El gran fracaso de Chicago Bulls

Los de Illinois se despiden de los Playoffs hasta la temporada que viene

United Center, pabellón de Chicago Bulls. Fuente: Marit & Toomas Hinnosaar (CC))
United Center, pabellón de Chicago Bulls. Fuente: Marit & Toomas Hinnosaar (CC)

Chicago Bulls ha dilapidado sus opciones de pelear por el anillo este año con una segunda parte de la temporada desastrosa en la que prácticamente nadie dentro de la franquicia de Illinois ha estado al nivel que marca el logo de su camiseta. La temporada 2015-2016 se terminó con la derrota frente a Miami en el American Airlines Arena que deja a los Bulls sin margen de error y sin depender de sí mismos (ganar los 3 partidos que quedan y que Indiana palme todos. Vamos, imposible). Esto les deja fuera de la lucha por el anillo, hecho que no se producía desde la temporada 2008, en la que se quedaron con 33 victorias.

Parecía en un primer momento que con la marcha de Tom Thibodeau y la llegada de Fred Hoiberg desde la universidad de Iowa State la temporada traería nuevos aires a la ciudad del viento para Chicago Bulls. Como escribió nuestro compañero Aquiles a principios de temporada, el estilo sería el contragolpe y la circulación de balón. Nada más lejos de la realidad. El equipo ha perdido la solidez defensiva que tenía con Thibs  y en el apartado ofensivo, solo flashes de algunos jugadores como Gasol, Rose y Jimmy Butler han salvado al equipo en algunas fases de la temporada. ¿Culpa de los jugadores?, ¿culpa del entrenador? o ¿culpa del GM Gar Forman por no adaptar el equipo al nuevo entrenador? Vamos al meollo.

Chicago Bulls, irregular de principio a fin

La temporada comenzaba con unos Chicago Bulls que querían ser los nuevos competidores de Cleveland Cavaliers en el Este para conseguir evitarles la llegada hasta la final de conferencia (queda lejos esas promesas, pero OJO, les ganamos en el primer partido de la temporada), y lo cierto es que luchamos por mantenernos arriba hasta bien entrado el mes de enero (22V/12D). Desde entonces, 28 partidos perdidos de 45, un desastre. Obviamente, la baja de Mike Dunleavy era muy importante para el equipo y más aún con los continuos problemas de Rose con su visión (meses de Octubre-Noviembre-Diciembre). Además de eso llegaron las lesiones de Noah por dos veces (diciembre)  y ahí ya la defensa de los Bulls pasaba a la historia.

Eran tantas las idas y venidas de Chicago Bulls que han sido capaces tanto de ganar 3-4 partidos seguidos como de perderlos con la misma facilidad (incluso tener una racha de 6 vitorias consecutivas en diciembre – enero). Quizás lo más destacado son esas 6 victorias consecutivas, pero hasta este final de temporada el equipo ha tenido opciones de clasificarse. Tres victorias consecutivas para mantener vivas las esperanzas frente a Brooklyn, Utah y Sacramento, fueron seguidas de cuatro derrotas consecutivas (back-to-back con NY, Orlando y Atlanta). Adiós a las opciones. La famosa irregularidad del equipo dilapidó las opciones finales del equipo. La falta de fortaleza mental, la falta de un líder dentro del grupo y la falta de intensidad da rienda suelta a la mediocridad y por lo tanto al fracaso. Al más absoluto fracaso.

El resultado, que los Chicago Bulls se encuentran ya por debajo del 50% de victorias (39V/40D) y con ínfimas opciones de entrar en Playoff (por mera probabilidad les tengo que dar una opción todavía):

  1. GANAR TODO (Cleveland, New Orleans y Philladelphia).
  2. QUE INDIANA PALME TODO (Brooklyn, New York y Milwaukee).

Así que nada, el que quiera apostar, creo que se pagará bastante bien que Chicago Bulls se consigan meter en Playoff. Pero Pau Gasol ya ha dejado claro de dónde vienen los problemas:

«Esas derrotas en noviembre y diciembre, sobre todo en casa, significan tanto como los partidos de la última semana.» Dijo el de Sant Boi ayer.


