Una oportunidad estelar para Brad Stevens

Podría entrenar al equipo del Este en el All-Star Game

Brad Stevens
Foto: Bradjward (CC).

Tres años y medio llevamos en este Despacho de Auerbach extendiendo el Evangelio según San Brad Stevens. Muchos, me atrevería a decir casi todos, caímos en las redes de aquel entrenador de la Universidad de Butler que llegó a Boston con cara de buen hijo, gran marido y mejor padre. La juventud del capitán de la nave Celtic sorprendió en el seno de la liga, ya que a sus 37 años de edad le habían dado el mando de la franquicia más exitosa del baloncesto estadounidense, pero el regalo no llegó sin merecimiento. Dos finales nacionales de la NCAA con una universidad modesta auparon a Stevens a la categoría de los entrenadores más prometedores del país, y pese a que la sombra de Rick Pitino era alargada, la elección de Danny Ainge no pudo ser más acertada.

Después de aguantar una primera temporada en el baloncesto profesional con una plantilla para, como mucho, pelear el título de la ACB, el General Manager de los Celtics fue mejorando poco a poco al equipo en pos de acelerar lo máximo posible la temida reconstrucción. Stevens aprovechó el esfuerzo de su jefe para devolver a Boston a los Playoffs tan solo en su segunda temporada, algo que repetiría en su tercera campaña. Finalizado ya este pequeño resumen de la historia contemporánea de los Celtics, toca hablar del presente, y por qué no, de estrellas.

Con las contadas alabanzas hacia la figura del técnico de la franquicia del trébol, entre ellas las de LeBron James y Gregg Popovich (casi nada), sabíamos que posiblemente el mayor valor del equipo se encuentra en el banquillo, y no estoy hablando precisamente de James Young. Con el reconocimiento de la liga, y algún que otro voto a mejor entrenador del año en años anteriores, Brad Stevens está ante una ocasión de oro que le confirmaría de manera indudable en la élite, si no lo está ya. Antes del  encuentro entre Celtics y Raptors que se celebrará en Canadá, tan solo un partido separa a ambos equipos en la tabla de la conferencia en la segunda y tercera plaza, y a un mes del All-Star Weekend, el banquillo del equipo del Este está en el aire.

Algunos se sorprenderán porque los líderes siguen siendo los Cavaliers, pero la política de la NBA no permite a un entrenador repetir en dos ediciones consecutivas, por lo que tenemos que eliminar a Tyronn Lue de la ecuación. Esto es, el segundo clasificado de la conferencia tendrá el honor de mandar a su entrenador rumbo a New Orleans para liderar un equipo de ensueño. Obviamente, los Celtics no quieren asaltar el puesto ocupado por Toronto solo por honrar debidamente a su técnico, pero sin duda es un grandísimo aliciente para seguir creciendo. También es verdad, que conociendo a Stevens y según a afirmado alguien que casi con total seguridad sí estará en la cita de las estrellas, un tal Isaiah Thomas, esto no le quita el sueño.

«Seguramente no le importa nada de esto, pero sería algo grande. No solo para él, pero para la organización y la dirección que estamos tomando. Ojalá podamos conseguir esto para él».

Eso sí, la papeleta no será nada fácil, ya que batir a los Raptors en su feudo, y terminar por delante de ellos en la clasificación allá por febrero no viene de regalo en una caja de cereales. En el enfrentamiento previo entre ambos equipos en esta temporada, los de Dwane Casey se impusieron en el TD Garden a los locales, y la trayectoria en las temporadas anteriores tampoco invitan al optimismo. En numerosas ocasiones hemos repetido que tanto los canadienses como los Cavs parece estar aún un paso por delante de Boston, y aunque la distancia se ha reducido con la llegada de Al Horford, habría que remar de lo lindo para asaltar las dos primera posiciones del Este. Pero bueno, si una franquicia sabe algo de bregar sin duda es la de los Celtics. ¿Por qué no soñar?

Sin duda, ver a Brad Stevens en el All-Star Game de este curso sería un momento dorado para el entrenador natural de Indiana. Ojalá, como ya hiciera el último técnico de los Celtics en acudir a esta cita, Doc Rivers, pueda ir acompañado de sus mejores lanzas como Isaiah Thomas y, por qué no, Avery Bradley o Al Horford, aunque se quedará lejos de ese plantel formado por el actual jefe de los Clippers junto a Paul Pierce, Kevin Garnett, Ray Allen y Rajon Rondo. ¡Qué tiempos aquellos! Tanto como si acude a New Orleans como si no, en Boston se seguirán añadiendo páginas al gran Evangelio según San Brad Stevens.