Alvin Gentry no funciona en estos Pelicans

El proyecto va camino del fracaso en New Orleans

Fuente: Road Warrior (CC)
Fuente: Road Warrior (CC)

Hace aproximadamente 8 meses se hizo oficial que el nuevo entrenador de los Pelicans iba a ser Alvin Gentry, técnico asistente entonces de unos Warriors que estaban inmersos aún en la lucha por el anillo.

La decisión fue un tanto controvertida puesto que los de New Orleans llegaron a PlayOffs ese mismo año de la mano de un Monty Williams que encontró la química en un equipo joven y con futuro, y llevó a su joven estrella, Anthony Davis, a ser considerado uno de los mejores jugadores de toda la liga.

Cuando los Warriors ganaron ese sexto encuentro en Cleveland y el champagne brotaba por el vestuario visitante, Gentry, eufórico, dijo unas sorprendentes palabras dirigidas a Davis “come back right here”, emplazándolo a saborear las Finales con él el próximo año. Todo parecía empezar bien, la motivación era alta.

¿Cómo están los Pelicans de Gentry 8 meses después? Pues están en el pozo de la mediocridad, firmando la que es, sin duda, la peor temporada de la historia de la franquicia (sumándole incluso la etapa como Charlotte Hornets). El paso de Gentry ha sido peor que el del Katrina para esta franquicia. El hombre de la sonrisa profident se presentó con un informe pormenorizado a las oficinas de Demps sobre cómo de desaprovechado estaba Davis y sobre como él podía sacarle todo su jugo, de convertirle en un perenne MVP. Eso le dio el puesto.

En el All-Star break los Pelicans se encuentran en tierra de nadie en una temporada, sin duda, para olvidar. El año anterior vio la eclosión de un Anthony Davis espectacular, que junto con un gran Tyreke Evans llevaron al equipo a la post-temporada por primera vez desde 2011. El equipo era joven, con futuro y, viendo la evolución de las últimas temporadas, estaba claramente en auge. Así lo vio también Dell Demps, que optó por renovar al grueso de la plantilla (Asik, Cunningham, Ajinça, Babbitt, Cole…) para darle continuidad al proyecto del año anterior; una opción conservadora, pero sobre seguro. Lo único que se le podría echar en cara al GM de los Pelicans es su pobre condición como negociador, ya que las renovaciones de jugadores de talla media como Asik o Ajinça fueron desorbitadas.

Entonces, no hace falta ser un lince para ver que el único factor cambiante entre el año pasado y este es el nuevo entrenador, Alvin Gentry. Este cambio, por el momento, parece haber dinamitado el futuro de un equipo que parecía brillante hace nada. Solo se tiene que ser un poco observador y analizar por encima un par de detalles para darte cuenta que este equipo no tiene rumbo, y que todo empieza por los despachos y el banquillo.

Gentry apuesta por un baloncesto frenético, el Run&Gun que hizo famosos a los Suns de Steve Nash y Mike D’Antoni, del que fue heredero en el equipo de Arizona. Si ese es el estilo de baloncesto que va a imponer tu entrenador ¿por qué narices renuevas a precio de oro un pívot defensivo y más bien torpe en ataque como Asik? ¿Por qué firmas 4 años a Ajinça? ¿Por qué dejas escapar al único pivot ágil que tienes (Withey) y traes a un cachalote de la zona de 31 años como Perkins? Venga va, ahí puedo comprar lo del factor experiencia y carácter ganador en el vestuario. Y eso hablando solo de los pivots, que parece el factor más llamativo en esa falta de coordinación desde el inicio entre Dell Demps y Alvin Gentry.

Pero los casos más sangrantes para el equipo se producen una vez empezada la temporada. Decisiones que demuestran que este equipo, ahora mismo, no tiene ningún rumbo desde los despachos ni desde el banquillo. De la Summer League no se quedaron a ningún jugador, y eso que ofrecieron un rendimiento espectacular. Luego firmaron a Nate Robinson y Jimmer Fredette para cortarlos días después. A Ish Smith lo firmaron a dos días de empezar la temporada, fue lo único salvable del equipo en el desastroso inicio y, cuando volvió Cole, lo primero que hicieron fue traspasarle a los Sixers (les ha cambiado la cara y está dando un rendimiento increíble) por dos segundas rondas. A Dejean-Jones, que lo descartaron de la Summer League, lo contrataron hace unas semanas y le están dando la titularidad acompañada de unos buenos 30 minutos. Estas decisiones dejan retratados a los jefazos de los despachos. No tienen ningún tipo de sentido y dan la imagen de un equipo poco serio, cosa que es nefasta para la puja más tarde de agentes libres.

