¿Podrían los New Orleans Pelicans retar al small-ball?

El equipo de Louisiana, con sus dos interiores, podría desequilibrar el small-ball

Anthony Davis
¿Pueden Davis y sus Pelicans remar a contracorriente en la era del small ball?. GabboT (CC)

En el trade deadline del pasado febrero, los New Orleans Pelicans sorprendieron a los fans de la NBA completando el movimiento que traería a DeMarcus Cousins al corazón de Louisiana para formar pareja de ataque con Anthony Davis. Sin duda alguna, dos de los mejores ‘grandotes’ de la liga se juntaban para dar guerra en un equipo con aspiraciones a playoffs. Desgraciadamente, y hablando en líneas generales, la corta plantilla de New Orleans y la casi nula ayuda al dúo sacapuntos, Anthony Davis y DeMarcus Cousins, imposibilitaron la entrada en playoffs del equipo dirigido por Alvin Gentry.

No por ello la formación de este letal dúo de la pintura no metió el miedo en algunos equipos de la zona media y alta de la tabla en la Conferencia Oeste. Es más, por momentos, se llegó a pensar que en una hipotética primera ronda contra los Warriors, serían los Pelicans el rival más peligroso que le podrían tocar a los Warriors. Sin ir más lejos, en los playoffs del año anterior, el ‘big ball’ de los Oklahoma City Thunder no sólo eliminó a los San Antonio Spurs, sino que casi elimina también a Golden State. Con un planteamiento mínimamente inteligente y con un backcourt útil, los Pelicans deberían estar preparados para ir a la guerra este año no sólo en lo que resta de temporada, sino también en unos hipotéticos playoffs. Pero es cierto, esto es más fácil decirlo que demostrarlo, vamos a profundizar en las estadísticas y posibles combinaciones de juego de los Pels.

Temibles en ataque, temerosos en defensa

Por el momento, los New Orleans Pelicans están cerca de cerrar el año 2017 que le ha deparado algunas penas más que alegrías, pero en la temporada 2017/2018 marcha a día de hoy cn un balanceadísimo 15-15, un .500 que buena muestra es de la temporada que se está rodando en Louisiana: una de cal y otra de arena. Entre las buenas señales están algunas como que los Pelicans son un declarado equipo anotador, con unos 110’8 por encuentro (2ª mejor marca), el octavo mejor equipo reboteador con 43 por contienda (3º en defensivos) y con un reseñable 5º puesto en acierto desde el triple, con un porcentaje de hasta el 38’3% por encuentro. En la otra cara de la moneda, son la segunda franquicia que más puntos encaja (111’7 pts.), la tercera que más asistencias permite, y lo peor de todo, la que menos cuida el balón (16’5 pérdidas por partido, 9’2 robos permitidos). Como equipo, los Pelicans están demostrando tener un amplísimo arsenal de armas que puede bombrdear la canasta desde cualquier tipo de distancia y con cualquier tipo de jugada. Su claro perfil anotador deja hasta al equipo más pausado en un partido que suele sobrepasar los 100 puntos, pero los continuos despistes defensivos, la clara dejadez en la protección de la posesión dejan a New Orleans en una diferencia anotadora de -0’9 (encajan 0’9 más puntos de los que anotan). Este desajuste defensivo no radica en DMC y AD; se salvan del castigo, y aprueban con nota:

Por su parte, el ex de los Kings está teniendo una de las mejores temporadas de su carrera; en las estadísticas básicas, supera sus medias  de carrera en puntos, asistencias y rebotes. También se encuentra más acertado que nunca en tiros de campo y triples, mientras que se está manteniendo en tiros libres. En el apartado defensivo, lo realmente valioso del asunto en NOP, ha empeorado en el apartado de pérdidas, la gran lacra del equipo. Sin embargo, protege mejor el rebote defensivo, así como ha mejorado en robos y tiene la segunda mejor cifra de Win Shares y de PER, por detrás de la ceja.  Hablando del rey de Roma, a pesar de la gran temporada que está cuajando Cousins, Davis sigue demostrando ser el gran valor del equipo. Promediando un doble doble, Anthony Davis literalmente lo está mejorando casi todo respecto a la media de su carrera; puntos, rebotes, asistencias y absolutamente TODOS los porcentajes de tiro. Sin embargo, parece que al tirar del equipo, sus debilidades son las de sus compañeros; roba menos balones, así como está siendo el objeto de más perdidas de balón respecto a la media de su carrera. Por contra, mejora en el apartado de rebotes defensivos, así como carga con el equipo a las espaldas en el apartado de PER, (donde a pesar de haber perdido un poco, sigue teniendo de lejos el mejor de todos sus compañeros) y de Win Shares, con 4’4. El máximo del equipo.

