En toda una previa del Futbol Club Barcelona Lassa – Club Ourense Baloncesto, quizás sea una buena ocasión para hablar de los “peros” de un equipo hipotéticamente ascendido, que en su año de transición, está encontrando problemas para volver a ser el equipo ganador que la temporada pasada fue en la LEB Oro.
Buscando claves para entender qué puede fallar en el engranaje construido para esta temporada por Gonzalo García de Vitoria, uno debe echar la vista atrás, y recordar sus “peros” históricos, esos en los que un COB deportivamente ascendido, era un equipo con deficiencias reboteadoras.
Con el ascenso deportivo conseguido, la escasez en esta parcela pareció no importar, a todos menos a él. Así, cuando el COB debió esperar un año mas para llegar a la ACB, el entrenador del equipo ourensan, volvió a recordar sus obsesiones, e intentó cubrirse las espaldas para no volver a fallar en la misma parcela, la reboteadora.
En una pretemporada con prisas, en un equipo construido a la velocidad del rayo, parecía que todas las incorporaciones eran más fruto de la casualidad que del buen hacer, pero nada más lejos de la realidad.
La plantilla del Club Ourense Baloncesto, cuya confección lleva la firma de Gonzalo García de Vitoria, es un equipo construido para dominar en el rebote. Por eso llegarían jugadores exclusivamente defensivos y especialistas en el rebote, primero con Kyle Rowley, y después, tras duras negociaciones, tan duras que hubo que ir por el jugador hasta tres veces, Danny Agbelese.
Rowley y Agbelese son dos Centers especialistas, dos supuestos Stoppers, concepto americano para hablar de sus jugadores más defensivos. Los dos serían máximos reboteadores en LEB Oro, el primero, y en LEB Plata, el segundo. Pero ni con ellos ha conseguido funcionar al rebote el COB 2015 – 16.
Así nos plantamos en la octava jornada, ante el Fútbol Club Barcelona Lassa, y si por un momento echamos la vista atrás, vemos a Club Ourense Baloncesto como el segundo peor equipo al rebote, de toda la competición, dato que lógicamente, reconoce el mal de males de los de García de Vitoria.
Quizás, más que una critica a los nombres, esos que ayer eran excelencias al rebote, y que hoy no parezcan tener esa habilidad, uno deba girarse y mirar a las rotaciones interiores. Quizás, la posible clave de todo este mal endémico que sufre Club Ourense Baloncesto, en los últimos años.
El nuevo COB, ese que confía en que el tiempo pase más rápido de lo que marca el calendario, se encuentra con un juego interior formado por 5 jugadores. En un primer momento, se intentó que cada uno de ellos pudiese aportar al equipo, posiblemente un error, corregido en los últimos partidos.
Con una rotación de cinco interiores siempre se busca que cada uno aporte y tenga su momento, el problema lo encontramos cuando los roles de cada uno se pierden. Cuando debemos acortar los momentos importantes de los líderes en beneficio de jugadores de rotación. Los técnicos saben que se equivocaron con una rotación tan amplia, y que el gran perjudicado fue la defensa, y sobre todo, el REBOTE, dos parcelas íntimamente unidas, porque con una mala defensa interior, nunca puede haber buen rebote.
Para dejar un hilo de esperanza, Club Ourense Baloncesto ha dejado muestras de progresión en esta parcela en las ultimas jornadas. García de Vitoria ha decidido buscar una rotación de cuatro interiores, en vez de ese suicidio colectivo que parecían los cinco, pero sobre todo, ha dado más importancia a Jonathan Barreiro, un alero que parece haber asumido el rol de ayuda en el rebote, con buenos resultados, por cierto.
En definitiva, el Club Ourense Baloncesto, tras empezar tarde su pretemporada, y tras dejar atrás siete jornadas que pudiéramos considerar preparatorias para el resto de LEB Oro, ya sabe y conoce sus peros, de nuevo al rebote. Otros años las soluciones no han llegado, por suerte, uno solo puede mejorar cuando se tienen piezas para hacerlo, este COB las tiene, y parece haber encontrado el camino para conseguirlo. VEREMOS.