En cuanto a la valoración estricta del trabajo de Gentry y sus asistentes, basta con ver el balance actual del equipo para ver que está siendo horroroso. 20-33, a 6’5 partidos de los PlayOffs en una Conferencia Oeste que este año está dando muchas concesiones. El nefasto inicio (1-11) se cubrió con el manto de la excusa (ya recurrente en NOLA) de las numerosas lesiones que sufrió/arrastraba el equipo y también de la falta de aclimatación de los jugadores al nuevo estilo ofensivo, después de estar sujetos al corsé defensivo del anterior entrenador durante 5 años. Pero esas excusas, como casi todas, demostraron ser baratas. Más de la mitad de la temporada después, y con todos los jugadores disponibles (hasta hace unas semanas) a excepción de Quincy Pondexter, el equipo no ha mejorado lo que se le presuponía.

Gentry y su sistema han empeorado a casi todos los jugadores, salvo contadísimas excepciones. Ryan Anderson quizás es el más beneficiado por este cambio de sistema, pero no olvidemos la premisa de los jugadores que se encuentran bajo último año de contrato, los cuales encuentran una motivación extra ($$$) para rendir como nunca. Gordon, hasta su lesión, se destapó como un fiable lanzador de 3, dejando de lado su vena más explosiva por culpa de un seguido de lesiones. Y otro que parece mejorar es Jrue Holiday, pero esto es debido a que dejó de lado definitivamente su problema con las lesiones. Pero ahí se acaba la lista.

El caso más sangrante es el del pilar central, Anthony Davis, ese jugador al que Gentry iba a convertir en la octava maravilla del mundo. Lo que ha hecho con Davis es abrirlo para lanzar triples (¿?) y perder gran parte de su arsenal en el poste. La temporada de Davis es una clara involución. No muy bestia, está claro, pero sí que ha frenado su meteórico ascenso.

El equipo ha mejorado algo sus números en ataque, pero en cambio su defensa es de las peores de la NBA, y eso precisamente no ayuda a mejorar el equipo. Los missmatch defensivos que propone el ”gurú” que los Pelicans tienen como asistente no está funcionando para nada. Ver a Holiday defender en el poste a Howard o a Asik defendiendo en la línea de 3 a Kyrie Irving no creo que sea una opción muy inteligente del juego. Esta táctica solo hace que sufras menos con los bloqueos, pero los desajustes defensivos son constantes.

Luego, Gentry no juega con pívots. Eso se lleva mucho ahora en la NBA, pero la defensa de los Pelicans, numéricamente hablando, sufre mucho sin ellos, sobre todo sin un Asik que poco a poco va mejorando, pero que no tiene minutos ni continuidad.

Y uno de los temas más llamativos, el jugador franquicia. Y no, no estoy hablando de Anthony Davis, sino de Norris Cole. Y hablo de jugador franquicia porque eso mismo debe de creer Gentry que es Cole para el equipo. Desde que volvió de la lesión, su rendimiento de juego ha sido más que pobre (exceptuando los últimos 3 partidos) y está jugando más que un Jrue Holiday ya sin restricción de minutos. Dándole las riendas del equipo a este jugador de clase media, parece que el futuro no es muy halagüeño.

Pero lo peor de Gentry es haber sumido a los fans del equipo en un clima de absoluto desasosiego a estas alturas de la temporada. Las derrotas duelen como un puñal viendo el equipo que hay y para lo que fue concebido, y recordando lo que dio con Monty Williams hace solo un año. Pero es que incluso las victorias saben amargas, porque alejan al equipo de una mejor posición en el Draft del 2016, que es lo único que podrían sacar de bueno en esta desastrosa temporada. En definitiva, Gentry ha destrozado un buen proyecto y ha dejado a NOLA en una tierra de nadie que no sirve para nada, ni para reconstruir en condiciones, ni para llegar a PlayOffs.

Como dato anecdótico pero no menos interesante, cabe destacar que los Warriors durante la offseason el único movimiento importante que realizaron, aparte de desprenderse de David Lee, fue dejar partir a Alvin Gentry. Mira si debe ser malo que desde que él se fue los Warriors han perdido solo 4 partidos. No sería descabellado pensar, viendo su trabajo en New Orleans, que dejar de contar con los servicios de Gentry fue el factor clave para que los de San Francisco se convirtieran en el equipo de dibujos animados que es hoy.