Griffin, decepcionado con el Staples: «No nos apoyan»
El Cyborg, crítico con su hinchada
El pasado martes los Clippers recibían en el Staples al mejor equipo del campeonato, los Golden State Warriors, con quienes mantienen una ferviente rivalidad consecuente de su enfrentamiento en la pasada post temporada. El encuentro, además de ser crucial para las aspiraciones de los angelinos de mantener la cuarta plaza en la tabla clasificatoria del Oeste, engendraba gran importancia moral: los Clippers necesitaban un triunfo ante un rival de tanto empaque, en una cita ya con aroma a Playoff, a partido grande, que les insuflara confianza de cara a afrontar el tramo decisivo de la campaña.
Entre destellos de Curry y vuelos de Griffin se desarrolló el partido, igualado hasta el último suspiro. Es en este contexto cuando emerge el célebre factor cancha, por el que justamente batallan ahora los Clippers. El calor del graderío acostumbra a ser esencial en las citas de relumbrón, como así hace ver la estadística: casi un 60% de las eliminatorias de playoff se decantan del lado del poseedor del factor cancha. No sucedió así en el Staples: el público, ciertamente escéptico y adormilado, estaba más por la labor de jalear al adulado Curry, a quien proferían gritos de «¡MVP, MVP!» que de espolear a sus Clippers, que finalmente caerían por 110-106.
La flojera e indiferencia de la hinchada enervó al estelar Griffin, que no dudó en manifestar ante los medios de comunicación su malestar:
«Hay que remediar esta situación, pero no sé cómo. Esto no puede ser así» –señalaba el Cyborg.
«Si es así como va a estar la cosa en playoff, no tendremos ventaja de campo. Es como cuando jugábamos contra los Lakers, o peor. -incidía Griffin.