Qué jugadores hay que seguir este año en la NCAA
Poco más de un mes para que empiece la NBA… y algo menos para que empiece la NCAA, la liga de baloncesto universitaria que nos permite ir conociendo – y enamorarnos – de aquellos jugadores que serán seleccionados en el próximo mes de Julio. En SomosBasket os traemos los jugadores que a día de hoy serán más interesantes de seguir durante este curso de la NCAA porque, señoras y señores, todo apunta a que el «NBA Draft 2017» viene cargado de estrellas.
Harry Giles & Jayson Tatum – Duke University (NCAA)
Ver a la Universidad de Duke va a ser, un año más, obligatorio. No es que se hayan hecho con el jugador más prometedor de esta camada, sino que se ha hecho con los dos que más ríos de tinta han hecho correr durante su etapa en el instituto.
Harry Giles – el jugador de North Carolina es un power forward con una altura de 6´11´´, la misma que Kevin Garnett para su posición, y no se acaban ahí las comparaciones con el que es el mejor jugador en la historia de os Minnesota Timberwolves.
Pese a estar muy delgado para su altura (perdió cinco quilos el año pasado por motivos que comentaremos más adelante), es muy atlético, es rápido, ágil, hábil con y sin el balón, además de mostrar una gran explosividad. Como puedes ver en el vídeo al final de su perfil, hace cosas que realmente asustan para un jugador de su altura y posición, la velocidad a la que penetra, lo fuerte que bota el balón, un buen primer paso, y gran agilidad y velocidad para girarse sobre sí mismo. Tiene una muñeca aceptable para tiros de media y larga distancia, buen toque de balón cerca de la canasta y es un rebotador muy productivo.En defensa también apunta a que puede dejarte boquiabierto: defiende múltiples posiciones dada su velocidad de pies y agilidad, además de ser duro cerca de aro y medir muy bien los tiempos al taponar. Para terminar, domina el juego y siempre parece estar una jugada por delante de todo el mundo en pista; no me atrevo a asegurar que esto se deba a una gran IQ puesto que puede tomar ventaja de su físico.
En el aspecto negativo, hay un gran pero: se ha destrozado dos veces las rodillas. La última vez el año pasado con una ACL. Una recaída o cualquier susto durante su periplo en la Universidad le hará caer en el draft, y la verdad es que los temores estarían más que justificados. Sobre su juego, necesita mejorar su tiro en suspensión, meter ejercicio en su tronco superior, trabajar su juego de espaldas a la canasta y, en general, mejorar su finalización cerca de canasta. ¿Cosas que quizás no tienen solución en su juego? Es un mal pasador, pasando poco y mal – pierde muchos balones para los poco que suelta.
Básicamente, es la nemesis de Jahlil Okafor, teniendo cada uno todo lo que le falta al otro.
Jayson Tatum – el de Sant Louis es un alero que competirá con Josh Jackson por ver cuál de los dos es el mejor alero de esta camada, aunque será difícil de compararlos puesto que se parecen tanto como un huevo y una castaña.
Tatum es de la vieja escuela, habilidosos con el balón y que gustan de anotar en posiciones de media distancia. Maneja el balón de una manera tan sutil, elegante, que es un gusto de ver, pero a veces esto le hace ser poco efectivo porque tiende a complicarse la vida en lugar de tirar cuando está solo. Su juego de pies está a un nivel NCAA desde que tenía 17 años y es imparable anotando de media distancia; se genera él solito su espacio para tirar gracias a un muy efectivo step-back, a su salto y a su buena pivotación. Tiene también recursos de sobra para anotar canastas cerca del aro – buenos rectificados y spin-moves – y su buena mecánica de tiro podría convertirle en un buen lanzador de tres puntos el día que muestre interés en lanzar desde más allá de la línea – tira muy pocos triples. Físicamente estaría preparado para la NBA tras añadir bastante músculo este último año de instituto – 7 kilos – y tiene herramientas para convertirse en un buen defensor.
En el aspecto negativo destaca que puede relentizar mucho el juego de su equipo, resultando un palo en las ruedas para un equipo que abuse de las transiciones rápidas. Tampoco es un gran pasador, y esto también le hace ser un poco predecible para sus defensores, puesto que estos saben que va a intentar salir hacia su izquierda y tirar en suspensión, pudiendo olvidarse de cortar líneas de pase o de salir al triple. No es bueno ni ha mostrado mejoría ni interés en tirar tras recibir, lo que es una pena dada su buena pero lenta mecánica de tiro. Para terminar, suele quedarse perdido en la pista y su lenguaje corporal no es del todo bueno.
Por momentos, parece una versión más ágil y con peor tiro de Jabari Parker
Josh Jackson – Kansas University (NCAA)
No voy a andar con rodeos, Josh Jackson es mi jugador favorito de cuantos participarán este año en la NCAA y al que más futuro veo en el baloncesto profesional. Sabiendo esto, amigo lector, tome con precaución todo lo que va a leer sobre este jugador que parece una versión mejorada de Stanley Johnson.