Como ya he dicho, no cabe duda que la plantilla tiene talento, pero es muy débil mentalmente y carecen de un líder constante dentro del grupo (recordemos que Butler y Rose se disputan el puesto día a día). Pero los chavales tienen talento sí: Butler sabe a lo que juega, McDermott sabe a lo que juega e incluso Rose sabe a lo que juega, pero claro, de forma individual, nada de equipo por ningún lado; discúlpenme por no incluir a Don Pau Gasol en este grupo de jugadores ya que el de Sant Boi es lo más parecido a un playmaker que tiene el equipo y el único jugador regular de toda la plantilla (a excepción de Felicio, instalado en el 2.5 pts, 3 reb, 1 ast).

Así no se puede llegar muy lejos, quizás se dejaron llevar demasiado cuando a mitad de enero eran segundos en la Conferencia Este, o quizás la plantilla es demasiado joven para reponerse ante las continuas derrotas. Quién sabe, igual es mejor tener un equipo de cuarentones como los Spurs e ir rotándolos a lo largo de la temporada. Tal vez deben canalizar ese talento y utilizarlo para el bien del equipo, tal vez el entrenador no va en la dirección adecuada (o los jugadores no han entendido la dirección) o simplemente deben mezclar el talento con la dirección del nuevo entrenador y aprender a jugar juntos empezando mañana mismo.

La sombra de Thibs es alargada

Todavía hay mucha gente (entre los que me incluyo) que viendo partido tras partido a estos Chicago Bulls nos acordamos de aquel señor de mala leche todo el día y con cara de «como no cojas el siguiente rebote te corto el cuello». Thibodeau es un entrenador mejor que Hoiberg (Fred todavía tiene que demostrar lo que sabe en la NBA). Pero la temporada pasada era el momento de cortar el cuello del entrenador jefe Tom Thibodeau. La situación era insostenible entre los despachos y el banquillo, e incluso algunos jugadores también expresaron su desagrado por lo métodos que el ex-entrenador utilizaba, así que, borrón y cuenta nueva…

… O no. Si han visto partidos de los Bulls este año (aunque solo sean 4 ó 5) se habrán dado cuenta que hay bastante similitudes con el equipo del año pasado. No en cuanto a la intensidad defensiva (en ese caso seguiríamos segundos de conferencia), sino en cuanto al descanso de los jugadores estrella (descanso igual a cero) y el ritmo (cero o incluso menos uno) en el que se juega la mayoría el tiempo de partido. Por primera vez en 8 años Chicago Bulls se va a perder los Playoffs. Decepcionante para el bueno de Fred pero no es completamente su culpa (aunque en mi humilde opinión sí lo es en gran parte).

El equipo no logra entender su sistema, o simplemente con los jugadores que tiene es muy difícil jugar como él quiere. Es imposible que tenga a Pau Gasol corriendo como pollo sin cabeza por la pista de un lado a otro, es imposible que Rose haga 25 entradas a canasta por partido y es imposible que los tiradores metan 30 triples como GS. Sencillamente es imposible.

Gasol es un jugador de 35 años que juega de forma excelente repartiendo balón dentro de la zona y realizando tiros de 4 y 5 metros, pero es el entrenador el que mientras él está en pista no puede poner al equipo a jugar al contraataque, por el bien de su propio jugador. El físico de Rose no le da para entrar a canasta como hacía antes, pero tiene un entrenador para convencerle de que a veces (una de cada cien) es posible entrar en la zona y abrir el balón a una esquina donde hay un tirador. Y por supuestísimo, que los errores de McDermott, Mirotic, Dunleavy, Rose y Butler de 3 no son culpa suya, pero sí lo es la forma en la que se crean los espacios para tirar. Ahí es donde empieza su trabajo y del que sencillamente hemos visto bastante poco en todo el año.

Por otro lado tenemos a la pareja Noah – Mirotic. Para Thibs, Noah era insustituible (garra, corazón, rebote y sobre todo defensa), pero para Hoiberg y su juego, le venía mejor poner en pista a Pau Gasol y Mirotic, algo que relegó al francés al banco. La idea inicialmente era buena, si no fuera porque en la zona (como decimos en mi tierra, La Rioja) «no defendía ni cristo» (todos sabemos de los problemas de Mirotic para moverse lateralmente y de Pau para pasar los bloqueos). Por lo tanto, Fred optó por quitar a Mirotic y dar más bola a Taj Gibson, quinteto que a mí personalmente me parece más equilibrado y que por lo menos te ofrece tener a alguien cerca de la pintura siempre que sepa pueda defender (en mi opinión un acierto). Todo funcionaba más o menos de forma decente con la rotación equilibrada hasta la lesión de Noah. A partir de ahí, un despropósito. La intensidad defensiva que le daba Noah al equipo, no se la da nadie más en la plantilla ni aunque se tomen 25 bebidas energéticas antes de saltar a pista, eso se lleva en la sangre.

