Los Reyes Magos, el mejor aliado del Real Betis

El conjunto sevillano suele ir al mercado invernal con acierto

REAL BETIS
Mahalbasic lucha con Eric un rebote en Bilbao. FOTO: ACB PHOTO

Es bien sabido que no es fácil para la clase media de la Liga Endesa formar un equipo competitivo verano tras verano. Este hecho el Real Betis lo conoce de sobra, donde en medio de unas temporadas de convulsión institucional, se ha tenido que ir en varias ocasiones al mercado invernal en búsqueda de esos jugadores capaces de dar un paso más en pos de la lucha por la permanencia. Este año no ha sido menos, y la llegada de Mahalbasic muestra que el cuadro hispalense es un fijo en traer recambios en los primeros días del año.

Lo cierto es que no es un aspecto fácil esto de fichar a mediados de temporada. En múltiples ocasiones por el Municipal de San Pablo tanto el coach Tabak como Berni Rodríguez alertaban de que traer jugadores a estas alturas de campaña suponía no poder fallar, ya que los presupuestos no son los de verano, y hacer un cambio de fichas es a todas luces un esfuerzo económico en una hucha humilde como la sevillana. Consigo, la gama de jugadores no es la misma, viéndose en el caso de Mahalbasic el más claro: un jugador que en verano era inaccesible económicamente para los béticos, pero que llegado el mes de diciembre sí ha terminado recalando en la capital andaluza.

Ahora, visto el éxito del austriaco en la pintura de San Pablo, parece situación sencilla esta de fichar a estas alturas, y realmente no lo es. Sin embargo, por Sevilla en estos últimos años las llegadas han sido gratas noticias casi siempre, y un simple vistazo demuestra que los jugadores que fueron reclutados para la segunda parte de la temporada terminaron siendo ídolos para el cajismo.

Nombres como los de Hakanson y Jordan la pasada temporada, claves para ver al Baloncesto Sevilla perder solo un partido en la segunda vuelta en casa y dejar al equipo a mitad de tabla salvando la categoría, Ben Woodside o Kirk Penney hace un par de campañas, u otros nombres como los de Clay Tucker, Marcus Landry o Nik Canner-Medley son buenos ejemplos de ese buen ojo que trae el nuevo año por Sevilla.

Fruto de la presión, la necesidad, las turbulencias que han asolado San Pablo año tras año (dolor de cabeza solo da pensar la época de los americanos por el baloncesto hispalense), lo cierto es que el conjunto de la Calle Éfeso ha salvado más de una campaña a base de traer refuerzos invernales, dejando estampas de recuerdo por la hinchada sin duda.

Encuentros como aquel de los 37 puntos de Tucker ante Valencia Basket en 2008 que valía media salvación, el mate sobre la bocina de Landry ante Joventut en 2014 que certificaba el Playoff para los sevillanos, o ver a Penney dando cerrojazo a la permanencia con canastas de todos los colores fueron regalos de Reyes Magos, que trajeron jugadorazos que se llevaron el carbón del Municipal sevillano.

Pero volviendo al presente, estas navidades no han tenido carbón por Sevilla. La llegada de Mahalbasic como sustituto de un Luka Žorić que abandonara la disciplina hace un mes y medio por motivos personales, le ha dado un plus competitivo al cuadro de Tabak, aportando en la pintura con sobriedad y fundamentos. Un pívot, el esloveno con pasaporte austriaco, que ha aportado al equipo bético juego de espaldas, liderazgo y puntos, tres de los debes más claros que tenía el equipo incluso cuando Žorić estaba en plantilla.

Con todo esto, unido a la definitiva adquisición del Real Betis Balompié del paquete accionarial del ya extinto Club Baloncesto Sevilla, absorbiendo al baloncesto como sección del equipo de fútbol, tanto en resultados (6 victorias sin acabar la primera vuelta es el ecuador de las doce que aseguran la permanencia) como despachos la tranquilidad parece estar presente en el club, algo que a estas alturas en pocas ocasiones otros años podía tenerse.

Así, en fechas tan señaladas como estas, el Real Betis Energía Plus ha recibido el mejor regalo de Reyes posible en la pintura, y bien lo está aprovechando para ganar aire en la clasificación, tener vida aún por la Copa del Rey a dos jornadas (remotas, pero solo tenerlas es un premio), y sobre todo haber conseguido el equilibrio en la cancha tras un inicio donde la defensa y las bajas fueron debes muy pesados para el cuadro de Tabak.

Por ello, por cuestión de buen ojo, las navidades han sido buenas para un Betis que comenzará el año con muchos objetivos por delante, humildad pero paso firme, para un 2017 de una ciudad como Sevilla que necesita muy buen baloncesto.