Jeremy Lin siente que se infravalora su defensa

El ahora base de los Brooklyn Nets ha vuelto a ser noticia, y no, no ha sido por un nuevo peinado. Según las últimas filtraciones de »The Post», los New York Knicks habrían desestimado una posible reunión con Jeremy Lin a razón de su pobre defensa.

»Si mi vida se rigiese por lo que la gente espera de mí, habría dejado de jugar hace mucho tiempo. Realmente no me importa lo que nadie tenga que decir.»

Así de confiado hablaba el guard sobre su reciente exclusión del Top 100 de »Sport’s Ilustrated’‘ y las dudas que han surgido alrededor del jugador en cuanto a su defensa o capacidad de manejar un equipo. No obstante voces como la de la su ahora ex entrenador Steve Clifford dicen lo siguiente:

»No me di cuenta (al igual que muchos), pero es un buen defensor. Su defensa en el Pick-and-Roll es muy notable; su defensa en equipo es buena, además es un gran competidor».

Se vuelve a formar polémica y debate alrededor del californiano, algo que por otra parte no sorprende, pues aún con el rechazo de los de Phil Jackson, Jeremy Lin fue el número 20 en la métrica de defensa real este año de ESPN, situado por encima de jugadores como la estrella de su ex-equipo Kemba Walker, su predecesor en Nets Jarret Jack, o ex jugadores de Knicks como José Calderón o Jerian Grant. A esto el jugador responde contundente:

»La mayoría del tiempo lucho contra prejuicios por razones que, aunque justas, se formaron hace 4 o 5 años. Mi juego ha progresado mucho. Siento que he estado trabajando, y si la gente quiere verlo, lo hará, y si no, todavía sé donde quiero mejorar y donde he mejorado. Hay carencias en mi juego, que cuando era joven, era consciente. He mejorado, lo único es que no se ha destacado».

Lo cierto es que los resultados de la última campaña en Charlotte Hornets le validan como un point guard de confianza que, si evidentemente queda lejos de la locura de la Linsanity,  da muestras de madurez en su juego y físicamente fortalecido. Llega como principal refuerzo a una plantilla que viene de una desastrosa (y poco esperanzadora) campaña que acabó con un récord de 21-61, y donde tendrá que asumir responsabilidades y en muchas ocasiones llevar el peso del ataque.

Los Nets necesitarán exprimir hasta la última gota de su juego.