Zach Randolph, un osezno con el corazón de oro

El jugador ha donado $20.000 a familias sin recursos

Zach Randolph, miembro importante de los Grizzlies y también para la comunidad - Sean Davis (CC)
Zach Randolph, miembro importante de los Grizzlies y también para la comunidad – Sean Davis (CC)

Zach Randolph, otrora el más temido de los “Jail” Blazers (compartía vestuario con múltiples acusados de peleas, agresiones a entrenadores, marihuana, armas de fuego, peleas de perros, positivos de cocaína como Bonzi Wells, Ruben Patterson, Shawn Kemp, Rasheed Wallace, Damon Stoudamire o Darius Miles) lleva siete años muy alejado de esa imagen de chico malo que tanta huella dejó en Portland.

Ese es el tiempo que lleva donando parte de su salario a la MIFA (Metropolitan Inter-Faith Association) para ayudar al pago de las facturas de electricidad y servicios de familias en riesgo claro de corte. Este año han sido $20.000 los que el ala-pívot ha proporcionado a esta asociación, con los que se ayudarán a más de 100 familias del área de Memphis. Dos de estas familias, además, han recibido la visita personalmente del jugador nacido en Marion, Indiana.

Randolph, de 35 años, fue elegido en la 19.ª posición de la primera ronda del Draft de la NBA de 2001 y obtuvo el título de Jugador Más Mejorado en el 2004. Esta temporada está promediando 13,7 puntos, 8,2 rebotes y 1,7 asistencias en los 23,5 minutos que disputa por noche saliendo desde el banquillo. Firme candidato al premio al Mejor Sexto Hombre, Randolph ha aceptado su suplencia y parece una persona muy distinta a aquel joven que en 2002 le rompía la cuenca del ojo derecho a Patterson y que en 2004 fue juzgado, junto a su entonces compañero Qyntel Woods, por organizar peleas de perros en su mansión.