Kevin Garnett, el mito

El ala pívot se despide tras 21 temporadas en la NBA

Keith Allison (CC)
Kevin Garnett, historia de Minnesota Timberwolves – Keith Allison (CC)

Como diría el ya famoso Guille Giménez, tenemos que hablar de Kevin. Y en esta ocasion en concreto, de Kevin Garnett, porque ya es por todos sabido que ha anunciado su retirada de las canchas de baloncesto. Tras 21 años dándolo todo en las pistas, el ala-pívot, o más bien sus rodillas, ha dicho basta. Por eso los fans de los Minnesota Timberwolves y de los Boston Celtics (los de los Nets ya tienen demasiada preocupación con la marcha de su equipo como para hacerlo sobre el bueno de KG) nos sentimos tan tristes en estos momentos por una persona que ha hecho tanto por nuestras franquicias. A pesar de ser una decisión esperada, siempre duele cuando aparece la confirmación oficial y la misma ha llegado ayer a la noche. Es por eso que me he puesto a escribir estas (emocionales) líneas como pequeño homenaje a todo lo que ha hecho el 21 por los Timberwolves en estos 21 años.

Como sus dos compañeros retirados recientemente, Kobe Bryant y Tim Duncan, The Big Ticket creaba en el aficionado esa sensación de amor-odio dependiendo de si estaba en tu lado de la pista o en el contrario. Era el hombre que querrías tener como compañero pero nunca como enemigo. Estoy seguro que ahora mismo muchos jugadores dormirán más tranquilos sabiendo que un tío de 40 años va a dejar de comerles la oreja durante un partido diciéndoles de todo menos bonito, y más aún el pobre jugador que tendría que emparejarse con él.

Repasando su carrera en los Timberwolves, si hay algo que queda claro es que Garnett ha sido un antes y un después en la historia de la franquicia. No en vano, posee una gran cantidad de los récords de la misma: partidos, puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones. Antes de él, los Wolves eran un equipo muy mediocre, sin superar nunca las 29 victorias en temporada regular, siendo siempre un equipo de la parte baja. Pero todo cambió en 1995, cuando en el número 5 seleccionaron a KG y los resultados comenzaron a mejorar. En su segunda temporada consiguieron entrar en playoffs por primera vez en su historia, aunque cayeron en primera ronda. Desde aquel año hasta 2004, los Wolves fueron habituales en la postemporada, perdiendo siempre en primera ronda, excepto en aquel mágico año 2004.

En ese año 2004, Garnett se llevó su primer y único MVP de la temporada, promediando 24.2 puntos, 13.9 rebotes, 5.0 asistencias, 2.2 tapones y 1.5 robos por partido. Junto con Cassell, Sprewell y Szczerbiak, los Wolves consiguieron el mejor récord de la NBA, llegando hasta la Final de Conferencia que perdieron contra los Lakers de Shaq y Kobe. A partir de ahí, la famosa travesía en el desierto (helado) de Minneapolis, 12 años sin playoffs, la mayor sequía de la liga. Y Garnett, de nuevo como en sus primeros tiempos, seguiría remando en solitario hasta ser traspasado a Boston en 2007, donde ganaría su merecido anillo en el primer año de su estancia en Massachusetts.

Durante 8 años, los aficionados de los Wolves sufriríamos en nuestras propias carnes lo que habíamos disfrutado durante los 11 años anteriores, esa garra e intensidad que tanto le caracterizan. Pero cada vez que visitaba el Target Center podía sentir el apoyo de los aficionados.

Ocho años después de su partida, en el último día de traspasos de 2015, Garnett, rechazando su cláusula anti-traspaso, decide volver a la que fue su casa durante tanto tiempo. Volvía con 38 años, con sus números en claro descenso fruto de sus problemas físicos, pero eso era lo de menos. El hijo pródigo estaba de vuelta. A pesar de no ser el que era, sobre todo en el aspecto ofensivo, su defensa era la mejor de todo el equipo, esa defensa que le llevó a ser elegido Mejor Defensor del Año en 2008. Desde entonces se viene repitiendo cuál es su rol en este equipo, el de mentor de unos jugadores jóvenes llenos de talento. Y si hay algún jugador en especial al que ha enseñado, ese es Karl-Anthony Towns.

Una temporada ha bastado para que KG y Towns sean una especie de padre e hijo en el aspecto baloncestístico. Garnett siempre dice que viendo a Towns le recuerda a él mismo cuando empezaba en esto de la NBA. Towns dice que si no fuese por los consejos de Garnett no habría sido ni la mitad de buen jugador que es ahora. Cabe recordar que su jugada favorita en su año rookie fue el mate de KG sobre Griffin, no una jugada suya. El propio Garnett ha colgado recientemente una foto en la que se puede ver esa evocación al pasado y futuro entre uno y otro. Ahora Towns es el legítimo heredero de Big Ticket, ha recibido el reino de su «padre», una franquicia a la que ahora es el encargado de liderar y llevar de nuevo a los playoffs. 

Hubiera sido bonito ver como se cerraba el círculo por todo lo alto con KG, siendo el nexo de unión entre aquel equipo de 2004 que pisó por última vez los playoffs y este equipo de 2016 que podría volver a la fase final, cortando esa sequía. El final perfecto, pero no será así. El círculo simplemente se cerrará empezando y terminando su carrera en el equipo que le ha dado todo excepto el anillo. Se nos va el que, para muchos (me incluyo), es el segundo mejor ala-pívot de todos los tiempos, solo por detrás de su eterno rival, el otro 21, Tim Duncan, con unos promedios de 17.8 puntos, 10 rebotes, 3.7 asistencias, 1.4 tapones y 1.3 robos en 1462 partidos.

Durante todo este verano, con los rumores acerca de su retirada, me mantuve firme pensando que KG se retiraría «a lo Kobe», anunciándolo tras comenzar la temporada y llevándose el homenaje de cada pabellón que visitase, antes que retirarse casi por la puerta de atrás, sin apenas jugar partidos en sus dos temporadas anteriores, mereciéndose una última despedida del TD Garden y del Target Center. Además, otros rumores indicaban que no volvería al final de la pasada temporada porque se estaría preparando para volver este curso. Eso me hacía pensar que disputaría su 22ª temporada, la del récord absoluto, pero esa ilusión no se hizo realidad y la retirada ahora es real.

Aunque no lo supiéramos, su luz se apagó aquel ya lejano 23 de enero ante los Grizzlies, en su última aparición ante el público de las Twin Cities. Se va el 21 de las canchas, pero volverá para quedarse para siempre en el techo del Target Center, acompañando al 2 de su amigo Malik Sealy, que lleva esperándole ahí desde hace 16 años. Ese día se llevará la ovación de todo Minnesota por última vez. Como colofón, el vídeo con el que se despide de toda la afición de los Timberwolves.

To be continued…

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Gracias por todo, KG.