Bulls ganan en LA, Kobe y Pau se despiden

Chicago Bulls 114 - 91 Los Angeles Lakers

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Joseph Glorioso Photography (CC).

Esperada victoria de los Chicago Bulls en su visita al Staples más púrpura, en lo que ha significado el último partido donde Kobe Bryant y Pau Gasol habrían compartido un parquet de baloncesto. Encuentro marcado más por el tinte emotivo del partido que por el juego, donde las grandes actuaciones de Jimmy Butler y Pau Gasol fueron lo mejor de la noche.

El Staples Center de LA se vistió de gala para despedir a la gran hermandad, esa formada por su Gran Capitán, Kobe Bryant, con el complemento ideal para llegar a 2 anillos y 3 finales, Pau Gasol. Su despedida fue la justa, sin grandes alardes, pero si las justas palabras de agradecimiento entre dos jugadores que una vez fueron uno, durante 7 temporadas, para hacer un poco más grande la franquicia de púrpura y oro.

Más allá de la despedida de dos amigos, el partido llegaba con la fresca noticia de las alineaciones definitivas para el AllStar 2016, donde Kobe Bryant si estará, por decisión del aficionado NBA, pero donde Pau Gasol se ausentará, por decisión de los entrenadores. Una decisión realmente controvertida, y que desde luego traerá cola en los próximos días.

Una vez en el partido, la noticia es que no hubo partido, como ya todos esperábamos en la previa del encuentro. La despedida de Pau y Kobe pronto se convertiría en un primer cuarto donde los Bulls dominaron sin piedad, y Lakers fue a deriva en el arranque. Los de Chicago plantaban un +17 en este primer periodo que lo decía todo, el peor equipo del Oeste, contra el tercero del Este, hacía olvidar cualquier tipo de adiós más simbólico que otra cosa.

Con los deberes prácticamente hechos, los Bulls dominaron el partido, pero sobre todo lo durmieron, siempre por encima del marcador, pero sin excesos que convirtiesen un partido plácido en una verbena. Así, el choque entre dos hermanos con historia, y sus franquicias legendarias, se convertiría en un basurero de juego, de esos que solo sirven para multiplicar números y ego.

Así, sería una gran noche para Pau Gasol, firmaría 21 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias, en la vuelta a la que una vez fue su casa, no era la primera vez, pero sí la más especial, por ser el último partido común con, o contra, La Mamba, su hermano, su otra mitad en la NBA.

Acompañándole, un Jimmy Butler, de nuevo AllStar, al contrario que el viejo de los Gasol, y para celebrarlo, firmaría 26 puntos, 5 rebotes, 10 asistencias y 4 robos, lo que significó la mejor actuación individual de la noche.

Y casi, como espectador habitual, un Derrick Rose, ex líder de los Bulls, sombra de lo que fue, pero en una noche donde acompañaría en juego a los suyos, para 16 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Cerraría así un buen juego para él y los suyos, que esperan mucho más del que alguna vez fue comparado en liderazgo para la ciudad de Chicago a la altura del mismísimo Michael Jordan.

En la otra esquina, la local, esa donde las sombras siguen sin ver un reluciendo purpura y oro, una derrota más, donde solo la presencia de Kobe Bryant, tras algunos partidos sin estar con los suyos, animo la grada del colista del Oeste. No fue una buena noche para él en lo individual, su cuerpo ha dicho basta, solo 10 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias, pero sí lo fue como amigo, como hermano, como ese Gran Capitán que da su última bienvenida al que alguna vez fue su otra costilla.

En lo más destacado, numéricamente, de Lakers, de nuevo, Jordan Clarkson y Julius Randle llevaron la voz cantante, aunque eso no supuso que el equipo tuviese el gen competitivo que el futuro debe traer a LA. Clarkson se iría a los 16 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias, Randle en 14 puntos y 8 rebotes, los dos parecen las piezas más esperanzadramente regulares que tiene el equipo, donde alguna vez Kobe & Pau dominaron esta liga.

En resumen, victoria sencilla de Chicago Bulls a Los Angeles Lakers, victoria cómoda de un equipo que busca resurgir, y este año sí, competir por el título en la Conferencia Este. El colista del Oeste no dio ningún sentido a un partido que entrará en el olvido de la NBA, no lo que significó, no los adioses, no ese último tren juntos, pero no revueltos, de Kobe Bryant y Pau Gasol.