«Sloan era exigente, pero era justo»

Frank Layden habló sobre su amigo en TV

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Colin Hooten (CC)

Con motivo de la próxima entrega del premio Distinguished Utahn a Frank Layden por parte de la BYU (Brigham Young University) Management Society por sus contribuciones y compromiso a apoyar el crecimiento del liderazgo ético y moral, el ex entrenador y presidente de los Utah Jazz pasó por KSL para hablar sobre su antiguo asistente y amigo Jerry Sloan, recientemente diagnosticado Parkinson y demencia de cuerpo de Lewy (LBD), y sus años en la franquicia de Salt Lake City.

«Jerry, para mí, era lo que el deporte debe ser. […] Jerry era un tipo de hombre que jugaba a esto porque le encantaba y así es como jugaba. […] Dio todo lo que tenía, todo el tiempo, y luego entrenando era igual. Era siempre puntual, era siempre disciplinado. Era exigente, de acuerdo, pero era justo, y no sé a cuántos jugadores él hizo mejores».

Layden llegó a los Jazz cuando estos jugaban en New Orleans en 1979 para ser su manager general y se convertiría en su entrenador en 1981, ganando los premios a Mejor Entrenador del Año y Mejor Ejecutivo del Año en 1984 – también obtuvo el premio J. Walter Kennedy Citizenship que otorga la liga por servicio y dedicación a la comunidad -. Sloan pasó un poco más de tres temporadas, desde 1985, bajo su mando como ayudante para posteriormente relevarle como entrenador jefe, alcanzando si cabe cuotas más altas con Utah que su predecesor. La relación forjada entre ambos sigue viva y más aún con el deterioro de la salud de Sloan.

«Jerry nos hizo mucho mejor de lo que yo pensaba que jamás creí que realmente seríamos. […] Y en el último partido le dimos a Chicago, que pueden ser uno de los mejores equipos de la historia, todo lo que pudimos, y eso era Jerry Sloan. Era exigente, era determinado, nunca permitía a nadie decir ‘está bien, sólo quiero conseguir un pase’. Tenemos gente en el Hall of Fame ahora mismo, y sé que lo sienten igual que lo estoy diciendo ahora, ellos saben que él les puso allí. Les hizo jugar al máximo de lo que tenían y la gente de un mercado pequeño como este le encumbró».

«No era en absoluto ese tipo de persona que presume de sus éxitos, es humilde y es una de las personas más generosas que conozco. Cada vez que el staff salía, Jerry llevaba a todos a cenar después de un partido fuera de casa y siempre pagaba la cuenta».

En cada palabra que salía de la boca de Layden cualquiera puede darse de cuenta del respeto, cariño y admiración procesados hacia Sloan, una de las figuras más icónicas del baloncesto, pero sobre todo del estado de Utah, donde de verdad existe una gran unión entre la franquicia y la comunidad. Y también dejó un mensaje de esperanza para todos al final:

«Y (Jerry) él va a luchar ahora también, a propósito. Este partido en el que está ahora no ha terminado. Acabo de estar con él y Jerry va a estar bien y solo tenemos que quererle más, eso es todo».

En una memorable entrevista en la que también se pudieron ver muchos de los momentos por los que Layden fue siempre querido como una persona entrañable y con un gran sentido del humor en Utah y en la NBA en general, el natural de Brooklyn también repasó algunos de los hitos de su carrera en Salt Lake City, como cuando salvó al equipo de la bancarrota en 1983.

«Estaba en Jeremy Ranch y me llaman por teléfono por la tarde el sábado y me dicen que es muy importante, que es el señor Battistone (propietario del equipo por aquel entonces); corrí de vuelta con mi coche, no sabía si era un accidente o algo estaba mal, pero me dijo que no podíamos pagar los sueldos el lunes y que teníamos que encontrar de alguna manera alrededor de un millón de dólares y él se preguntaba si yo podía pensar de algún modo de hacerlo. La única cosa que se me ocurrió, el único bien que teníamos, era el número uno del draft, así que dije, ‘ya estaba teniendo conversaciones con el agente por Dominique Wilkins’, y quizás, quizás, no lo sé, quizás Atlanta podría. Entonces llamé a Ted Turner (propietario de los Hawks en aquel momento), creedme o no, estaba en casa, y le dije, ‘señor Turner, necesito un millón de dólares en efectivo y lo tiene que tener para el lunes por los derechos de Dominique Wilkins’, porque no hay garantías de que lo vaya a firmar, su agente nos dijo que de ninguna manera jugaría en Salt Lake City. De cualquier forma me vuelve a llamar Stan Kasten, que ahora lleva los Dodgers, y me dice, ‘podemos conseguir el millón de dólares pero te tienes que quedar con un par de jugadores’ que cobraban un montón. Uno era Freeman Williams, que fue un gran All-American pero nunca tuvo éxito como profesional, problemas personales, y el otro era John Drew. Y (Drew) nos dio un gran empujón. Quizás no nos hubiera ayudado tanto a largo plazo como Dominique Wilkins pero durante dos o tres años fue magnífico desde el banquillo».

Ted Turner acabaría enviando millón y medio de dólares, por cierto. Además Layden también habló brevemente sobre el mítico triple encestado por John Stockton en las finales de la Conferencia Oeste en 1997, el equipo de la 83-84 que alcanzó los Playoffs y derrotó a los Nuggets en la primera ronda, y también sobre ese perfil divertido suyo que mencionamos arriba. Es muy recomendable ver el vídeo entero de unos grandes 10 minutos con el legendario ex entrenador y presidente de los Utah Jazz.