Los New York Knicks aún tienen fe en Joakim Noah

Joakim Noah no ha desplegado el mejor baloncesto de su carrera por ahora en los Knicks. Sin embargo, todavía tiene tiempo para recuperar su estado físico, mejorar su tiro y su inteligencia cerca del canasto. Además, debe seguir desarrollando la química con sus compañeros en orden de ser una fuerza en ataque. El pívot de nacionalidad francesa está teniendo una racha de partidos malos y promediando pocos minutos, pero confiamos que en el correr de los partidos vuelva a agarrar ritmo y se adapte al equipo.

Antaño, Noah fue condecorado como el mejor defensor de la liga y era considerado uno de los mejores pívots de la competición. Por las lesiones todo esto fue quedando atrás, pero los Knicks de Phil Jackson decidieron apostar por ese Noah vintage y le firmaron por 4 años y 72 millones de dólares; aunque todavía no ha justificado con su nivel ese salario. Él es autocrítico y reconoce que tiene que mejorar y está poniendo todo de sí mismo para lograrlo. Cuesta de explicar, más aún cuando según un ejecutivo de la Conferencia Este, el francés está fallando en aspectos del juego que antes no fallaba. Esta es la frase, gentileza de Mike Vaccaro del New York Post:

«Incluso está fallando en aspectos del juego que nunca pensarías que fallaría. Es más complejo que adaptarse a una nueva ciudad o a una nueva ofensiva. Es un jugador completamente distinto».

Ciertamente estas palabras no infundan optimismo, pero para aclarar un poco las cosas sus números no lucen tan mal como parecen. Está promediando 13.1 rebotes, incluidos 5 ofensivos, y 4.4 asistencias en 36 minutos, que son números muy buenos para un pívot. Su rol en la alineación titular es más de facilitador y reboteador, a diferencia de en Chicago, donde era el hombre de excelencia en los Pick&Roll. Esta ofensiva cuenta con más estrellas que en su paso en Chicago y es normal que tenga menos tiempo el balón en sus manos.

Uno de los aspectos en los que debe mejorar urgentemente es en la línea de tiros libres. Joakim Noah está promediando 30.6% de efectividad, cuando en su carrera promedió un 70.3%. Esto facilita al resto de los equipos a hacerle faltas intencionales para mandarlo a la línea y tener más posesiones. Esta abrupta caída puede deberse únicamente a la falta de confianza, al igual que otros aspectos de su juego.

Quizás esté aprendiendo a conocer su cuerpo en estos últimos años de su carrera, ya que debe jugar distinto a cómo lo hacía cuando era joven. Puede que esté en una etapa de transición y en un tiempo logre estabilizar su juego. Lo único que resta para los Knicks en este momento es darle tiempo y confianza, con la esperanza que Joakim Noah vuelva a ser un jugador dominante.