Los Lakers se desmoronan ante un tercer cuarto soberbio de los Mavs

Dallas Mavericks 101 - 89 Los Angeles Lakers

Harrison Barnes fue una de las claves de lo Mavs para vencer a los Lakers - Nil Alemany (SB)
Harrison Barnes fue una de las claves de lo Mavs para vencer a los Lakers – Nil Alemany (SB)

Esta noche el Showtime, (modo ironía ON de este que les habla), llegó a Los Angeles, y es que en el Staples Center se enfrentaban dos de los equipos en mas complicaciones del Oeste.  Por un lado, llegaban los Lakers como locales pero en su peor momento, con solo dos victorias en los últimos diez partidos, y con su plantilla muy joven con más dudas que nunca. Mientras, en el otro lado, los Mavs llegaban penúltimos de Conferencia, y si querían ver mas luz en el fondo del túnel, sin duda, deberían sacar algo positivo de canchas como esta, los de púrpura y oro parecían una buena pieza de toque para ellos.

Inmersos ya en la noche angelina, el encuentro fue de púrpura y oro en su extensión, en una primera parte donde los locales dominaron con lucidez. El vibrante juego de Walton lucía de oro y púrpura, y todo eran sonrisas en la vuelta del buen baloncesto a la tierra del showtime.

Pero por desgracia, los sueños no son eternos, y Lakers se encontrarían con el lado de la moneda mas dramático, ese donde uno deja de jugar como sabe, donde desaparece la confianza, y donde el rival aumenta la intensidad, el esfuerzo y sobretodo su propia confianza. Todo esto, pasaría en un tercer cuarto de ensueño para el visitante, y pesadillesco para los locales. En resumen, un final de fiesta, y un principio de derrota local, de la peor forma posible, un 31 – 13 que lo dice todo.

Fuera ya del tercer cuarto, que lo cambiaría todo, el final de partido no tuvo historia, entre un equipo que va a menos, y otro que empezaba a encontrarse cómodo en este juego. Los Mavs durmieron el encuentro, y Lakers conseguía su octava derrota en diez partidos, un bagaje para la reflexión de la pizarra de Walton, y en las oficinas de un Staples Center que se esperaba mas y mejor a estas alturas de la temporada.

En los más destacados, sin duda, debemos de hablar de la facilidad ofensiva de los Mavs en la segunda mitad, donde dos hombres tuvieron papeles protagonistas. Por un lado, Harrison Barnes, con 17 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias, imparable para sus rivales. Y, Wesley Mathews, con 20 puntos y 6 rebotes, donde su acierto en el triple fue básico para desmontar la defensa local. Sin lugar, a dudas, con Barnes y Mathews a este nivel, y con los Mavs más despiertos que los de púrpura en el rebote, la balanza del encuentro supo hacia qué lado debía decantarse en la noche de hoy.

En el lado de la derrota, el de Lakers una noche más, debemos hablar de la desconexión de segunda mitad, los de púrpura y oro dominaron una primera parte que parecía una fiesta de baloncesto por momentos. Pero por desgracia, la ensoñación se convirtió en pesadilla, donde solo se salvó de la quema, un Jordan Clarkson muy físico y acertado, o la ya clásica aportación de los Young , Russell o Randle, que fueron insuficientes para seguir en partido en un tercer cuarto de descomposición para los suyos.

En conclusión, siguen los problemas en Los Angeles, los Lakers no encuentran el camino, y parecen ni ver ni oler la luz al final del túnel. Caso distinto es el de los Mavs, que se van acercando al final de ese pozo de derrotas, y donde ya ven mas cerca el dejar lejos el nauseabundo olor de los puestos de abajo, de un Oeste que no entiende de piedad en sus bajos fondos.