Balance de la contribución en defensa y ataque de la plantilla de los Pelicans hasta ahora. Gráfico: @NBA_Math

Largo e innecesario sería adentrarse dentro de las cifras del resto de jugadores, pero sería adecuado decir que es una constante dentro del equipo la vaga planificación defensiva así como el poco trato al cuidado de la posesión, como bien facilitan los compañeros de NBA Math. Dentro de lo poco salvable, podemos encontrar las aportaciones (sobre todo ofensivas) de Jrue Holiday, E’twaun Moore y Darius Miller, que exprimen su tiempo en cancha para sumar, o ayudar a que sumen, puntos los Pelicans a su casillero. En cuanto a los demás, un gran conjunto de jugadores que se hallan en la media o por debajo de la media en datos estadísticos de juego malviven en el equipo, sin aportar nada que marque la diferencia con respecto a cualquier otro jugador de su posición. En este punto, cualquier jugador de la NBA podría suplir a media plantilla de los Pelicans sin provocar un cambio significativo. Es la realidad. Restando a los nombres aportados, y algunas señaladas actuaciones de Rajon Rondo, los Pelicans no están teniendo un factor que marque la diferencia en pista.

¿Contrarrestando? el small-ball

DeMarcus Cousins Sacramento Kings New Orleans Pelicans
La buena movilidad y rango de tiro de los grandes de NOLA les otorga mucho peligro en ataque. Nil Alemany (SB)

Como se nombraba antes, los Pelicans, con un récord de .500, se encuentran en el límite de lo que se considera una temporada buena, o de playoffs, y una mala, de lotería. Sin embargo, hasta el momento, ha tenido que hacer frente a un calendario más bien duro de afrontar, habiendo tenido que enfrentarse a Golden State Warriors, Cleveland Cavaliers o Houston Rockets. Sin embargo, está el valor de nuestra pregunta referencia, la del título, en examinar cómo han combatido los Pelicans en partidos contra equipos small-ball, equipos que más bien propugnan un estilo de juego menos interior, y más pendiente del triple o del tiro abierto. Para verlo con detenimiento, he decidido seleccionar algunos partidos clave para determinar nuestro veredicto final, principalmente repartidos entre diciembre y noviembre, una vez que el ritmo de competición ha empezado a determinar la verdadera capacidad de cada equipo.

Sin ir más lejos, comenzamos analizando con los predicadores del small-ball por excelencia, los Golden State Warriors. Contra el equipo de la bahía, los Pelicans han disputado hasta el momento tres encuentros, pero nos vamos a centrar en los del día 5 de diciembre y en el del 26 de noviembre. Cierto es que jugaron el día de apertura, pero se consiguen mejores conclusiones analizando partidos con algo de competición rodada. En el del día 5 de diciembre, los Pelicans perdieron por 125-115 en un partido que dominaron a los Dubs hasta los 5 últimos minutos del tiempo de regulación. Sin embargo, a pesar de que la baja de Davis pudiera ser excusa, el margen se fue al traste por un terrible +/- de -32 de Cousins, sumado a sus 7 pérdidas de balón. Todo ello por no hablar de que, entre todo el equipo, sólo se realizaron un total de 7 tapones. En un partido donde E’Twaun Moore y Jrue Holiday acompañaban a DMC, el equipo tiró al traste la oportunidad de ningunear a los vigentes campeones despreciando un mínimo esfuerzo defensivo. Igual es el caso del partido del 26 de Noviembre donde una derrota por 95-110 dejó bien clara la necesidad de corregir el +/-, que alcanzó la cifra conjunta de -75. 17 pérdidas y 2 robos de balón dejaron bien claras las posibilidades de ganar el partido, pues la contribución ofensiva tanto de Holiday con 24pts y 6ast como de Moore con 16 puntos, cayeron en saco roto. Por último, en el apartado de los fracasos contra el small-ball, encontramos casos menos graves. No hace mucho del Rockets-Pelicans que se decidió por 123-130 el 12 de diciembre. En esta ocasión, todos sumaron en el apartado ofensivo; la ausencia de Davis dio paso a una enorme noche de Moore, Holiday, Rondo, e incluso Darius Miller. Sin embargo, volvemos a apreciar las mismas lacras; 18 pérdidas, +/- de -35, sólo 6 robos y 2 tapones

