Michael Jordan o cómo sacarle 100 dólares por partido a Pippen

Por todos es conocido el gen competitivo de Michael Jordan, un hombre que, bajo cualquier circunstancia, debía encontrarse en el lado ganador. Tal es así, que cuando se le presentó la oportunidad de ganar 100 dólares por encuentro, no la desperdició (y no es que los necesitara demasiado).

El suceso ocurrió de la siguiente manera: durante los descansos de los partidos, los Chicago Bulls emitían una especie de carrera digital en que los competidores eran toros, y cada toro estaba designado a una sección del público, por lo que el toro que ganara, además, garantizaba un premio a los aficionados de su sección.

Un día, Jordan llegó a la cancha mucho antes de que comenzara el partido, y vio a los técnicos encargados de organizar todo el contenido digital que debía emitirse durante los encuentros. Jordan se acercó a estos y les preguntó que si sabían de antemano quién iba a ganar, a lo que los técnicos contestaron que sí, que eso ya estaba grabado y únicamente se reproducía el contenido.

Los técnicos le dijeron que el toro rojo iba a ser el ganador de esa noche. Horas más tarde, Jordan se acercó a Pippen y le dijo: «100 dólares a que gana el toro rojo». Pippen aceptó, y lógicamente, perdió. Durante el resto de partidos que se jugaron en casa esa temporada, Jordan ejecutó su maquiavélico plan, una y otra vez, dejando atrás a un asombrado Pippen, confundido por la «innata» capacidad de Jordan de acertar toda y cada una de las noches.

«His Airness» no hacía distinción entre compañeros y rivales, dentro o fuera de la pista, para él únicamente existía el concepto de «ganador o perdedor», una tenacidad por permanecer en el lado victorioso que se ha mantenido intacta incluso tras su paso por la NBA.