Estados Unidos hace peligrar el basket europeo
Aumenta la distancia entre el EE.UU y el continente europeo
Resulta una afirmación obvia decir que la NBA es la mejor liga de baloncesto del mundo; tanto a nivel deportivo como, sobre todo, a nivel económico. Aproximadamente el 80% de los salarios que se pagan en Estados Unidos son impensables en cualquier otra liga de baloncesto. Por ejemplo, la temporada pasada Los Angeles Clippers fueron los que más pagaron de salarios con $97.448.220; pero es que los Portland Trail Blazers, franquicia que pagó menos salarios, superó los 50 millones de dólares, una cifra que supera el presupuesto total de cualquier equipo de baloncesto. Además, estas cifras subirán hasta límites insospechados con el aumento del límite salarial que este verano ha pasado de los 70 millones a los 94, y que superará la barrera de los 100 la próxima temporada. Este crecimiento económico de la NBA es una gran noticia para jugadores, entrenadores y franquicias de su liga; pero terrible para la salud del baloncesto en el resto del mundo.
Jugadores internacionales como Sergio Rodríguez, Tomáš Satoranský, Mindaugas Kuzminskas o Dāvis Bertāns y jugadores americanos que jugaban en Europa como Malcom Delany o Justin Hamilton han causado baja en sus respectivos equipos este verano para jugar en la NBA; y algunos, como el caso del «Chacho» Rodríguez, cobrando cantidades inigualables para sus antiguos equipos por muy «grande de Europa» que sea. Y es que si juntamos el sueño que es para cualquier jugador llegar a la NBA, con la posibilidad de percibir un salario desde la primera temporada muy superior al que podrían recibir en otras ligas… Es la mezcla perfecta para que los jugadores —y sus agentes— quieran dar el salto a Estados Unidos.
La NBA está evolucionando hacia una liga mucho más global (casi la mitad de los jugadores seleccionados en el pasado Draft eran de fuera de Estados Unidos) y si ya era atractiva para cualquiera, cada verano irá aumentando su «capacidad de atracción» a medida que aumenta el tope y los salarios. Los mejores jugadores en Europa se verán realmente tentados por los cánticos de sirenas norteamericanos y pocos serán los valientes que rechacen mareantes ofertas con tal de ganar títulos en el Viejo Continente. Pongamos un ejemplo: Sergio Llull (Real Madrid) parece que llegó a rechazar una oferta de 21 millones y 3 temporadas (una media de 7 millones al año) de los Houston Rockets en la anterior agencia libre; pues bien, ¿sería capaz de volver a decir que no a la NBA si esa oferta, gracias al aumento salarial, superase los 10 millones al año? Es una pregunta que solo el jugador podría responder, pero está claro que esas cantidades harían dudar a cualquiera.
Además, las franquicias están viendo una gran oportunidad en los jugadores de ligas internacionales. Antes, por el mismo precio por el que se firmaba a un jugador de nivel Euroliga se podían firmar a varios jugadores NBA que igual no son mejores; pero que ya sabemos que muchos GM no son muy dados a arriesgarse con jugadores que no estén en «el mundillo». Pero ahora esos jugadores que llevan toda su carrera en la NBA pedirán, y probablemente conseguirán, unos sueldos muy elevados que hacen más atractiva la posibilidad de conseguir un jugador proveniente de ligas europeas de un nivel similar por un sueldo menor (pero superior a los sueldos de ligas extranjeras) ofertando dinero y, al mismo tiempo, debutar y hacerse un hueco en la mejor liga del mundo.
Pero no solo hay que echar un ojo a la NBA y a los equipos foráneos; existe otro factor en los Estados Unidos que es también muy importante y al que casi no se le está prestando atención: el crecimiento de la D-League.
La D-League, liga de desarrollo de la NBA, es una liga en plena expansión y en la que el comisionado de la NBA tiene puestas muchas esperanzas. La D-League tiene algo que en cualquier otra liga no existe: es una vía rápida y directa hacia la NBA — ventajas de ser una liga de los Estados Unidos —. Si eres jugador de la Liga de Desarrollo y destacas, es muy probable que esa misma temporada termines firmando un contrato para «jugar con los mayores». ¿Cuál era el problema de la D-League? Que solo se podía cobrar anualmente $13.000, $19.000 o $25.500 y las franquicias tenían un tope salarial de $173.000. Pues bien, esas cifras aumentarán el próximo verano: los jugadores cobrarán o $19.500 o $26.000 y las franquicias tendrán un tope de $209.000. Aunque estas cantidades no crezcan en demasía, comienzan a ser cifras que pueden hacer pensar a los jugadores americanos — base esencial para muchos de equipos de ligas extranjeras — las ventajas de quedarse en su país, cerca de su familia y con la posibilidad de ascender en cualquier momento a la NBA. Pero si estos números no terminan de convenceros de esta teoría; las previsiones ya os sacarán de dudas. Y es que la NBA prevé que cuando el crecimiento de la D-League llegue a su tope — 30 franquicias y dos Conferencias de 15 conjuntos, como la NBA — el tope salarial de estas franquicias podría llegar hasta los 5 millones de dólares, con su consecuente aumento de sueldo para sus jugadores. Volvamos a ponernos en una hipotética situación; ¿qué preferirá un jugador americano de nivel «bajo» que no comprende la «grandeza» de ganar en un Real Madrid, un Barcelona o un CSKA? ¿Cobrar entre 100.000 y 200.000 dólares cerca de su casa en Estados Unidos y con la posibilidad real de jugar en la NBA de un día para otro (literalmente), o alejarse miles y miles de kilómetros para cobrar prácticamente lo mismo en Europa, Australia o Asia?
Mientras, en Europa, vemos cómo se desarrolla una «guerra civil» entre la FIBA y la Euroliga; vemos como en ligas «potentes» como la ACB se llevan años sin ver ni un descenso ni un ascenso y vemos cómo los salarios de los jugadores se estancan y solo unos pocos equipos pueden pagar fichas superiores al millón de dólares. Si las ligas extranjeras no se ponen las pilas corren el peligro de quedar todavía más debilitadas ante las potencias de los Estados Unidos. Y si esas ligas bajan su nivel, solo será cuestión de tiempo que el baloncesto de esos países en general baje de categoría.