Demoledora derrota de los Jazz en su partido más importante
Dallas Mavericks 101 - 92 Utah Jazz
Los Utah Jazz perdieron anoche mucho más que un simple partido. El de ayer era uno de esos momentos clave en la vida de una franquicia, donde vencer o fracasar puede cambiar el rumbo de un proyecto madurado durante años. La importancia del choque no se quedaba en la consecución o no de los ansiados playoffs, si no que ponía el foco en todo un proyecto de reconstrucción que comenzó con la inesperada retirada del añorado Jerry Sloan (Casualmente el causante de aquella decisión fue uno de los principales verdugos anoche: el siempre abucheado en SLC Deron Williams). La difícil travesía por el desierto que fue el tiempo en el que Ty Corbin fue entrenador de los Jazz pasó, y llegó un GM nuevo: Dennis Lindsey, un entrenador nuevo: Quin Snyder, con una nueva filosofía defensiva y construyendo un equipo a base de Draft y jugadores de supuesto perfil bajo, buenos, bonitos y baratos…Todo comenzó a tomar forma a finales del pasado curso, y en éste daban muestras de ir quemando etapas pese a las definitorias lesiones que sufría su roster. Y todo para llegar a este punto: certificar su evolución entrando en playoffs. Lograrlo hubiese supuesto un espaldarazo definitivo al proyecto y un premio para este equipo tan joven, con tanto margen, pero tan inexperto…
Porque esa fue la clave en la merecida victoria de los Mavs en el Vivint Arena: la Experiencia. Los de Dallas tampoco es que soltasen un partido espectacular, pero si que se pusieron en modo «playoffs» y dejaron que sus primeras espadas cobraran protagonismo esperando la reacción del contrario. Y esta fue en algunos tramos del partido penosa. Ya les pesó a las jóvenes muñecas mormonas la responsabilidad en otros partidos recientes. Si se hubiese conseguido solamente una victoria más en las múltiples oportunidades que tuvieron no hubiesen necesitado llegar al punto de jugarte el todo por el todo ante un equipo como los Mavs que tienen el culo más que pelado. Ante Warriors no se supo cerrar un partido que se tenía ganado, igual ocurrió contra Spurs…ante Clippers se perdió la oportunidad ante un equipo sin buena parte de sus titulares y sin nada que jugarse por no saber cerrar el partido. Por encogerse la muñeca y el valor cuando el partido estaba más caliente. Lo que ocurrió ayer, sobre todo después del descanso.
Los Mavs solo tenían que hacer su trabajo y esperar. Fueron inteligentes, fueron efectivos y cuando llegó el momento fueron letales.
El primer cuarto comenzó como cabía esperar, un choque igualado de dos equipos con hechuras de playoffs en los que debían sobresalir sus jugadores mas importantes. Igualdad. La misma que se vio en el segundo cuarto, pero desprendían los dos equipos sensaciones diferentes. Dallas hacía su trabajo y Utah atacaba a trompicones. Cierto es que una de las mas determinantes armas de los locales se vio disminuida por la lesión que sacó del partido a uno de los mejores defensores de la liga: Rudy Gobert, dejando a un renqueante Derrick Favors solo ante el peligro en la pintura. Trey Lyles tubo que acumular minutos y el encuentro le superó. El gran Dirk Nowitzki se mostró como lo que es, un jugador determinante. A D-Will se le veía motivadísimo ante su ex equipo y aprovechaba una de las carencias de estos Jazz: la defensa sobre los bases y escoltas rivales. Y por si estos dos no eran suficiente, otro ex-Jazz estaba al acecho por si hacían falta sus triples: Wes Matthews. 50-46 al descanso.
En el Vivint Arena se escuchaba ese «run-run» generado por voces decepcionadas cuando veían acumularse los fallos desde las líneas de tres puntos, cuando los jugadores se encogían y no lanzaban por inseguridad o cuando malas elecciones llevaban a perder el balón en situaciones fáciles. Se abucheaba a D-Will cada vez que tocaba el balón y no se dejaba de animar. La afición de SLC siempre fue animosa. Pero los ánimos no se transformaban en puntos y los fallos en el tiro de tíos que acostumbran a meterla empezaba a ser sangrante. Los Mavs se iban en el marcador en el tercer cuarto y Quin Snyder no conseguía hacer cambiar el rumbo por mas que moviese fichas. Alec Burks acaba de salir de una larga lesión, y pese a que se notaba cuando estaba en pista no disfrutó de muchos minutos.
Rick Carlisle, inteligente, movía el banquillo para mantener un tono defensivo acorde a los nervios y dudas locales. La distancia en el marcador forzaba a los Jazz a tirar mas y mas de tres…y eso les mató. No entraban. Definitivamente las muñecas mormonas estaban encogidas y los Mavs se hacían con el encuentro. El 71-64 que campaba en el marcador era una muestra del buen hacer visitante y del fracaso local. Ni tirando de orgullo y defensa, algo que nunca falta en SLC, conseguían los hombres de Snyder inquietar verdaderamente a los texanos. El partido estaba perdido y a lo máximo que podían aspirar en Utah era a remar para morir en la orilla, como así fue.
Williams, Nowitzki y Matthews no perdonaron y pasaron los tres de los 20 puntos. El protagonista absoluto por parte local, ofensivamente hablando, Gordon Hayward también sumó mas de 20 puntos pero solo le acompañó Shelvin Mack con 18. Los porcentajes en tiros de tres por parte de los hombres de Snyder fue lamentable y una de las razones fundamentales de la derrota: 9 de 33. Los Dallas Mavericks ya están merecidamente en playoffs, a los Utah Jazz solo les queda el recurso del milagro, que ganen su último partido ante Lakers en LA y que los Rockets pierdan el que les queda en casa ante Kings. Yo estoy muy viejo para creer en milagros.