncesto de esta temporada durante el cierre del tercer y el último cuarto. ¿Cómo lo logró? Pues en dos sencillos pasos que llevaron a su expulsión: primero empujó a Al Horford y luego se recreó en un mate con lo que las dos técnicas le apartaron del partido y liberaron el juego de su equipo (34-21 para ellos tras su salida).

Sería injusto no mencionar la bochornosa actuación de los Boston Celtics durante la segunda mitad del partido, una más, en la que el equipo de Brad Stevens no hacía nada con sentido en el costado ofensivo mientras que en el defensivo se limitaba a observar los bonitos arcos que dibujaban los tiros rivales. Especialmente doloroso fue ver a jugadores como Kelly Olynyk y Al Horford desaprovechando los esfuerzos defensivos que sí intentaban jugadores de mucha menor estatura como los ya citados Smart, Brown o Crowder más el sophomore Terry Rozier.

Desde luego, algo no funciona cuando tu mejor reboteador es un Isaiah Thomas que vio como su racha de partidos anotando 20 o más puntos moría en 43, tras haber batido a John Havlicek gracias a noches mucho más inspiradas que la de hoy. El partido acabaría con Jaylen Brown matándose por salvar el orgullo mientras Tim Hardaway Jr. intentaba triples con un éxito irregular.

Mucho que meditar para ambos entrenadores; mientras que Brad Stevens tendrá que reflexionar sobre qué ha hecho mal para que a su equipo se le olvide hasta la más básica noción balocentística en la semana que se paró por el All-star, Budenholzer quizás reflexione sobre la conveniencia de dejar a Dwight Howard sentado en el banquillo a partir del descanso.