¿Fue buena decisión despedir a Tom Thibodeu? En mi humilde opinión sí. Los problemas con la directiva eran insostenibles y eso dañaba al equipo, pero lo que está claro que una plantilla debe tener la intensidad defensiva que él aportaba y que (hasta el momento) Fred Hoiberg no ha sabido inculcar a sus jugadores. Veremos si en un futuro el entrenador jefe se pone las pilas y se las pone a sus jugadores y cito a Gasol tras el partido de Miami:

«En esta liga, vas a tener mejores o peores noches en ataque, pero la defensa es lo que va a darte una oportunidad cada noche. Y hemos confiado demasiado en nuestra ofensiva. Solo que no hemos tenido la mentalidad defensiva, ni énfasis en ella, por lo que hemos pagado por ello muchas veces. Por eso estamos donde estamos».

Gasol admitió que Chicago Bulls ha jugado con una «falta de sentido de urgencia, falta de conciencia y una falta de madurez, a veces a lo largo del año».

Hoiberg era un entrenador muy exitoso en el nivel universitario y se esperaba que diera una dosis de ingenio ofensivo a Chicago Bulls. Los jugadores los tenía, pero para realizar «su» juego quizás no son los idóneos. La transición no iba a ser sencilla pero el movimiento rápido de balón, la creación de espacios y el ritmo rápido es algo que al público que acude a las canchas de baloncesto le gusta, sobre todo después de ver cómo su equipo ganaba los partidos (durante los últimos cinco años) anotando 90 puntos. Un peñazo.

Vuelta a la realidad

Pero entonces, ¿ha servido de algo el sistema Hoiberg? Los puntos en transición son prácticamente los mismos (11.8% de los ataques frente a 11.9% de este año). Poco esfuerzo del equipo por robar el balón y correr. Igual es que no han trabajado lo suficiente la forma de montar los contraataques, o igual es que no tienen la suficiente intensidad defensiva como para robar los balones y correr. Así que criticar a Hoiberg es fácil, pero también los jugadores son los que están en la pista y tienen que poner esa garra necesaria para jugar al contraataque (valga el símil con el Real Madrid de Benítez para los futboleros). Esta es una de las claves del fracaso de este año. El entrenador quiere jugar a algo pero a los jugadores les cuesta asumir la intensidad que necesita el equipo para jugar a lo que el jefe quiere. Resultado: fracaso absoluto.

Otra de las claves es la defensa del Pick and Roll. Algo que Noah dominaba bastante bien, pero tema en el que el resto de los jugadores altos de la plantilla son unos completos inútiles (o jugadores con las rodillas de plomo). El P&R es una jugada básica en la NBA moderna y sin jugadores que pueden sepan defenderla vas completamente a pique noche tras noche. Los datos dicen que el equipo es mejor que el año pasado, pero bastante peor que en años anteriores de Thibs. Solo Gasol que logra un par de tapones por partido y Taj Gibson que todavía se puede mover, salvan un poco al equipo en esta faceta. Los equipos comenzaron a masacrar a los Bulls con este ataque y a medida que avanzaba la temporada y las derrotas empezaban a caer, el nivel de atención y de esfuerzo descendió y la sangría fue mayor.

Se trata de un grupo sin motivación, sin alma, que ha sido incapaz de competir a alto nivel a partir del All-Star Game y que su pereza y falta de voluntad han hecho que el equipo se venga abajo y les lleve al más absoluto fracaso. La entrada de Hoiberg sin duda insuficiente. Su incapacidad para inculcar «su» baloncesto y mantener la defensa de Thibodeau nos ha llevado a esto. No hizo ajustes cuando el equipo los necesitaba, ni utilizó a los jugadores en el momento correcto de los partidos y su gestión de los jugadores jóvenes ha sido meramente testimonial (recordemos que solo han jugado cuando los titulares han estado lesionados). Pero dadas las circunstancias, es completamente injusto culparle por completo y por ello va a tener otra oportunidad el año que viene de resarcirse y llevar a Chicago Bulls a lo más alto. Pero eso, será en el segundo tomo (creo que es hora de bajar a por algo a la nevera, me ha entrado algo de hambre): ¿Cómo será el futuro de Chicago Bulls?