En el apartado de los éxitos contra el small ball, podemos nombrar algunos éxitos como victorias contra los Phoenix Suns (115-91), o contra unos mermados Clippers por 111-103, así como en Indiana por 117-112. Pero ésa no debe ser la liga de los New Orleans Pelicans. Poniendo un ejemplo, nos fijamos en la victoria contra San Antonio por 107-90. En aquel partido, pese a las constantes bajas cifras en robos y tapones y las altas pérdidas, el esfuerzo anotador y reboteador de Davis y Cousins se vio ayudado por las actuaciones de Dante Cunningham, Darius Miller y Rajon Rondo. Un conjunto de 45 rebotes y 23 asistencias, y remarco, un +/- de +85 no daría ninguna oportunidad a los de Popovich. Así sucedió también en la victoria del 3 de Diciembre en Portland, pues ante otra ausencia de Davis, llegaron Rondo, Jameer Nelson, E’Twaun Moore y Holiday para acompañar una titánica noche anotadora de Cousins con 48 rebotes y 22 asistencias y reduciendo las pérdidas de las constantes 16 o 17 hasta las 11.

Entonces, ¿es efectivo el método o no?

Si yo, autor del artículo, tengo que dar una respuesta inmediata a si los Pelicans podrían a día de hoy dar problemas en una serie de playoff a un equipo de small ball, digo que no. Pero esto está a un tiro de piedra de tornarse en un sí. El problema de los Pelicans es clarísimo, y la solución puede ser sencilla si de verdad desde la gestión deportiva de la franquicia se proponen dar una solución al problema. El dúo de los dos grandes funciona, y cuando uno falla siempre llegan o Holiday, o E’Twaun Moore, Rajon Rondo o  incluso Darius Miller para ayudar en el apartado anotador. Pero para de contar. La corta rotación de los Pelicans hace inservible a media plantilla, por no hablar de la nula aplicación en los apartados básicos defensivos como pueden serlo tapones y robos. Menos hablamos de las pérdidas, donde todos sin excepción están lastrando las oportunidades de sacar la victoria en muchos partidos. En esta situación, puedo proponer un símil: los Detroit Pistons, en su estilo, estaban estancados como los Pelicans ahora, algo más graves. Sin embargo, el fichaje de Bradley, un jugador de perfil puramente defensivo, ha cambiado la mentalidad del equipo en defensa, y a pesar de tener un récord parecido, la mentalidad defensiva del equipo ha pegado un cambio enorme.

Por ello, los Pelicans, lo que necesitan hacer para dar un golpe sobre la mesa, es proponer cambiar a alguno de sus anotadores, por un jugador de perfil puramente defensivo, un jugador que se deje la sangre en defensa y no mire su casillero anotador, primando un ‘bajito’ con gran habilidad en el robo de balón. Poniendo la referencia, el estilo buscado debería ser Draymond Green, o Avery Bradley. Si los Pelicans consiguen un traspaso por un jugador de esas características, o bien transforman la mentalidad de los actuales en ese aspecto, el de cuidar las pérdidas e intensificar el acoso al contrario en la defensa, entonces, sí que podremos afirmar con rotundidad que los Pelicans podrían tener el antídoto para tratar el small-ball.