O más que de Stanley Johnson, imagínense a un Marcus Smart jugando en la posición de alero: física y defensivamente está listo para la NBA, es muy, muy explosivo, juega muy duro durante todo el partido, es buen pasador y, sobre todo, muestra una competitividad impropia de un jugador a su edad. Quiere y trata de ser decisivo en los dos costados de la cancha, sin mostrar remilgo ni refinamiento ninguno en su juego y sin preocuparse en absoluto de sus estadísticas individuales. Con un poderoso primer paso y gran control de su cuerpo, es muy peligroso una vez ha entrado en la zona puesto que no tiene inconveniente a a hora de encontrar compañeros libres, finaliza bien cerca de la canasta con ambas manos – incluso tras contacto – y acaba muy bien los alley-oops. Es rápido de pies y esto le permite defender múltiples posiciones, siendo además un hábil cortador de líneas de pase.
Sin embargo, aún tiene cosas en su juego que necesitan mucho trabajo. La principal de ellas es su tiro en suspensión (no llega al 30 % en triples) y, en general, su mecánica (apenas un 55 % en tiros libres). Al igual que Tatum, prefiere tirar tras driblar que nada más recibir y necesita mejorar su selección de tiro para hacerlo cuando está libre. Tampoco le vendría mal trabajar un manejo de balón que aunque es bastante bueno tiende a sufrir fuera del perímetro. Para acabar, al igual que se temía del ya citado Smart, tiene que controlar su fuego competitivo si no quiere acabar los partidos de manera prematura.
Markelle Fultz – Washington University (NCAA)
Llega el turno del que parece ser el mejor base que habrá este año en la NCAA, aunque para muchos – entre los que se encuentra mi compañero Álvaro Méndez – no es que sea el mejor base sino el mejor jugador en general.
Tiene un físico muy bueno para su edad, con buena altura (6´4 y 3/4´´, ha crecido dos centímetros durante su último año de instituto), envergadura (6´9´´) y peso (93 kilos), además de tener dos manos como dos hogazas de pan. Muy ágil y bastante explosivo, cambia de velocidad y dirección con gran naturalidad, dejando a los defensores en posiciones ridículas con bastante asiduidad. Su manejo de balón solo está a la altura de su visión de juego, haciendo de él un base no solo espectacular sino muy efectivo en la creación. Pese al buen manejo y su habilidad para el dribbling no abusa de este y suele realizar siempre la jugada simple, correcta, y es muy bueno pasando con tráfico. Destaca que sepa jugar también off-ball, siendo buen anotador tras recibir y mostrando un tiro en suspensión efectivo y una mecánica fluida. Por último, apuntar que es buen finalizador cerca de la canasta – con ambas manos – y tiene una buena defensa al hombre; destacan de él su carácter tranquilo y divertido.
Su tiro es lo primero que necesitaría trabajo. No estamos hablando de un Rajon Rondo que se olvide de tirar porque está buscando quién lo haga, pero tampoco está muy lejos de esa despreocupación. Pese a ser un buen creador de juego hay ocasiones en las que se le ve bastante perdido con el balón en la mano, sin saber qué hacer a continuación, aunque suele solventar estas situaciones lanzándose a por su defensor o pasando y volviendo a empezar. Suele mostrarse demasiado relajado o despreocupado en defensa y su selección de tiro es muy, muy, mejorable.
Cogiendo esta frase con pinzas, en ataque ciertamente se parece a D-Wade, pero con el mismo desinterés defensivo de Russell Westbrook.
Dennis Smith – North Carolina University (NCAA)
La decisión de qué universidad elegir en la NCAA para Dennis Smith está fuertemente influida por la lesión en su rodilla (ACL) que le mantuvo apartado de las canchas durante la casi totalidad de su último año en el instituto. Al igual que con Harry Giles, habrá que tener un ojo en su condición física pues esta podrá marcar el futuro del jugador y su elección en el próximo draft, si se presenta.
Antes de su lesión, Smith figuraba en todas las listas como el mejor jugador de su año (1997) y ganó el premio a la mejor actuación individual en todos los torneos que participó. Tiene unas grandes herramientas físicas para un base, nada envidiables aunque sí inferiores a las de Markelle Flutz, superando a este en velocidad, cambio de ritmo y parece poseer un mejor primer paso. Tiene un gran manejo de balón que le permite llegar a cualquier parte de la pista cuando le apetece y es prácticamente imparable en transición. Más fuerte de lo que aparenta al primer vistazo. No obstante, lo que más llama la atención de su juego es su habilidad para el pase, ya sea este en transición o con tráfico, dejándote boquiabierto cuando pasa tras dribble. Resulta también demoledor en el pick and roll puesto que es bueno pasando, tirando, y saltando el bloqueo. Por último, su rapidez de pies y lectura de las líneas de pase harán de él un gran defensor – ya es un excelso reboteador.
En el plano negativo destaca lo mucho que tiene que mejorar su toma de decisiones y su estilo de juego un tanto alocado; no sé muy bien si esto se debe a su mala lectura de la jugada o si es el jugar así de rápido lo que no le permite leer. En cualquier caso, es una pescadilla que se muerde la cola. Debería tirar más en suspensión dentro de la pintura – solo lo hace fuera – y mejorar su tiro de tres (28.5 %).
Es fácil que me caigan palos hasta el día de la comunión de mi nieto por esto, pero su juego recuerda mucho al de John Wall.